domingo, 27 de diciembre de 2020

Ruta: Circular Talavera de la Reina.

Domingo, veintisiete de diciembre, cinco caballeros veleños acudimos a nuestro habitual punto de encuentro; bien ataviados, hasta las cejas tapados y con las burricletas dispuestas nos disponemos a afrontar la helada contienda; hoy nos vamos “de pueblos, pasando por Talavera”.

Comenzamos la jornada a dos grados bajo cero, ¿quién nos mandará salir de casa? Con lo bien que estaría en casa, al calor de la chimenea, con un buen café y la bandeja de mazapanes y turrón, pero esto, de momento, puede esperar.  A nuestro paso,  postales blanquecinas dando color al llano escenario; los presentes de la escuadra veleña no nos achantamos y estoicamente,  aguantamos las embestidas de las bajas temperaturas,  con las que nos agasaja la osada mañana; sobre la marcha, cabalgamos perfectamente agrupados, de todo un poco hablamos y de vez en cuando,  “tengo los dedos helados”, -escuchamos-. Agradecemos,  los tramos donde nos resguardamos al sol, aunque el termómetro no llegue a cero, según nos informan los datos digitales que llevamos incorporados; a nuestro paso, cruzamos otras villas sin darnos cuenta, grandes extensiones de huertas y granjas heladas vamos dejando a ambos lados del camino marcado; saludamos a otros burriclistas y “corredores” de corto y nosotros,  resoplando y otras veces,  ni respiramos para guardar el calor. Atravesamos la ciudad de la cerámica por el carril bici; antes, unos kilómetros atrás,  la cámara del Relatero también se ha “congelado” y me falla en el momento menos esperado. Por la senda del río, nos exponemos más al temible frío, pero al sol -y sin aire, de momento-, el camino se hace más liviano y llevadero; nos recreamos y resguardamos por el sereno encinar, esquivando charcos con “caramelos quebrados”  y por la vía de servicio, asomándonos a otros pisos más elevados.









                                            







En la segunda parte de la jornada, nos toca escalar; tenemos dos “tachuelas”, que nos van a poner a prueba y de paso, “nos van a calentar”. Nos ponemos el traje de faena y “parriba que nos pillan”. Con solvencia y tesón, salvamos los primeros desniveles de la jornada; Francis “El Paciente” y Roberto “El Bueno”, disfrutan de su buen momento y se columpian por las alturas; Nicolás Charcos, al tran-tran le cunde escalar, además, tiene espíritu de superación y lucha, es duro de pelar; Martín “El Fiero”, no se arruga nunca, le da igual llanear que trepar, con cuatro salidas más y “algún pique sano”, nos pone firmes en las etapas más duras; por cierto, en este punto, ya no nos acordamos de los grados bajo cero. En los días menos agradables, continuamos vigilando y custodiando la inmensa red de caminos que jalonan la comarca, somos privilegiados al seguir en la brecha y disfrutando de los mismos y de espléndidas jornadas domingueras, bien abrigados con amigos y compañeros de fatigas: “Nos todos los caminos que elijamos en la vida serán buenos, pero algunos serán necesarios para crecer”. Otro día más, cruzamos las villas cerreras, con alegría recogemos el mapa rallado y plegamos los paisajes en la mochila, para planificar y organizar la próxima salida: “El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la siguiente batalla”. Hasta la próxima.  

 Resumiendo, ruta circular de 60 kilómetros. Los principales caminos transitados han sido, Cuadros de La Vega, Carril de Las Mulas-Gamonal-Alberche, Camino de Aldahuil, Camino de Talavera, Cordel de Las Merinas, Camino de Espinosillo, Camino El Paraíso, Cerro Moro- Pepino. Camino de Pepino-Cervera de los Montes-Segurilla-Mejorada-Velada.


Buen día……………….SALUD.

 

“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario