miércoles, 5 de junio de 2019

Ruta: Retorno a la Sierra de Gredos -La Centenera-


Domingo, dos de junio, mañana agradable amanece y  temperaturas elevadas  nos pronostican como los pasados días. Después de las  gestiones pertinentes, llamadas de rigor,  anuncios y demás trámites, dos caballeros veleños pasamos revista y un año más,  inauguramos  las jornadas montañeras  por “nuestras querida Sierra de Gredos”, como diría nuestro amigo Diego “Sin Miedo”.

Alberto “El Maestro Ceramista” y un servidor  “El Relatero”, nos desplazamos hasta la vecina Arenas de San Pedro;  otros compañeros burriclistas,  se han quedado con ganas, “otra vez será, esto sólo ha hecho nada más que comenzar”. En principio, nuestras intenciones son claras, “reconocer el terreno”,  abrir camino para próximas aventuras y  avisar que “la fiesta alpina” ha iniciado ¡¡ya!! ¿Tenemos algún  motivo/”excusa”  para comenzar  la temporada? Ahí van algunas, seguro que hay otras más:  “mono” de conquistar las alturas,  subidas prolongadas y exigentes que nos pongan a prueba, deleite de escaladas puras, “ansias” de disfrutar del sosiego del  extenso y generoso pinar, cabalgar por los  oníricos paisajes serranos; sentir el frescor de las intrépidas  alturas, recrearnos con  la tranquilidad y calma que nos ofrece la fiel montaña, palpar el aire limpio y transparente que rezuma a cada paso; desafiarnos a nosotros mismos, poniendo a prueba el nivel físico y mental;  desconectar del día a día, de la rutina y de todo lo superficial y ordinario que nos rodea ¿o imponen?….disfrutar y sufrir de “las sorpresas” que nos aguardan en los vistosos y agraciados parajes montañeros, disfrutar del contacto directo con la naturaleza  y por supuesto, disfrutar/compartir sensaciones, impresiones, aventuras con los amigos/compañeros que se animen a venir: “ Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos”  ¿Algún motivo más para no querer  volver?

Después del desplazamiento hasta la villa serrana, en el punto de partida (en frente de la Bombonera)  planificamos la etapa; sacamos la escuadra, el cartabón, el compás y  trazamos puntos imaginarios;  por aquí, subimos mejor por allá, juntamos un poco más las curvas de nivel y “voila”, “el recorrido ideal”.

Abandonamos  Arenas,  subiendo por la comarcal avenida y  “el acogedor rincón del  Berrocal”,  nuestra primera “víctima elegida” para calentar;  nos escabullimos entre la espesa arboleda; escalamos a buen ritmo, senderistas a nuestro paso y nos mimetizamos con la  perfecta armonía que se respira por  la postal tupida. En un plis-plas, descendemos hacia “La Parra”, por un tobogán sombreado, acogedor desde su interior, que nos anima y nos transporta a esferas de estado mayor.




































Veintitrés kilómetros de subida dan para mucho; de todo un poco vamos hablando, en algunos puntos “también resoplamos”,  en otros “nos calienta el sol”; hay tiempo para todo en la tendida subida;  nos echamos unas risas y momentos divertidos nos brindamos, es lo que tiene “pasear” con “El Maestro Ceramista” (“Poco hablábamos subiendo La Centenera jajajajajajjajajaaja). A nuestro paso, multitud de pilones, presumiendo de agua fresca y limpia, chorreras disparando a raudales;  espectaculares vistas a media ladera que nos quitan el hipo y que no  podemos  dejar  de admirar (“de tanto mirar, nos vamos a estrellar”). Al fondo, “El Risco de las Morrillas” y las inconfundibles buitreras,  ondean desde  las alturas y dibujan un decorado  de ensueño que nos guían hacia el más allá. Una colección de piornos floridos, la agradable estampa de pinos “renacidos” y el exuberante pinar conforman la inminente y empinada realidad. Nos retorcemos en la serpenteante escalada, momentos de silencio sentido  que compartimos y empatizamos con el escarpado entorno; casi dos horas de estoica escalada, disfrutando  de la anestesia de las indomables alturas, momentos de descanso para reponer fuerzas e hidratarnos, ya que todavía “tenemos tela que cortar”.

El descenso “de diez”, otra experiencia colorista, con agradables vistas y saciantes  sensaciones que grabamos en nuestras ávidas retinas; villas que asoman entre la maraña pinera, surtidos de aire fresco y transparente, para recuperar las piernas y el resuello perdido, después del titánico esfuerzo. Como nos va la marcha, agregamos “otra tachuela” de cinco kilómetros de subida, hacia “La Francisca” por “el mirador estelar” a la búsqueda de la estación espacial; iniciamos con “timidez” después de la fugaz bajada; “parece” que las piernas no responden, ¡¡¡mentira!!!! Nos volvemos a configurar (“creo, que no se nos había pasado el efecto”) en modo escalada; degustamos exquisitas estampas, amables pasos que pican hacia arriba por la pista tendida; me da que vamos disfrutando de más, gestionando y dosificando bien las baterías; castaños centenarios y un pasillo de esbeltos pinos nos sombrean el genuino camino; poco a poco, nos vamos haciendo “con la propina extra”, hasta se nos hace más “corta” de la cuenta. Nos recreamos por el majestuoso paisaje, recargamos la recámara  de los sentidos, para afrontar la estirada y cómoda bajada. Deshacemos la quebrada vía, encaramados en la atracción montañera y optamos por la pista forestal, para reducir la marcha y entretenernos por las huertas frutales –pintorescas cerezas nos esperan- que “curvean” por la prodigiosa  y reciente castigada estampa:” ….cuando baja el telón solo hay una cosa sobre la que tenemos el dominio  absoluto….nuestras mentes.”
Sin más  novedad, pero con una sonrisa de oreja a oreja, arribamos en el punto de partida, guardamos las burricletas en “la cuadra móvil” y brindamos con pinchos y zumo de cebada fresca por la magnífica etapa ¿Cuál es vuestro motivo para conquistar/disfrutar de las etapas montañeras? Hasta la próxima.


En definitiva, ruta circular de 48 kms, los caminos transitados han sido; Camino del Berrocal- La Parra, Camino de Los Marianistas, Camino de La Morañega- La Centenera- El Arenal- El Hornillo- Camino del Canto Encaramado; Camino de La Francisca- El Hornillo-Camino de Los Pinos- Arenas de San Pedro.


Buen día…………..SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…..”


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