miércoles, 5 de abril de 2017

Ruta: Sotillo de las Palomas

Domingo, dos de abril y temperaturas bajas nos acompañan al despertar la destemplada mañana; como novedad, hemos tenido cambio de horario  y a las ocho y media, es la hora de partida desde ahora. Seis caballeros veleños acudimos al habitual punto de encuentro, reseñadas bajas acusan a la noble  escuadra, entre lesionados, perezosos y otras mejores causas. Con las burricletas bien dispuestas y algunos planes sobre la mesa, tenemos varias opciones en la agenda, al final, optamos por “Sotillo por la vía cerrera”.

Emprendemos la marcha, con paso sereno y en modo distendido, recorriendo  un tramo de la cañada, combatiendo el mañanero frío; de todo un poco hablamos, arreglamos el mundo, repasamos temas de actualidad “sin llegar a más”. Sin darnos cuenta ¿o sí? Escalamos por la tendida Gamonosa, esto es un no parar –“pero de rajar”; a nuestro paso, vamos poniendo los caminos y dando brillo a los apagados cerros. Cruzamos la villas vecinas y saludamos al amigo Alberto “El Maestro Ceramista” que ha madrugado más que nosotros  y “pa`casa sale disparado”.  Desde este punto, buscamos parajes más entretenidos y “vamos a darnos algo de brío”,  más que nada, porque con tanta “cháchara multitemática” no nos deshacemos de  “esta empanada”. Mancillamos emblemáticos  rincones, empapados del bullicioso silencio y entre muretes de piedra y cientos de encinas cobijados; damos vida al florido arroyuelo, nos adueñamos de las alegres melodías  que nos regalan las generosas avecillas y pintamos de colores, vallados y el tramo más asilvestrado. En  nuestro reposado “cabalgar”,  salvamos tímidos repechos, agrupamos y esperamos después de trepar los pasos  más empinados, oteamos la grandeza que nos envuelve y todavía  nos da tiempo a recrearnos con las esparragueras que se extienden por  la cuneta. Después de recorrer el bucólico paisaje,  arribamos en la aldea de Sotillo y por mayoría, decidimos “comer en Cervera el bocadillo”, aunque algunos compañeros ya habían sacado los víveres del bolsillo.








































Atrás dejamos la población “palomera”, para adentrarnos y “pelearnos”  con  el gigante  castillo de cuestas; salvamos pendientes hormigonadas,  también, otras  “regadas” con piedrecillas sueltas, que   hacen “que se encabriten las burricletas”. El amigo Ángel “El Guerrero” nos da una exhibición de fortaleza y  empeño;  Roberto “El Bueno” tampoco se queda atrás,  me da “que se está preparando muy en serio el mangurrián”.  Por otro punto,  volvemos a cruzar “el santo arroyuelo”, una vez más, empinamos  el anchuroso camino, saludamos al enésimo grupo de burriclistas (“¿de dónde habrán salido tantos?” ya he perdido la cuenta con los que nos hemos cruzado y no serían los últimos de la jornada); con estilo, planeamos por el efímero descenso, “recordamos  liebres pasadas”, nos lo tomamos con calma, antes de entrar en la población de  Cervera. Una vez más, paramos y nos agrupamos  sin apenas detenernos, “picamos algo sobre la marcha” y  como “El Águila de Alcañizo” ya se había comido su ración, le invitamos a que pase de largo, “que más adelante le echamos el lazo” y “por si acaso” se lleva de escudero  al amigo Roberto. Atrás,  dejamos la aldea montesa y nos salimos por el camino asfaltado, para colarnos en la divertida senda “de los contrabandistas”; suspense, emoción, algo de magia  y brotes de  alegría por la estrecha  vereda,  tantas veces recorrida. Nos agrupamos con los compañeros adelantados, cruzamos la villa “cagarrache” y también, atrás dejamos Mejorada y entre todos, acordamos  visitar la localidad gamonina. Sin novedad, surcamos el camino despejado, con “sus cuatro picos” y un escenario bastante florido disperso por los cerros coloridos; volamos por la fugaz bajada y sin darnos cuenta,  entramos  en la festiva plaza de Gamonal. Desde aquí, cruzamos sus conocidas callejuelas y por  las afueras,  muestro a mis compañeros de fatiga, un novedoso paso ratonero y una repentina tachuela. Sin más  novedad, recorremos los últimos metros del camino, más relajados y distendidos, antes de llegar a nuestro destino. Hasta la próxima.
































En conclusión, ruta circular de 55 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla; Camino del Hituero; antiguo camino de Segurilla a Sotillo de las Palomas-Cervera de los Montes. Senda de Los Leñadores (Contrabandistas). Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal-Velada.


Pd: Jesús, muchas gracias por la aportación fotográfica (1)


Buen día……….SALUD.



“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 



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