Domingo, cinco de julio, toca regresar y
reencontrarnos con las mejores postales montañeras, por lo que en esta jornada,
tenemos ruta por la vecina villa de Arenas. Once caballeros veleños, entre el
comando talaverano e invitados, formamos el osado batallón: en primera línea
con las burricletas bien cuidadas y dispuestas para la exigente contienda.
Diego “Sin Miedo” y Antonio Medina, nos han diseñado un recorrido variopinto,
seguro que estará a la altura de los invitados y del corral seleccionado.
Complicado, organizar tanta información
de calidad, las dulces sensaciones serranas que por estos lares nos embriagan,
difícil describir los idílicos paisajes
e “imprimir” esos rincones de ficción
que nos hacen perder la cordura y la razón. Destacar, los agradables sonidos
del dicharachero riachuelo, pequeños arroyos, un surtido de fuentes y repletos pilones, generosos de agua cristalina y fresca, para
aliviar nuestra sed y recuperar el aliento, en ocasiones, disperso por la frondosidad del tupido bosque: “El
agua es la fuerza motriz de toda naturaleza”. Espectacular, el mosaico variado
que nos ofrece la imponente arboleda (pinos, robles, castaños….), gigantescos helechos
aumentando el colorido y dando la sensación de frescor, a nuestro paso un
surtido de árboles frutales, destacando los pintorescos cerezos, recónditos rincones y otras maravillas, reservados
para “románticos y menos cuerdos” ; temperaturas bastante llevaderas –tirando a
frescas- por nuestro bien, para mejor recuperar y hacer “menos sufridos” los
titánicos esfuerzos que nos ponen a prueba y exprimen en algunos rampones y otros repechos más
benévolos. Subidas largas y tendidas, que nos guían hacia tronos más
privilegiados, para conquistar armoniosos territorios y contemplar las vistas más
grandiosas; subrayar, los peculiares y reconfortantes olores que inundan
nuestros pasos y las mágicas panorámicas que nos embelesan y en ocasiones nos
dejan sin habla, aunque “por aquí” también se deja escuchar la rítmica
chicharra. La silenciosa profundidad del bosque, nos devora y nos traslada a otras
dimensiones cósmicas en medio de la nada, mientras cabalgamos sobre una lujosa alfombra
de relucientes y sonoras pinochas; disfrutamos el aquí y el ahora, en nuestras ilusas
plegarias, clamamos más penitencia, detenemos el tiempo y ninguno de “los
caballeros” queremos salir de este estado de trance, letargo y sosiego."La vida nos regala cada día un cheque de mil cuatrocientos cuarenta minutos, tu decides como gastarlos".
Trío de senderos y veredas, que nos quitan el
hipo, nos hechizan y nos hacen levitar entremedias del vivificante pinar;
suenan violines, gaitas y dulzainas, mientras los convocados bailamos y tocamos
las palmas, los duendes del tupido bosque, nos regalan sus mejores sonrisas y
plazas engalanadas de angostos y entretenidos pasos, para hacer más amena y
acogedora nuestra placentera estancia: “Esta mirada de la naturaleza, se
complace con la simplicidad”. Reparadoras sombras nos cuidan y miman por la
tranquilidad de las pistas arboladas, a la vez que, la sentida sensación de
bienestar se apodera “de la indómita cuadrilla”, mientras desde “las elevadas gradas”
vitorean más de lo mismo, para la saciar los paladares de los elegidos. Interminables
bajadas, para llenarnos del aire limpio que nos rodea, para avistar parajes de
ensueño y recolectar las mejores fragancias que rezuman de cada poro de la
fértil montaña. No menos destacable, la armonía y excepcional compañía, fotografías,
reportajes audiovisuales, agrupamientos y trabajo en equipo, sobre la marcha; bromas y risas por
todo el recorrido para hacer la jornada más amena y llevadera. Por supuesto, para
finalizar la etapa, zumo de cebada fresca y pinchos de la casa para brindar y
seguir contando batallas. Además, visita de honor -para darnos su bendición-
por parte de “Susi”, uno de los grandes de Arenas.”En todas las cosas de la naturaleza
hay algo maravilloso”. “Considero que la
naturaleza es incomprensiblemente hermosa: una perspectiva infinita de magia y
maravilla”. Hasta la próxima.
En definitiva, ruta circular de 50 kms,
los caminos transitados han sido; Arenas de San Pedro, Camino de las piscinas naturales, campamento
del Tejar, El Hornillo, Camino del Mirador Estelar, Fuente La Francisca,
Collado de la Casa, La Lobera, La
Tejedora, Guisando, Collado del Pegujal, El Corralito, Martintero, Campamento, Camino
Forestal del Arbillas-Arenas de San Pedro.
Buen día.............SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,
no tengo tiempo ni sitio….”.
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