Domingo, diecinueve de agosto,
instalamos el arco del triunfo en el merendero de “Playas Blancas”; como no podía ser de otra forma, después de
algunas gestiones y llamadas varias, tenemos etapa serrana. Siete caballeros
veleños somos los afortunados para el riguroso reto; también, nos acompaña Fran
“The Doctor” como invitado de honor, para internacionalizar el grupo y echar más picante al pelotón.
Iniciamos la jornada, con marcadas
caras de felicidad y degustando las
dulces sensaciones con las que nos agasaja la bondadosa montaña; el zarpazo del
aire limpio y fresco (“tirando a frío), el embriagador aroma que se zarandea
por el inmenso pinar, nos hacen perder
el juicio y por momentos, tendemos a delirar. También pedaleamos, eso sí, desde
el minuto uno en sentido ascendente; bien agrupados cabalgamos, a la vez que, de todo un poco vamos hablando, de temas
varios, actualidad, deportes y sociedad; nos recreamos con las genuinas
estampas montesas que vamos encontrando a nuestro paso, aprovechamos para tirar
fotografías y en cada suspiro que damos, vamos empinando el apetecible camino. Recorremos parajes adecentados, que
rezuman olor a resina, mezclado con
multicolores sensaciones, alejados del mundanal ruido, en medio de la nada, que nos
hacen dueños de las mil maravillas que nos regalan las transparentes pistas.
Sin dejar de escalar, nos adentramos en “la senda del vértigo”, un rincón para
enmarcar, escondido del mundo, digno de admirar y disfrutar, dichosos los que
nos colamos sin llamar. Después de tanta gratitud y encanto, salimos a la ancha
vía, nos acompañan las agradables temperaturas por estas benditas alturas,
según vamos escalando, agradecemos los metros de sol que se cuelan por la espesa arboleda; también nos asomamos por “el techo del mundo”,
para saborear las prósperas vistas que se muestran a media ladera y a más de
uno “dejan con la boca abierta”. Parapetados entre los desmedidos pinos, continuamos
ganando altura; a nuestro paso, pilones rebosantes de agua fresca, el sonido
mágico de las chorreras alegrando los sentidos, majadas de cabras a estas horas, todavía
encerradas y también, nos quitan el hipo, los fotogramas de la cadena montesa de Gredos y las espectaculares vistas del barranco de las
cinco villas.
Después de coronar “El Puerto de Pedro Bernardo”,
el fugaz descenso, para relajarnos y coger “resuello” del majestuoso paisaje,
gobernado por un apoteósico silencio. Sin más dilación, afrontamos el segundo
puerto del día, bien agrupados, echando la vista atrás, esperando –sin parar- cuando tenemos que agrupar; también damos
algunos relevos “sin apretar de más”, para animar la marcha y cuando hace falta,
nos echamos a “la sala de recuperación” para reparar las piernas y la respiración. En algún
momento, suenan las campanas y se disparan las alarmas y “desde la sala de los
picaos”, encabezados por Fran, se rompen las hostilidades y en plena subida,
parece “que algunos” van llaneando. Después del “esperado calentón”, de uno en uno coronamos, reponemos las botijas,
nos hidratamos y también nos alimentamos; fotografías de rigor en el panel
informativo, intercambio de opiniones con los ciclistas de Arenas y antes de
partir, tenemos que avisar y de las riendas tirar a Ilde “El Suegro” (“estás como un toro”) , que en las torretas se quería encaramar.
Preparamos la inminente y estirada bajada, planeamos por el
firmamento de Serranillos, "lujo y placer" en medio de la nada, teniendo “al monte Cabezo” como digno testigo; sin
dejar de subir, nos adentramos en la
pista del Horco, entre un mar de pinos; camino incómodo entre canturriales, regueras que nos ponen en alerta y “bajada
pestosa y demás de rota”. Me siento afortunado y bien resguardado por el elenco
de valerosos soldados que cabalgan a mi
lado; Ilde “El Suegro, por su tesón, ejemplar y digno de admirar; Luci “Frome”,
además de la amistad, como el mejor vino “cada año va a más”; Cristóbal “El
Nazareno”, eterna juventud, en plena progresión y “mucho por ganar”; Gabriel “Machaque”,
“rey de la combatividad”, entrega y
arrojo, amigo, estás hecho todo un coloso; Diego “Sin Miedo”, por sus
cualidades y elegancia “roza lo profesional”; Alberto “El Maestro Ceramista”, humor y alegría para el grupo, además de su fuerza sobrenatural, tiene “gen animal”; Fran “The Doctor”, lujo de
compañía en este día, portento físico, con denominación de origen y etiqueta negra francesa (Oh la la! Oh la la!)
Por estos lares, coronamos el mítico Puerto
del Pico y desde aquí, “volamos pabajo”; un quinteto nos colamos dirección al
Arenal, los demás compañeros, marchan en línea recta, quieren recortar y al punto de partida ya quieren llegar.
Disfrutamos del Barranco de las Cinco Villas desde otra perspectiva; reconocemos zonas que en el día de hoy hemos conquistado, pero tenemos “un pequeño
fallo”. El gps manual, tiene un cortocircuito, se ha despistado; Alberto “El
Maestro Ceramista”, el cruce que debemos tomar, no lo
tiene claro, tampoco “aparece la
señal”; nos toca investigar, subimos y volvemos a bajar, por tramos “perdidos”,
por aquí ¿o por allá?; a nuestro paso,
parcelas aisladas, piornos, chaparras y
zarzas taponando el angosto camino, “en alguna osera nos metemos” pero “cuesta
abajo el camino encontramos”; subidas hormigonadas , otras, bastantes empinadas y quebradas y cuando encontramos la primera salida, abandonamos el circular
laberinto y los últimos kilómetros los hacemos por asfalto, para entrar dentro
de tiempo y no tener sobresaltos. Arribamos en Playas Blancas, damos novedades
a nuestros compañeros, que llevan unos minutos esperando y damos por clausurada la exigente etapa de los
puertos. Hasta la próxima semana.
Resumiendo, ruta circular de 70 kms,
los principales caminos transitados han sido: Camino del Amoclón, Los Pozos, Puerto
de la Reina, Camino del Madroñal, Senda del Vértigo, Camino del Techo del Mundo
(Las Solanas), Puerto Pedro Bernardo, Puerto Serranillos, Camino del Horco, El
Colmenar, Puerto del Pico, Pista del Arenal, "Laberinto" de los Avaejos, N-502,
Playas Blancas.
Pd: Cristóbal, muchas gracias por tu
aportación fotográfica (3).
Buen día…………….SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho
tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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