martes, 12 de julio de 2016

Ruta; Plato combinado: Cerros y llanos.

     El Domingo, diez de julio  nos avisa de otra jornada con “el mercurio  bastante alterado”;  trece caballeros veleños, nos damos cita en el habitual punto de encuentro, sin las ideas claras ¿dónde vamos? Unos pocos, hacia los  llanos quieren marchar y  los que más, nos decantamos por la  “montaña”. Francis “El Paciente” también se incorpora a filas, después de unos meses ausente.  Al final, el distinguido cuarteto (El Gran Maestre, El Maca, Eduardo El Carpin y Gabriel) “se van hacia las descubiertas llanuras, dirección el sapo”; los demás, buscamos las  alturas para resguardarnos de las amenazantes y elevadas temperaturas.

    Iniciamos la jornada y nos enfilamos hacia la oriental cañada; rodamos bien agrupados y la primera, “el incómodo  aire, atizándonos  de cara”; atravesamos el vasto terralgo, “por los calores de temporada, abrasados”; salvamos los temerosos arenales, nadie nos recibe en la apaciguada granja y por la vía  de los Huertos, retamos a la subida asfaltada. Trepamos alegres y a buen ritmo, entre bufidos y resoplidos, en algunos tramos “nos retorcemos”; Pedro “Hierros” y Cristobalón, empujando con tesón y  liderando al intrépido pelotón; coronamos de uno en uno, esperamos y nos agrupamos, después del “primer asalto al  alto zorrero”. Atravesamos las villas cerreras, buscando los cercados empedrados y contemplando los parajes “achicharrados”; en  la estrecha vereda de los leñadores, me adelanto para “retratar a mis compañeros” y  "de sopetón" me encuentro a otro burriclista de frente y en “el aviso” a la parte trasera, por “culpa” del disimulado  tocón de la encina, el Relatero “echa una liebre a su mochila”; inmortalizamos relajantes  postales por la camuflada senda, a la vez que se recrean los sentidos y se sacian las atentas retinas. A nuestro paso, nos encontramos con “otros grupos burriclistas” y por la asfaltada  pista, “emerge” la ninfa deportista; arribamos en la aldea montesa y Alberto “El Maestro Ceramista”, nos guía a la búsqueda de una fuente para abrevar; en el solicitado “surtidor”, apaciguamos la sed y las botijas rellenamos.  De nuevo,  nos ponemos en marcha, en esta ocasión subimos por el camino de “la Meregil” –toca otro apretón- , nos colamos en la senda Cervera, en  la sombra recostada y  sus entretenidos recovecos,  haciendo las delicias de la entregada cuadrilla,  y a la salida del túnel de la fantasía,  paramos a repostar. Minutos de distensión y guasas para “relajar”,  compartimos “viandas”, fruta fresca, pasas,  dulces y bocatas para reponer y las fuerzas recuperar.  


       
     





































     Reemprendemos la marcha, por caminos “tantas veces recorridos y de buenos momentos vividos” por estos lares cerreros; continúa “la romería” de burriclistas por la ancha pista y por El Hituero, “azuzamos” el avispero y Pedro “Hierros” entra al trapo y  hace “un llano de este repecho”. Cruzamos la villa “cagarrache” y también, atrás dejamos la vecina Mejorada; desde aquí, nos disponemos  a "llevar"  (“para que no se pierda”) al amigo Roberto “El Bueno”  hacia la localidad de  Gamonal, que al final, hasta “La Laguna del Conejo” nos iba a acompañar. No hay tregua “esto es un no parar”, libramos las tendidas pendientes “como si na”, mientras vemos la panorámica cerrera pasar a toda prisa, “apenas da tiempo a retratar”. Otra vez nos agrupamos y todos esperamos y por “el descuidado” descenso, “volamos”; cruzamos la villa gamonina y como “la hora nos acompaña”,  todavía tenemos ganas de “más fiesta”;  Ángel “El Guerrero” no se echa para atrás  y “otros pocos más” (Cristóbal, Jesús, Pedro, Alberto y El Relatero) “por El Carril de Las Mulas” nos disponemos a alargar  la etapa; "si algo fuerte y divino hay en el hombre, es la voluntad"... de volar. En la carretera,  algunos compañeros, dan por concluida la jornada, Gabriel “Lamparillas” lo deja “para otro día”, Francis “El Paciente”  le sigue detrás  y otros tantos “voluntarios”,  hacemos unos kilómetros “extras” -para redondear a 50- por los encinares de “las Dehesillas y el laberinto de Cornocosillo”, para algunos de nuestros compañeros, parajes desconocidos. Sin más novedad, “tocamos a retirada”, cuando el sol comienza con fuerza  a calentar; llegamos a los colegios a estirar y para “clausurar” y  recuperar líquidos, nos refrescamos “entre bromas y otras chorradas” con “la  reconfortante pócima” de  zumo de cebada.



     



































     En definitiva, ruta circular de 50 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Los Huertos, Camino de Mejorada a Segurilla; Senda de Los Leñadores; Camino de Segurilla a Cervera de Los Montes; Camino de Meregil, Senda Cervera; Antiguo Camino de Sotillo a Segurilla; Camino del Hituero, Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal; Carril de Las Mulas, Camino de Alcañizo a Velada, Camino Real a Velada.

Pd: Cristóbal, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2)



Buen día……………SALUD.



“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 


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