lunes, 2 de julio de 2018

Ruta: Circular a Las Cuevas del Águila


Domingo uno de julio, tenemos mañana fresca y según “el hombre del tiempo”, agradables temperaturas nos pronostican para el resto de la jornada; seis caballeros veleños acudimos al pactado punto de encuentro y Ángel “El Guerrero”, “se incorpora” según nos avisa por teléfono. Con las burricletas bien dispuestas y la etapa sobre la mesa; “antaño” era épica, ahora como  “clásica” la nominamos en nuestro calendario: “La Circular a Las Cuevas del Águila”.

Iniciamos la marcha,  atravesando “de cabo a rabo” la   villa veleña,  hacia “el camino de Arenas”; bien agrupados cabalgamos, amenas  chácharas nos animan y “sirven para calentar”. Nos adentramos en “parajes adehesados”, retozamos entre el aire nítido  y fresco que se desprende del bosque silenciado; sobre hojas secas de encinas marcamos el territorio, pistas bien grabadas  de rastro animal  y el generoso escenario  para la ocasión perfumado,  nos ofrecen un mosaico de colores,  de agradables sensaciones y bienestar. Abrimos las porteras pertinentes,  sin incidencias cruzamos el río,  camuflado entre “torres”  de arena y huellas claramente marcadas, que nos dicen por dónde pasar. Nos acompaña,  la serenidad de la apacible mañana y la armonía “que se respira” entre amistades y buena compañía; arribamos en la villa parrillana, engalanada y concurrida “por su marcha burriclista” que tienen preparada para este día. Nosotros, pasamos de largo, “tanteando el terreno” ya que nuestra “presa”, todavía está más lejos; nos montamos en las primeras pendientes de la jornada, entre vallados de retamas y chaparras enanas; por el antiguo camino, quebrado  y de canalizos sembrado, escalamos con pericia,  entre jaras renovadas y pastos bajos que nos muestran los gigantescos nubarrones y la inmutable sierra perfectamente posicionada  al fondo. Nos columpiamos por el discontinuo tobogán, buscando la espectacular senda, hospedada en el armonioso pinar; ¿qué decir de este rincón? “delicatessen” para los sentidos y para paladares exquisitos; entre pinos, jaras y madroños, detenemos el tiempo, nos perdemos “en cuentos infantiles” e inventamos historias de seres excepcionales por los bendecidos andurriales. A la salida de la encantada vereda, despedimos a los hermanos (Nicolás y Ángel) no quieren demorar la marcha y cuesta arriba,  quieren disfrutar del tupido pinar. Los demás, continuamos el fugaz descenso, disfrutando de sus genuinas  vistas por la acicalada pista; nos recreamos,  adentrados en la profundidad  del recóndito lugar, su palpable  frescor y el perfume que mana de su escondida serenidad; más adelante,   arribamos a los pies de Río Tiétar. Cruzamos, extremando la precaución: Unos,  descalzados con las “zapas” de la mano; otros, montados, pero,  “acordándonos del pedrancal” que podemos encontrar. Más adelante, el amigo Gabriel “Machaque” adopta su mascota e idea  un  artilugio-con bridas-  para asirla a “su burricleta” y a buen puerto llevarla. Entre risas y chistes varios (pastillas del mareo, velocidad extrema y sus necesidades,  entre otras)  de la burricleta “a motor”, por la vía asfaltada  llegamos al pilón de Ramacastañas. En este punto, hacemos la parada obligada, para reponer fuerzas e hidratarnos; saludamos a “los moteros veleños” (Jose “Carpin” y Migue “Cacique”) y con los susodichos,  intercambiamos “rutas”, opiniones   y entre bromas, “alguno” les pide remolque.































Reempredemos el camino de vuelta, buscamos “La Cañada Real” y a cabalgar; manejando un  ritmo alegre y constante, nos topamos con la tradicional trashumancia, vaqueros que guían sus reses hacia las montañas,  “en busca de  los mejores pastos” ; Ilde “El Suegro” (¡¡¡¡Cómo anda el elementos!!!) siempre en primera línea, lidera el grupo y también  las fotografías (jajajajajajjajaaja) . Nos adentramos en la finca de Navalahierba, avistamos “burriclistas” desperdigados, que la organización parrillana por estos lares les han mandado; entre el acogedor encinar,  presumimos de la fresca jornada que estamos teniendo, lo cual es de agradecer a estas alturas del atípico verano;  ante nosotros, se presenta  la explosiva  escalada de “La Médica”, pero en esta ocasión, la vamos a afrontar,  bien resguardados a la sombra y con menos grados de lo normal. A nuestro paso, un goteo de ciclistas por la ancha pista; nuestro amigo "El Lobo", "con su afán de superación", brega con las subidas como un coloso; en  el abierto paisaje,  nos damos un baño de “polvo” por el continuo sube y baja, oteando parcelas construidas en medio de la nada y la rugosa orografía que nos brinda la sierra del Águila. Coronamos la cuerda  y desde aquí, levantamos el vuelo y afrontamos el tendido descenso; planeamos por el digno rincón, envasando  el aire fresco y limpio  que sale a nuestro encuentro; nos adueñamos de las vistas que nos regala el codificado horizonte y nos “recargamos” con  la sencillez que riega el privilegiado monte: “Si no puedes explicarlo con sencillez, es que no lo has entendido bien”: ”La vida es muy simple, pero insistimos en hacerla complicada….” En la villa de Parrillas, nos encontramos con la marcha bien avanzada, tomamos los pasos andados, bajamos alguna marcha para agruparnos, volvemos a cruzar el río, recogemos los caminos andados desde bien temprano. Como no nos ha atacado el agobiante calor, “parece que vamos enteros”, pero ni en el camino de vuelta “paramos de cascar”, algunos apretones por “Los Huertos” y también “en el repecho criminal”. De uno en uno coronamos, esperamos y nos agrupamos,  para entrar en la villa veleña hermanados. Ya,  en el punto de partida, coincidimos con  compañeros (Gabriel, Goyo y El Carpin)  que madrugan  algo menos y otros territorios más cercanos  se quedan a guardar;  nos damos novedades y compartimos minutos agradables. Hasta la próxima.  















Resumiendo, ruta circular de 66 kms, los principales caminos transitados han sido; Camino de Velada-Arenas-Parrillas-Navalcán-Parrillas- Caminos Viejo de Arenas de San Pedro, Sendas del Águila-Camino de Ramacastañas. Cañada Real Leonesa Occidental, Camino Parreño (Navalahierba), Camino Real de Arenas de San Pedro a Parrillas. Camino de Parrillas-Navalcán-Arenas-Velada.


Buen día…………….SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”


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