Domingo, veintiocho de junio, en el
habitual lugar de partida, nueve caballeros veleños acudimos a la semanal cita
festiva – tres compañeros, se van a quedar por la zona de Segurilla -; con las burricletas dispuestas y bien
pertrechas, después de las propuestas presentadas, tenemos otra jornada de larga distancia; “de
pueblos, hacia Marrupe, por los
enebros”.
Comenzamos la jornada, hacia la zona del
Barbú, la intención es clara cuando rondamos esta plaza; también nos acompaña,
Juan Carlos “El Lobo”, siempre un placer y bienvenida su presencia a la
escuadra veleña; la escalada por la Gamonosa, -para abrir boca- sin calentar,
sin aditivos y todavía “casi dormidos”; saludamos a Eduardo “El Carpin” que ya
viene de vuelta, ha madrugado para colocar los caminos y las respectivas
cuestas. Nos despejamos por los aireados cerros, por sus tranquilas salas y
disfrutando de las esencias de la lúcida mañana; a nuestro paso, dejamos una estela
de polvo por los pasos recién arreglados; cruzamos las villas vecinas hacia el camino
asfaltado, “hace años, de tierra y menos transitado”; durante toda la jornada,
saludamos a “un montón” de burriclistas, será mi percepción, pero desde “el
desconfinamiento”, los caminos están más poblados. En Cervera, tenemos avería;
Lhesem “La Gacela del Sáhara”, una de las roldanas ha gripado, “las bolas
internas se han soltado”. No hay problema, Ilde “El Suegro”- que se incorporó
en Segurilla- y Roberto “El Bueno” – que llevan repuestos- con soltura y eficiencia, solucionan el
imprevisto entuerto. Desde aquí, bajamos hacia Pepino y la opción de “Las siete porteras” dejan al descubierto la concurrida vía, entre pastizales, hojas
labradas, centenarias encinas y la placentera compañía de “Doña Germana”.
Después del falso llano, empinamos el paisaje, metemos una marcha más y “nos
perdemos” por la romántica subida, tantas veces galardonada y encumbrada; a
buen ritmo y con alegría, nos recreamos por el agraciado enebral, con las
postales cerreras atisbando nuestra fugaz presencia y en ambas direcciones,
“esquivando” más ciclistas. Sin sobresaltos, vamos “coronando” y más adelante,
“en el pilón”, nos citamos para el merecido descanso; minutos de relax, para
recuperar el resuello, hidratarnos y reponer fuerzas, mientras “El Lobo” nos presenta
“su adquisición motorizada”, para la nueva temporada, a la vez que van llegando
más cicloturistas a abrevar en el solicitado lugar.
Reemprendemos la vuelta, por los caminos
“sin regar” y buscando un paraje más irregular; continuos subes y bajas, por el
silenciado y elevado encinar, mientras “las altas temperaturas” empiezan a amenazar; "polvo, sudor y lágrimas" mientras salvamos con éxito los coloridos repechos que “la organización” nos va poniendo
por el entretenido tobogán; peripuestos vallados de piedra, tramos alambrados que
dividen localidades y parcelas, extensas praderas cosechadas, nos van guiando,
mientras Martín “El Fiero”, aprieta con tesón por estas pendientes “del copón”.
Gabriel “Machaque” también cabalga con soltura, “verás como poco a poco vas
cogiendo la forma” -esto no tiene mucha ciencia, montar, montar y montar para
ir a más- te lograrás forjar como un guerrero de largas distancias: “El éxito es
la suma de los pequeños esfuerzos repetidos día tras día”. Después del atracón de subidas, volvemos a
cruzar las villas vecinas y votamos por llevar “de la mano” a nuestros amigos. hasta
las puertas de sus casas; en esta ocasión Ilde “El Suegro”, se lleva el galardón al
más combativo, por méritos propios y porque se va a “merendar” algunos kilómetros extras, al acompañarnos hasta Gamonal. Salvamos los últimos
desniveles, dando la talla por las panorámicas más cercanas y levitando por la
amena bajada; en la villa hermanada, despedimos a nuestros compañeros de batalla; en esta
ocasión, no queremos alargar las distancias (intencionadamente, no queremos
meter más carga, por eso de ganar puntos, para las inminentes andanzas), sin novedad ni sobresaltos, por “La Jineta”, arribamos en Velada. “Los verdaderos guerreros estudian cada derrota, para
convertirla en victoria en la próxima batalla”.
En definitiva, ruta circular de 62
kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa
Oriental, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla-Cervera de Los Montes-Pepino-San
Román-Marrupe- Segurilla- Camino de
Sotillo-Hituero-Segurilla-Mejorada-Gamonal-Velada.
Buen día……………SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.
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