domingo, 10 de mayo de 2020

Desde el atril veleño.


 Los/as veleños/as tenemos la suerte infinita de tener y vivir en un entorno natural privilegiado; además del amplio y variado término municipal, para disfrutar en nuestro tiempo de ocio y como tierra “suficiente” para aquellos profesionales que se dedican al sector primario “para ganarse el pan”, hablo de los llanos del Baldío. Pistas y cerros como escudos,  para caminantes, “runners” y  burriclistas  que practicamos deporte  por el productivo perímetro; espacios acogedores y con cierto encanto,  para reuniones de amigos y familiares en la acogedora fresneda, donde  pasamos  agradables jornadas  de “comida-merienda-cena” y los laboriosos  agricultores que cosechan el fructífero “terralgo”  para reponer “sus graneros” y en estas fechas, también, cultivan las riquísimas y aguosas sandías, famosas por toda nuestra geografía.


























































Una tarde cualquiera, el segundo viernes del mes de mayo, “sin prisa, pero sin pausa”, otro día más (¡¡¡vaya semana!!!) rodar y rodar por la profusa y serena llanura; días de recreo y expansión por los vericuetos tantas veces tanteados y recorridos -en ocasiones de paso, ahora como etapa diaria- (si no nos quedamos satisfechos, le podemos meter “otra marcha”  y alguna vuelta más), también tenemos más alternativas, combinadas y versiones repetidas. Toca, jornada más tranquila, para el deleite, para ver el tiempo pasar con calma y observar los insignificantes detalles con más intensidad, tirar fotografías sobre la marcha y echar los pensamientos a volar. A mi paso, una explosión de colores varios en plena primavera, distintas tonalidades alegres dan brillo al camino, mientras la recién cortada cosecha, deja impregnado en el ambiente un intenso olor a hierba fresca. Simulacro de altas temperaturas por la pintoresca llanura, parece como si fuera soldado a “mi montura”, para disfrutar de cada pedalada, para hacer equilibrio y salir airoso del desafiante arenal, también, para contemplar los babies-alcornoques y a sus centenarios bisabuelos, preparados para ser “pelados”.  Los exuberantes brezales, tomillares, un mosaico de recargados hierbajos y la zona conocida como “las cabezuelas” van sumando puntos para hacer esta salida más amena; algún repecho, para romper la monotonía y charcas conocidas (Pontezuelo y “Promaría), antes de enfrentarme a la subida de “Las Casillas”. Desde esta “garita”, avisto la explanada conquistada, mientras me enfilo a pasos más cercanos y concurridos; la ermita veleña, la cañada “del extrarradio”, el pilón de los morales y el camino “imperial” para completar y cerrar este corral. Desde el distinguido escenario, interpreto el guion que me redacta la espléndida tarde, me pierdo en los recodos de mis pensamientos, mientras cabalgo por el término municipal veleño.  “No permitas que nadie corte tus alas …tú decides qué tan alto quieres volar.” “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos……por eso canta, ríe, llora, salta y vive intensamente -sin hacer el mal- cada momento de tu vida, antes de que el telón baje y termine sin aplausos….”

Resumiendo, ruta circular de 32 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino de La Mojeda, Camino del Molino- El Barbú, Cañada Real Leonesa Oriental, La Alcornoquera, Camino del Toril-Camino de la Mojeda-Alto de las Casillas-El Barbú, Camino Ermita de Gracia, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino del Corchito-Pilón de los Moralos-Camino Real de los Veratos- Velada.


Buen día………..SALUD.


“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.

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