martes, 27 de febrero de 2018

Ruta: El Puente de Los Duendes


Domingo, veinticinco de Febrero, mañana fresca a la hora de llegada  pero soleada; once caballeros veleños nos presentamos a filas en el  pactado punto de encuentro. En esta ocasión, no hay acuerdo, qué dirección tomar, “unos pocos marchan  a ver los almendros” y el  otro quinteto buscamos territorios más elevados.

Comenzamos la jornada y nos estiramos por la anchurosa y asfaltada avenida, buscamos la transitada  cañada, para enfilarnos y  “retorcernos” por “la cuesta de la Gamonosa” –buena piedra de toque para calentar ; desde el minuto uno, se veía venir, que había ganas de “marcha” e  íbamos a “cabalgar con alegría”; surcamos los tramos cerreros, a estas horas adormilados, pero “luciendo su peculiar encanto”; un día más, cruzamos la villas vecinas de Mejorada y Segurilla, todo un placer disfrutar de sus recovecos y maravillas. Desde aquí, buscamos rincones más calmados y de respirable  silencio inundados; nos encaramamos en un tobogán de emociones, de subes y bajas constantes que van despertando a los caballeros presentes; extensas praderas y entristecidos arroyuelos, todavía resecos, que  nos abren “la profundidad del monte” y nos muestran parajes achicharrados,  por la prolongada temporada de sequía,  abrasados. Bien agrupados marchamos, intercambiamos opiniones y tocamos distintos “palos”, mientras por “el cruce de cuatro caminos” hacia Marrupe marchamos; de fondo, el espectacular “Piélago y sus antenas coronando”, mientras les comento a mis compañeros, “lo pestoso, que desde siempre se me hace este tramo”. Desde la inmensa explanada, viramos hacia la izquierda, para adentrarnos en la oquedad de parajes “poco explorados” y desconocidos, para alguno de los laureados caballeros; salvamos pequeños tramos empinados que adornan y animan el abigarrado y pausado encinar; en fila de uno, cabalgamos por el callejón del agradable enebral y después de coronar “el alto”, sin contemplaciones y brío, nos lanzamos por la serpenteante senda,  entre un vergel de vistosas encinas  y el amable olor a jaras. Momentos de relax  por el camino “del boletus” y cuando nos colamos por la angosta vereda, todo son “piropos”, parabienes y agasajos para el escondite privilegiado. Nos postramos ante el vetusto “Puente de Los Duendes”; Ilde“El Suegro” y el amigo Gabriel “Lamparillas” quedan prendados, mientras arrodillados, dan gracias por tanto esplendor: “Siempre suspiramos por visiones de belleza, siempre soñamos mundos desconocidos”.  Unicornios coloridos y  alados, duendes saltarines, hadas y elfos juguetones, danzan alrededor nuestro, a la vez, que nos recreamos y ensalzamos el encumbrado escenario. Entre risas y bromas, paramos a repostar, compartimos viandas y agradables minutos, antes de continuar con la amena etapa.
























Reemprendemos la marcha, por la senda “de belleza repleta”y  bien marcada, haciendo la jornada más divertida y entretenida. Después, en “un tobajo”,  en la gran cañada arribamos; es cuando, Martín “El Fiero” toma el mando y “rodamos a destajo”; nos exhibimos por la discontinua y arreglada vía, pequeñas pendientes, cuando “volamos” por el vacío torrente y para hacer escala en Sotillo, llevamos “el cuchillo entre los dientes”. Sin apenas bajarme, “reposto agua de la empotrada fuente”; “vamos a continuar por la vía pecuaria para aligerar la marcha” entre todos acordamos. Dicho y hecho, “cabalgamos bien enchufados”, duros ataques por parte del “Fiero”, pero el premio al más combativo, se lo lleva Roberto “El Bueno”, que no cede ni un metro y vigila bien el terreno. Rodamos con alegría y van cayendo los kilómetros por la amplia llanura, aunque  de vez en cuando quitamos alguna marcha; intercambiamos posiciones, Ilde “El Suegro” también tira desde la primera línea, se le ve que entre semana hace salidas furtivas. Gabriel “Lamparillas” a pesar de su poco rodaje esta temporada, sabe sufrir y los afilados arreones, con  su peculiar  humor, bien los campea. Nos atrevemos y airosos salimos de los temibles y duros arenales, cuando el sol “parece que calienta” y atizados a este punto, llegamos. Todavía nos quedan “algo de fuerzas extras” y en volandas atravesamos “el Baldío torrado”, levantando “polvarea y volando” escalamos al alto de Las Casillas. En este punto, esperamos y nos agrupamos, en modo más distendido,  comentamos la amena jugada y por el camino de los Perales, llegamos a la fiesta militar en honor a la bandera.










Resumiendo, ruta circular de 56 kms, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla, Camino del Hituero, Antiguo camino de Segurilla a Sotillo, Senda de Cervera, Camino de Meregil, Camino de los Dornajos, Camino de Segurilla a Marrupe, Vereda de Cervera a Navamorcuende-Sotillo de Las Palomas-Cañada Real Leonesa Oriental-Velada.

Buen día…………..SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”



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