martes, 14 de agosto de 2018

Ruta: Subidas El Bonal-Valdecolmenares-"La Gran Muralla"


Domingo, doce de agosto y en el habitual punto de partida, nueve caballeros veleños nos presentamos  a la cita festiva. Notables ausencias en el pelotón, titulares de renombre y “oficiales con galones” que son los menos madrugadores; con las burricletas prestas y  bien dispuestas,  un “surtido  de cuestas” presentamos  sobre la mesa;  parece que hay acuerdo, ninguna otra propuesta y la ruta cerrera, por mayoría  aprobada  en la asamblea.

Iniciamos la jornada por la despejada avenida, dirección los perales,  bien agrupados cabalgamos y  sin hacer la rotonda, bajamos por la ancha y apaciguada  cañada; agradables temperaturas nos acompañan, más adelante,   con maestría y oficio  salvamos los dichosos  arenales, avistamos las calmadas granjas, antes de “preparar la primera subida de la mañana”. El irreconocible  camino nos aguarda, con su pronunciada y continua pendiente, asentada en medio del monte, nos pone a prueba y comienza a “estirar” al pelotón de valientes.  En primera línea, gazapos saltando y las esquivas  perdices, deambulando por el pastizal achicharrado; algunos compañeros, desconocían por donde transitaban, ¿dónde saldremos? , otros,  se preguntaban;  más arriba, esperamos y nos agrupamos hasta que todos coronamos. Nicolás “Charcos”, empeñado  con su cámara multifunción, intenta  grabar un documental “de riesgo” para algún canal de televisión.   Desde aquí, cruzamos las villas vecinas, circunvalamos la localidad “cagarrache”, por sus “corrales empedrados”, avistamos variedad de cabezas de ganado, pastando y otros,  repanchingados, sin apenas  inmutarse de nuestro acentuado paso. Afrontamos la fugaz bajada del “vertedero”, cogemos aire, nos tomamos unos minutos de asueto, porque ya  conocemos “la magra” que nos espera  y con los brazos abiertos nos aguarda. Después de recorrer parajes más serenos y alejados, sin avisar, ni publicidad,  se empina el repentino camino;  “cada cual como pueda o quiera”, nos aferramos al conocido lema; “a cámara lenta” salvamos el primer tramo, “un dieciocho por ciento me ha marcado”, comenta alguno de mis compañeros; los metros restantes, son más “pausados y llevaderos” pero no bajamos la guardia,  ni  dejamos de  retorcemos, resoplamos, nos  esforzamos, algunos “al cielo clamando”  y de épica también tiramos, ya que en “plazas más grandes hemos toreado”. De uno en uno,  arribamos en el punto más elevado;  volvemos a esperar y nos agrupamos, hasta que todos llegamos y retomamos la ruta,  para  perdernos por el balizado y enmarañado  laberinto de caminos. En la villa de Segurilla, el amigo Gabriel “Machaque”  no se encuentra dispuesto, “me da,  que tuvo noche toledana”,    y abandona “el convite” antes de tiempo.  Los demás, remendamos cruces y otras vías conocidas, bajamos al Riscal y con paciencia y tesón  “domamos y enfilamos” la subida más técnica y quebrada de la jornada. Atravesamos parajes asilvestrados, sendas acicalas,  por el  apabullante  silencio, custodiadas; sobre la marcha, sin  apenas detenernos, nos hidratamos y algo también picamos; “parece que vamos a destajo”. 

































Después de los asaltos iniciales, no sé, si reiniciamos la etapa, si  apenas hemos parado, pero,  no queremos que nos ataque  la fuerza del calor;  bajamos hacia el insigne arroyo, y  ale, sin protocolos, ni anestesia, nos enfrentamos y  bregamos con “la tercera cuesta”;  descomunales repechos de infarto,  que  vigilan  el piso rugoso y asfaltado; el equipo veleño, sólo tiene “que apretar y algo más”, cada cual, “sus pájaros” en la cabeza llevará: “No importa lo oscuro que veas el camino, nunca tengas miedo de ir tras tus sueños”….”Sigue escalando, no dejes que las excusas te alcancen….”; como titanes, sabemos sufrir,  sumamos metros de desnivel, no se resiste ninguna pendiente y todo aquel que lo intenta, al final  lo agradece, sonríe y se muestra complaciente. Después del colosal esfuerzo, cruzamos victoriosos las localidades cerreras, reponemos las botijas y nos refrescamos en “el parque quijotesco”.
Por mi parte, decido “alargar la ruta”,  por eso de “hacer algo más;  invito a mis compañeros de viaje,  y el total  de la escuadra,  se anima a “la fiesta extra”. Dirección Gamonal, animados,  salvamos los repechos que nos encontramos por el tobogán rasgado y de regueras sembrado; como exhalaciones traspasamos los visitados  parajes, sin hacer mucho ruido  cruzamos el pueblo gamón y ahora,  llaneamos por el tupido encinar  con soltura, alegría  y “alguna marcha de más”. En el cruce de caminos, Ilde “El Suegro” pide tiempo, le pican las piernas, mientras se masajea en el suelo para no tener sorpresas; Roberto “El Bueno” (¡¡vaya temporada lleva el tío!!! ¿Dónde irá?) por la vía real,  pica a Fernando “El Benjamín” y le incita a acelerar “¿la etapa querrá ganar?”;  a pesar de los  tiras y aflojas, cabalgamos hermanados, bien agrupados, atravesando  el paisaje abrasado,  por la puerta de atrás llegamos “a los cuadros”. Nos concentramos en  el punto de partida, unos minutos para estirar y nos encontramos con los compañeros de “las ocho y media”; Goyo “El Coloso” y Eduardo “El Carpin”, que nos dan novedades, también nos contamos las batallas de la jornada,   nos echamos unas risas mientras no paramos de “rajar”, y así,  nos despedimos hasta la próxima semana.  
































Resumiendo, ruta circular de 58 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino de Los Perales, camino de Velada a Mejorada, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Los Huertos, Camino del Bonal, Camino de Velada a Mejorada-Segurilla; Camino del Vertedero, Camino de Valdecolmenares; Camino del Hituero-Riscal, Camino de Buenaventura-Segurilla (La Gran Muralla); Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal, Carril de Las Mulas, Camino Real-Velada.


Buen día………..SALUD.

           
“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”

No hay comentarios:

Publicar un comentario