miércoles, 7 de marzo de 2018

Ruta: El Embalse de Cazalegas


Domingo, cuatro de marzo, otro  día más que  “no me apetece madrugar”;  la cantidad de agua caída, un pronóstico del tiempo dudoso, me hacen posponer “fuera de la hora prevista”  la salida festiva. Tarde, pero motivado, hacia El Embalse de Cazalegas por el canal, quiero evitar “los caminos blandos y el barro”, lo tengo claro.

Inicio la etapa, dirección hacia la villa de Gamonal y desde la moqueta asfaltada voy contemplando los magníficos resultados que nos han dejado los recientes y generosos aguaceros; amplias praderas y cunetas empapadas y rebosadas de “la tan esperada  agua”. Por  la vía del estirado canal, -“creía, que nunca iba a decir  esto-“ , no dejo de disfrutar, siendo testigo de las lúcidas  estampas que nos regalan las últimas lluvias caídas; agradables aromas a hierba fresca  y a eucaliptos removidos , para airear y despertar a  los ávidos sentidos; con música de fondo, el nítido canto de la  perdiz, con  algún “esparraguero y andarines” también me encuentro. Pero, lo que es “todo un lujo”,  escuchar los transparentes  murmullos del agua “corriendo” por los rebosados arroyos y otros pasos colmados;  grandes extensiones inundadas y las  ajetreadas  vaquerías, de barro hasta  por encima de las rodillas. Desde el desteñido horizonte, algún nubarrón con “capa y espada” me amenaza, “pero pase lo que pase, ya no me vuelvo para casa”; saludo a otros burriclistas que invaden la monótona pero placentera pista, mientras voy rebasando las anegadas huertas, granjas y lujosas viviendas que “reposan” sobre las acuosas parcelas.  A “postas y sin excusas” paso por encima de algún que otro charco, “lo bueno, que no me voy a manchar de barro”;  pero,  como un crío voy disfrutando, salpicando y con la cámara de fotos, enfocando e inmortalizando algunos momentos destacados. A ritmo constante y alegre, van cayendo los kilómetros, hasta que llego al marcado objetivo: El Embalse de Cazalegas,“  rugiendo con fuerza  y repleto  de agua,  bien abastecido”. Más fotografías, por aquí y por allá, cuando por la retaguardia  se me acercan;  “de barro no te vas a manchar” –me comentan. El amigo Alberto “Maestro Ceramista” que por lo visto, ha pensado igual que un servidor e impoluto quiere “acabar”; siempre, es un placer contar con tan agradable compañía y tenerle de escudero de fatigas; nos damos novedades, contemplamos el citado embalse, por aquí y por allá “qué cantidad de agua y según las predicciones, esto no va a parar”. Aprovechamos, para comer  un plátano y una “barrita de aglomerao” para reponer fuerzas y afrontar el camino de vuelta. 































Reemprendemos la marcha, atizándonos un leve aire de cara y  encaramados en  la sentida tranquilidad del canal; comentamos temas varios “pero con la mira puesta, en el próximo reto”; nivel de la ruta, logística  y aposentos contratados. Mi compañero, “esté como esté, siempre mete una marcha más”; “hay que sufrir y sudar” lleva como lema;  recorremos un tramo del camino andado, pero hacia el área recreativa de “La Portiña” nos desviamos, para dar más emoción y como estaba previsto, la etapa alargar; nos configuramos en modo escalada, aunque subimos a buen ritmo, mi acompañante, con estilo y fiereza, en plena exhibición escaladora “unos metros se adelanta”;  no entiende de pachangas, siempre da lo más”; salvamos las duras pendientes, las cerradas curvas con alegría  trazamos  y tampoco bajamos los brazos en el último repechón de hormigón: ”Unas veces se gana, otras se aprende”.  Una vez coronada  la torreta “cagarrache”, mientras respiramos y cogemos aire, echamos un vistazo,  a todo lo que nuestros sentidos pueden rescatar; desde el punto más alto, relajamos la marcha, cruzamos las villas cerreras hacia la vía  de “Los Huertos” por el descenso asfaltado. Atrás, dejamos las parcelas de árboles frutales y diversos decorados bien regados, caminos “algo más blandos” que  hasta el encharcado Baldío nos acercan. Sin más novedad, cruzamos la anchurosa extensión, esquivamos los dispersos charcos, escalamos “Las Casillas” acelerando la marcha “quién da más” y en modo más distendido,  recorremos las callejuelas del casco antiguo y,  desde “la emoción y euforia que nos embriaga”,   nos despedimos hasta la próxima semana.

 




















En definitiva, ruta circular de 70 kms, los principales caminos transitados han sido: Carril de Las Mulas, Gamonal,  Canal Bajo del Alberche-Embalse de Cazalegas-Canal Bajo del Alberche- Área Recreativa de La Portiña-Segurilla-Mejorada-Camino de Los Huertos-Cañada Real Leonesa Oriental-Velada.


Buen día………SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”

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