Los/as veleños/as tenemos la suerte infinita
de tener y vivir en un entorno natural privilegiado; además del amplio y
variado término municipal, para disfrutar en nuestro tiempo de ocio y como
tierra “suficiente” para aquellos profesionales que se dedican al sector
primario “para ganarse el pan”, hablo de los llanos del Baldío. Pistas y cerros
como escudos, para caminantes, “runners”
y burriclistas que practicamos deporte por el productivo perímetro; espacios
acogedores y con cierto encanto, para reuniones
de amigos y familiares en la acogedora fresneda, donde pasamos agradables jornadas de “comida-merienda-cena” y los
laboriosos agricultores que cosechan el
fructífero “terralgo” para reponer “sus
graneros” y en estas fechas, también, cultivan las riquísimas y aguosas sandías,
famosas por toda nuestra geografía.
Una tarde cualquiera, el segundo viernes
del mes de mayo, “sin prisa, pero sin pausa”, otro día más (¡¡¡vaya semana!!!)
rodar y rodar por la profusa y serena llanura; días de recreo y expansión por
los vericuetos tantas veces tanteados y recorridos -en ocasiones de paso, ahora
como etapa diaria- (si no nos quedamos satisfechos, le podemos meter “otra
marcha” y alguna vuelta más), también
tenemos más alternativas, combinadas y versiones repetidas. Toca, jornada más
tranquila, para el deleite, para ver el tiempo pasar con calma y observar los
insignificantes detalles con más intensidad, tirar fotografías sobre la marcha
y echar los pensamientos a volar. A mi paso, una explosión de colores varios en
plena primavera, distintas tonalidades alegres dan brillo al camino, mientras
la recién cortada cosecha, deja impregnado en el ambiente un intenso olor a
hierba fresca. Simulacro de altas temperaturas por la pintoresca llanura,
parece como si fuera soldado a “mi montura”, para disfrutar de cada pedalada,
para hacer equilibrio y salir airoso del desafiante arenal, también, para
contemplar los babies-alcornoques y a sus centenarios bisabuelos, preparados
para ser “pelados”. Los exuberantes
brezales, tomillares, un mosaico de recargados hierbajos y la zona conocida
como “las cabezuelas” van sumando puntos para hacer esta salida más amena;
algún repecho, para romper la monotonía y charcas conocidas (Pontezuelo y
“Promaría), antes de enfrentarme a la subida de “Las Casillas”. Desde esta
“garita”, avisto la explanada conquistada, mientras me enfilo a pasos más
cercanos y concurridos; la ermita veleña, la cañada “del extrarradio”, el pilón
de los morales y el camino “imperial” para completar y cerrar este corral. Desde
el distinguido escenario, interpreto el guion que me redacta la espléndida tarde,
me pierdo en los recodos de mis pensamientos, mientras cabalgo por el término
municipal veleño. “No permitas que nadie
corte tus alas …tú decides qué tan alto quieres volar.” “La vida es una obra de
teatro que no permite ensayos……por eso canta, ríe, llora, salta y vive
intensamente -sin hacer el mal- cada momento de tu vida, antes de que el telón
baje y termine sin aplausos….”
Resumiendo, ruta circular de 32 kms, los
principales caminos transitados han sido: Camino de La Mojeda, Camino del
Molino- El Barbú, Cañada Real Leonesa Oriental, La Alcornoquera, Camino del
Toril-Camino de la Mojeda-Alto de las Casillas-El Barbú, Camino Ermita de
Gracia, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino del Corchito-Pilón de los
Moralos-Camino Real de los Veratos- Velada.
Buen día………..SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.
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