martes, 17 de julio de 2018

Ruta: Plataforma de Domingo Fernando-Penca Baja.


Domingo, quince de julio, en esta jornada  nos desplazamos a  la villa de Arenas de San Pedro, tenemos marcada  etapa de montaña: “Volvemos a nuestra querida Sierra de Gredos”, como bien dice el amigo Diego “Sin Miedo”. Cuatro Caballeros Veleños, acudimos a “la llamada montañera”, animados e hipermotivados `por frecuentar e inspeccionar   “el paraíso privilegiado”.

Iniciamos la marcha, desde “la urbanización los castaños” al centro de Arenas, con temperaturas más bajas de la cuenta y,  a las que no estamos acostumbrados en esta fechas por la villa de “los llanos”. Un tramo de carretera local por las piscinas naturales, escuchando las alegres notas  del bullicioso río, comentamos  lo agradable del lugar y “tanto bienestar” que todavía “nos dan más ganas de cabalgar”; pocos metros más adelante, avisamos en el giro de  izquierdas,  para que no haya sobresaltos ni sorpresas, “a ver si nos vamos a atragantar”. Sin apenas calentar ni protocolos, nos topamos con  la primera cuesta seria y dura, bien apuntalada y apuntando  “parriba”; paso hormigonado, bastante empinado y constante al quince por ciento por el zigzagueante cemento. Por el exigente “cuento”, apenas hablamos, escuchamos la entrecortada respiración, suspiros y bufidos, ahogados en el estrepitoso silencio, sumidos entre un vergel de helechos y la tupida arboleda que nos alberga y que nos va a suavizar las piernas; “comenzamos con ganas”, “apostamos fuerte para empezar” y otros comentarios de prudencia y  admiración se   escuchan  por la descomunal ascensión. A nuestro paso, huertas bien cuidadas y árboles frutales en pleno apogeo, que nos invitan a degustar sus llamativos y exquisitos frutos; mientras escalamos,  oteamos las limpias y genuinas vistas que nos regala el rincón de las mil maravillas  ¡¡¡¡así da gusto” ¡!!! Y de paso, nos recuperamos del tempranero susto.  Por el camino de la Francisca,  continuamos con nuestro prolongado  ascenso, bien resguardados a la sombra del bondadoso pinar  y con el termómetro marcando menos de veinte grados,  cabalgamos a buen ritmo y sin amilanarnos por los terrenos más elevados. Cristóbal “El Nazareno” que viene “de empalme”  derecho del trabajo, encabeza la marcha y de tanto apretar,  un radio de la rueda no ha aguantado la presión y “ha cascado”; no pasa nada, revisamos la avería,  “cortamos por lo sano” y a rodar. Por el estirado puerto , además de la transparente  quietud y  el reposado paisaje, encontramos cruces conocidos, pasos perfectamente  balizados,  chorreras y pilones bien abastecidos para que no nos falte el agua en todo el camino; disfrutamos de la tendida subida,  sobre la marcha, “algo picamos”, mientras,  varios temas vamos  comentamos, principalmente  relacionados con la sierra y la  variedad que nos ofrece,  todo no va a ser pedalear “a destajo”. Alberto “El Maestro Ceramista” además de su fuerza en la escalada, nos deleita con florituras y caballitos bien logrados; por estos lares, entre pitos y flautas, fotogramas de ficción  y el cuarteto agrupado, arribamos en la cima de “Mingo Fernando”. Unos minutos para recrearnos, inmortalizar las vistas del lugar y “pabajo” que “aunque parezca mentira”,  nos quedamos helados.


























Después “del primer asalto”, nos echamos monte abajo, bien protegidos, por el bosque de pinos,  gigantescos castaños, callejones sombríos hacen que en el fugaz descenso pasemos “frío”, vamos,  que hasta  nos alegramos cuando nos roza el sol por el cubierto camino. Desde el Hornillo, “por la comarcal”  vamos hacia el Arenal, en plena ascensión nos topamos con más burriclistas que saludamos y “El Asturiano” impresionado por  estos parajes,  también nos da novedades en su día de descanso. Desde aquí, queremos enlazar un camino que la temporada pasada “se nos escapó por patas”; para no variar, por el sombrajo seguimos escalando, atisbamos vías conocidas y en otras ocasiones recorridas. Un cartel nos avisa,  “velatorio” ya veo nublado y leo “Mortirolo” ¿será el mal de altura? ¿la emoción de lugar, que nos hace delirar? , ¡¡¡¡ostras cómo vamos a terminar!!!! Un poco más arriba,  nos desviamos a la izquierda y por la  pista bien señalizada, no nos deshacemos del espectacular pinar y nos encaramamos en una pendiente más benévola para trepar; llegamos al cruce de la discordia, pero no hay sorpresas, tenemos que girar, aunque la otra vía también continuaba  “parriba” (Habrá que volver…..y lo sabéis). A media ladera, ya en el calvero, entre piornos bien fornidos y el camino “algo dejado” a “La Penca Baja” llegamos. ¡¡¡¡¡RETO CONSEGUIDO!!!!, y el dolor de tripa,  desaparecido. En este punto, momentos  de relax, para llenar las andorgas, hidratarnos e ilustrarnos con el panel informativo, echamos cábalas del laberinto de caminos y las alternativas que nos brindan, pero no desaprovechamos la ocasión,  para disfrutar de la espléndida  panorámica serrana y reconocer picachos, puertos y el acogedor barranco de las cinco villas: “Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente y optimismo desafiante para encarar el futuro”.  

Desde este punto, preparamos el largo descenso, pero tendremos que meter algún tramo de propina, por eso de la etapa alargar, a ver si luego, nos vamos a quedar con ganas de más. La bajada se hace amena, en modo distendido, aunque parezca mentira;  pista ancha, temperatura “ideal”,  espectaculares paisajes que nos alegran la vista y  sacian  los sentidos; recogemos los caminos de vuelta y nos llenamos del aire límpido que riega a borbotones estos afortunados rincones. A nuestro paso, por otra vertiente, terrenos heridos, que poco a poco se van recuperando del incendio de hace unos años (2009), “lo imposible solo tarda un poco más”; mosaicos de  parcelas hortícolas, árboles frutales, chalets camperos, plantados en medio de la nada, ¡¡¡qué felicidad!!! Desde “La Parra”, marcamos “otra tachuela” y trepamos hacia “El Berrocal”; por estos lares, todavía no hay síntomas de calor, callejones sombreados y pasos bien “pateados”;  con  su ímpetu y tesón,  Alberto parte la cadena, ¡¡¡vaya día que lleva!!! , después de la amenaza e  inflar en varias ocasiones la rueda trasera.  Escalamos, sabiendo que la fiesta llega a su final y en el furor  de la mansa  bajada,  “una piedra saltarina” a Diego le abre una brecha en la pierna, ¡¡¡¡vamos a tener que venir con espinilleras!!! Sin más novedad, nos paseamos por la urbanización de los famosos, pero antes, nos hemos merendado otro repechón, recorremos el lujoso barrio y por la parte de atrás,  aterrizamos en el punto inicial. Para clausurar, cerveza fresca, morcilla con pan, a la sombra “de Los Castaños”, relajadas conversaciones, hacemos un resumen de la jornada montesa  y otras posibles que vendrán. Hasta la próxima semana.
























Resumiendo, ruta circular de 45 kms, los caminos transitados han sido; AV-P 711, Camino de Los Pinos al Hornillo, Camino La Francisca-Mingo Fernando, Camino forestal del Mirador Estelar-El Arenal, GR 180 (Arenas de San Pedro-Mombeltrán), Penca Baja, Camino de la Morañega, Camino de Los Marianistas, La Parra, Camino de El Berrocal, Urbanización de Los Famonos-Los Castaños.


 Pd: Mª Carmen (Suegra de Alberto) Muchas gracias por el pincho y el fresquito  refrigerio.

 Buen día..............SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”


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