Domingo,
dieciséis de Abril, en la jornada de hoy,
el punto de partida lo ponemos en la villa de Arenas de San Pedro,
tenemos reto montañero. Cuatro caballeros veleños, somos convocados a tal
evento; Diego “Sin Miedo”, Antonio Medina “El Estratega”, Alberto “El Maestro
Ceramista” y “El Relatero”, formamos el afortunado cuarteto. Quedando así, inaugurada “La primavera de Arenas”, es decir,
ésta es la primera “y otras pocas etapas
montañeras” (esperemos que sean muchas) que nos esperan por la exquisita sierra.
Iniciamos la
jornada, planificando la marcha “para tantear” el terreno y las próximas etapas
“venideras”; por el camino de las piscinas naturales, cabalgamos tranquilos, entre lujosos chalets y la frondosa arboleda
se cuelan las dulces melodías del bullicioso arroyo que nos deleita con su natural sinfonía; los invitados a esta
fiesta, sólo tenemos que admirar y disfrutar de la contundente belleza que nos rodea; recogemos los suspiros del
aire limpio y “por supuesto” nos enfrentamos al empinado camino. Escalamos
por tramos “de todos los colores”; entre árboles frutales, pasos hormigonados
“y bastante empinados”; también, tenemos
que desmontar unos metros, por el paso
empedrado y escalonado. Nos recreamos por el admirado pinar, a la vez que
apretamos y resoplamos por sus “temidas pendientes” los burriclistas
penitentes; para hacer más llevadero
“este suplicio” nos echamos unas risas, entre bromas y delirios que nos provoca
el mal de altura. Diego y Antonio, sobrados de fuerzas toman la delantera, para ellos, hace ya días que comenzó la temporada montesa y
exhiben su buena forma; después del apretón esperado, tomamos la cima pactada
“en mitad del calvero”. En este punto, paramos unos minutos para “llenar la
andorga” y saborear las espectaculares panorámicas que nos sirven en la
brillante bandeja.
Reemprendemos
la marcha, el amigo “Medina” nos propone hacer la vuelta circular, aunque
“durante unos metros vamos a tener que portear”; no importa, merece la pena
arriesgar; “sufrimos el subidón” que nos
produce “el estar perdidos” en la órbita
de rincones “poco accesibles y desconocidos”; admiramos el privilegiado lugar,
también, utilizamos superlativos para
“exagerar”, mientras deambulamos
embobados por la ficticia vereda.
Inmortalizamos agradables momentos y
enaltecidos paisajes serranos, neveros que ondean en las izadas alturas
reconocidas, antes de afrontar la bajada de “la senda del Peón” como colofón. Aterrizamos en la plataforma de “Domingo
Fernando”, echamos un vistazo a la cartelería y dejamos encargada otra etapa para el próximo día; desde aquí, preparamos el paseo por “la pista de La Francisca”;
todo un honor, reconocer estos nobles
pinares y lo que en sus entrañan
esconden. Todavía tenemos “otro tramo tendido de escalada” hacia “El Alto de La Casa” y
desde la última cima coronada, nos
aguarda la estirada bajada;
sobrevolamos las alturas del Hornillo y por el silenciado pinar, afrontamos
el fugaz descenso; salvando piñas, ramas secas y algunos regueros “dando
saltos” e impregnándonos del aire limpio y fresco; desde la
retaguardia, veo a mis compañeros, aparecer y desaparecer por las cerradas
curvas, mientras dejamos la mente volar ¿y ellos qué pensarán? Después del largo descenso, arribamos en
“Guisando” y en el acogedor pueblo, damos por concluido “nuestro paseo”; decidimos
hacer los últimos kilómetros por asfalto –para no demorar- y sin más novedad,
después de otra exhibición al bajar, llegamos al punto de partida “y con ganas
de más”. Hasta la próxima.
En
definitiva, ruta circular de 36 kilómetros, los principales caminos transitados
han sido: Camino de las piscinas naturales; Camino del Hornillo-Arenal; Camino
de Las Tormeras; Vereda de Las Malezas; Senda del Puerto El Peón-Plataforma de
Domingo Fernando-La Francisca; Camino del Alto de La Casa-Camino del Hoyuelo-Guisando-Arenas
de San Pedro.
Pd: Diego,
muchas gracias por tu aportación fotográfica (3)
Buen
día…………….SALUD.
“mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo
tiempo ni sitio….”
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