miércoles, 3 de julio de 2019

Ruta: Circular Arenas-Poyales-Guisando-El Hornillo-Arenas.


Domingo, treinta de junio, con la temida ola de calor azotando  en primera línea,  atacando con tesón  a la vasta  comarca y toda su periferia  y las  disparadas  temperaturas “abrasando” a las extensas llanuras . Huyendo de  la calurosa jornada,  marchamos a Arenas de San Pedro ¿quién ofrece otra alternativa  mejor? Cuatro caballeros veleños,  bien dispuestos y pertrechos, otra  semana más,   nos aventuramos por territorios montañosos,  en busca de nuevas sensaciones y  un ambiente más fresco.

En esto de definir conceptos, se da la dificultad añadida  de querer  concretar y en particular, de acertar con rigurosidad y  exactitud milimétrica, para intentar  poner de acuerdo a escépticos  eruditos, legos en la materia, detractores frustrados,  doctos estudiosos y personas de opiniones varias. En este caso, ¿qué estamos diciendo  cuando queremos definir la  belleza? (ahí es nada,  2500 años después,  sin llegar a un acuerdo). En primer lugar, dar y “querer encontrar”  la definición de “un vocablo”,  resulta bastante complicado, ambiguo , laborioso y no digamos “el querer consensuar en una comunidad”. ¿Hablamos de  una cualidad tangible o inmaterial? ¿Quizás una  noción abstracta?  ¿Podemos  hablar de una apreciación subjetiva u objetiva? ¿Tal vez, una categoría  mística, romántica  o filosófica? ¿Se trata, de un concepto superficial o cargado de profundidad? ¿Es una ilusión, un sentimiento o una incontrolable emoción? ¿Hablamos del  mismo concepto de  belleza,  cuando se lo  atribuimos a un caballo, a un vehículo, a un paisaje de montaña o, a una  persona?  “La belleza exterior atrae, pero la belleza interior cautiva”. Y tú, ¿Cómo definirías la belleza?


























En el pactado punto de encuentro de Arenas (Enfrente de “La Bombonera”), hablamos sobre la ruta propuesta  y otras alternativas que nos ofrece la empinada  orografía del terreno arbolado: conclusión, para disfrutar,  cuestas y puertos no han de faltar. Con Medina “El Estratega” liderando la etapa,  buscamos  elevados parajes y estampas que nos “dejen sin habla”; Diego “Sin Miedo”, de alegría  no cabe en su gozo, ganas tenía de volver  a “su querida Sierra de Gredos” y mi amigo Gabriel “Machaque”,  aguerrido caballero  que sabe sufrir en las más duras batallas y, mil veces  a las dificultades sobreponerse;  ya se escuchan sus  gritos  de guerra,  TULÉ-TULÉ-TULÉ  por las indómitas alturas.
La ruta marcada,  es un recital de joviales  y espectaculares sendas,  estratégicamente escondidas  en la umbría  del frondoso bosque; las generosas  temperaturas y el placer  de cabalgar a la sombra , otro regalo para deleitarnos en esta etapa  montesa; interminables subidas que nos ponen a prueba e imposibles  rampones mantenidos  del 20% que nos exigen lo mejor de uno mismo, entre  resoplidos y apretones. Atravesamos imponentes arboledas, primero de pinos para coger altura, más adelante,  el grandioso robledal nos tiende su mano y nos obsequia con su  genuina postal, cargada  de encanto, supone un  refugio para ilusos y desamparados.

A nuestro paso, multitud de pilones desbordados de agua fresca para abrevar,  amenas conversaciones, agradables momentos y risas  que no pueden faltar;  comentarios delirantes ante la majestuosidad del izado paisaje, intuimos que  provocados  “por el mal de altura”. Un ejército de moscas cansinas “nos atacan e incordian” rondando  nuestras  sudadas caras,  cuando estamos escalando,  en pleno esfuerzo y entregados  en  las dificultosas cuestas. Pero, ¿cómo no vamos a volver? No hemos finalizado y la próxima ruta  ya estamos planificando, otra y otra más, sin calendario nos vamos a quedar; un torrente de emociones nos embriaga en la acogedora soledad del pinar.  Nos sentimos afortunados, privilegiados,  ante la acreditada  belleza que se extiende a nuestro paso; balcones colgantes,  que nos invitan a recrearnos con sus espectaculares vistas, en medio de la nada, inundados en la quinta maravilla. En estos bendecidos  lares, nos adueñamos de la palpable tranquilidad,  de los  profundos suspiros  que rezuman de su  silencio y de la pureza del aire limpio,  que por la tupida arboleda se recrea. Nos encontramos con Lhesem “La Gacela del Sáhara”, que de turismo anda (“¿Habrá venido corriendo desde Velada?”), buscando la mejor charca para pasar la festiva jornada; le damos novedades y continuamos con nuestra marcha. También, afrontamos, largos y divertidos descensos por los calmados rincones; saboreamos los productos delicatesen de chocolate, miel y vainilla que encontramos en los lujosos tramos;  volamos con elegancia,  como las estilosas rapaces, recuperando el resuello y las piernas, mientras nos recreamos por la idílica postal,  que la sierra nos tiene  preparada como un exquisito manjar. Salimos airosos de multitud de lides sangrientas, sabiendo sufrir con honor, combatiendo con dignidad y arrojo;  cuando flaquean nuestras fuerzas, ahí está el compañero para darnos ánimos y aliento, caemos una vez y nos levantamos cinco. Nunca nos damos por vencidos, hablamos de nuevos retos, empapados en sudor, sonreímos, brindamos con zumo de cebada fresca y  buenos aperitivos,  para recrearnos con la última batalla: “Piensa en toda la belleza que queda a tu alrededor y sé feliz”. Hasta la próxima.






















Resumiendo, ruta circular de 52 kms ( 1200 metros desnivel +) los principales caminos transitados han sido: Senda de los pescadores, camino de los Llanos, Camino de la Pregonera, Camino de Arenas-Poyales (GR 293), Camino de las Manzorreras, GR 180 (Poyales- Guisando), Camino del Portezuelo a Guisando- El Hornillo (GR 293)-Camino de La Francisca, El Hornillo-Arenas de San Pedro.


Buen día……………….SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…..”

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