lunes, 15 de junio de 2020

Ruta: Menú Cinco Estrellas.

Domingo, catorce de junio, en el lugar de costumbre, una docena de caballeros veleños (más Ilde “El Suegro”, que nos aguarda en Segurilla y sale a nuestro encuentro), acudimos a la llamada burriclista. Todo un lujo en el cartel de convocados, aparecen nuestros jefes de filas, presidente, adelantado mayor y otros reconocidos veteranos del pelotón, “los guerreros” más experimentados y laureados del comando veleño: Andrés “El Presi”, JoseMa “El Gran Maestre” y Domingo “El Maca”, pasan revista a la tropa, damos novedades y ponemos sobre la mesa la pactada propuesta: un castillo de senderos y “algunas tachuelas”, más que cuestas, un menú de pata negra” previa reserva.































Iniciamos la jornada circunvalado la villa señorial, cabalgando por los anchurosos “terralgos”; bien agrupados, de todo un poco hablamos, intercalamos comentarios entre los congregados, bromas y risas “para calentar”, fotografías sobre la marcha, algún “intento de soborno” al “Relatero”, para tener “la foto de portada” y unos renglones de protagonismo. Pues ahí va: “Presi”, te tienes que dejar ver más, salir a disfrutar, deleitarnos con  tu agradable compañía,  y compartir algunos kilómetros con los que te queremos y apreciamos, con tus amigos. Después de “los preliminares”, empezamos “con los aperitivos y entrantes”, mientras se empina el mapa, “El Bonal” para adaptarnos sobre la tendida pista recién acicalada; subimos a ritmo, “cada uno al suyo”, algún incidente “de logística” por la retaguardia y con un “par de bridas”, asunto solucionado y “palante” tirando millas. Atravesamos la villas vecinas -un día más-, tanto que ya -Mejorada y Segurilla- nos parecen uno, de tanto pasar, nos creemos los adoptados del lugar. Para abrir boca, un menú festivo, de divertidos senderos intercalados con algunos repechos de segunda categoría -para hacer mejor la digestión-, para endulzar a los paladares más exigentes y apaciguar el apetito por los vericuetos más divertidos. Angostos pasos que hacen las delicias de los comensales asistentes; luces y fuegos artificiales nos reciben y un desfile de alegres elfos y duendes nos ponen la mesa, mientras las esquivas ninfas, con bengalas perfumadas, aplauden y vitorean nuestra colorida presencia. Roberto “El Bueno”, Jesús “El Serrano” e Ilde “El Suegro”, extasiados por la magia del local, también se suman al concurso de fotografía, mientras seguimos “mojando pan” y recogiendo las migajas de las relucientes bandejas de plata. Ya se escuchan por todo el salón los “TULÉ-TULÉ-TULÉ-TULÉ…..” de nuestro amigo Gabriel “Machaque”, señal de que el placentero y exquisito servicio marcha bien y está siendo del agrado de los afortunados invitados. Tres platos de estrechas veredas, ¡¡¡hasta que nos hartemos!!!! con aperitivos picantes entre plato y plato y sorbetes de limón, para hacer mejor la digestión, mientras desde “la profundidad de los fogones”, más, más y más nos pide la indómita legión. Comemos y dejamos comer y con respeto,  todos esperamos, antes de que nos sirvan el siguiente plato. 























Sobre la marcha, algunos compañeros abandonan la mesa con “la panza llena”; otros, seguimos en la feria gastronómica y pedimos chuletones de cuestas “pocos hechas”, si es posible “que se vea la sangre”, -por favor, y sin forraje-  generosas de grosor, al punto y cada cual como quiera; despacio y sin perder la compostura, a ver si nos vamos a atragantar por “no saborear” el suculento manjar. Alberto “El Maestro Ceramista” y Lhesem “La Gacela del Sáhara”, comen a dos manos con “el cuchillo entre los dientes”, no se hartan y piden “manjares de calidad”. Algunos, repetimos, otros comensales también dejan la sala, no se quieren atracar y dejan algo para la próxima jarana. La repetición sabe mucho mejor, optamos por  “la receta tradicional”, del campo a la mesa, sin prisa, a fuego lento, sobre los reconocidos fogones; al principio, no hincamos bien el diente, pero cuando trinchamos con agrado, de “la carnaza a la brasa” no nos desenganchamos. Todos damos la talla, menú gourmet sobre el repleto mantel, de calidad y reconocida plaza, con la mesa animada en agradable compañía, brindamos por la épica comilona y por muchas más. Martín “El Fiero” es nombrado “cliente de honor”, por su arrojo y tesón y mira que es “bruto” (a pesar de tener invitados en casa) que avisa a la cocina, para pedir otro chuletón; pagamos la cuenta, dejamos la merecida propina y con la cantimplora repleta, abandonamos la lujosa posada. Sobre la marcha, seguimos perdiendo unidades, -les reclaman motivos familiares- mientras los más glotones, en modo distendido, nos pedimos un café con dulces de mazapán, miel y chocolate y helado de turrón,  para hacer bien la digestión, nos echamos ”de paseo” por la dehesa del salón. “Una comida bien preparada tiene sabores delicados que hay que retener en los sentidos -y las piernas- para apreciarlos”. No dejes para mañana la ruta que puedas disfrutar hoy.    

En definitiva, ruta circular de 73 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino de Los Perales, Molino, La Mojeda, El Baldío, Camino de Los Huertos, Camino del Bonal, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla, Camino de Los Contravandistas (Leñadores), Camino de Segurilla- Cervera de Los Montes, Camino de Meregil, Sendero del Pozo, Camino Los Dornajos, Senda de los Cien años (Cervera), Antiguo Camino de Sotillo a Segurilla, El Riscal, Camino de Buenaventura-Segurilla (La Gran Muralla), Camino del Vertedero, Camino de Valdecolmanares, Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal, Camino de Casaquemada, Carril de Las Mulas-Camino Real-Velada.

  
Pd: Roberto, muchas gracias por tu aportación fotográfica (3)



Buen día…………SALUD.



“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.

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