Domingo (7-8-2022) seis caballeros veleños nos presentamos a filas en nuestro habitual punto de encuentro; con las burricletas bien pertrechas y dispuestas, todo preparado para la festiva contienda. Posibles propuestas sobre la mesa , “a Navalcán” nos propone Roberto “El Bueno”, “compramos la oferta”, todos de acuerdo, “pero habrá que añadir algún complemento.”
Comenzamos la jornada, buscando las afueras de la villa veleña, todavía adormilada; nos damos
novedades y bien agrupados, cabalgamos por los tranquilos llanos. Después de
calentar, nos adentramos en las entrañas de la placentera dehesa; todo un
agradable espectáculo de silencio y bienestar natural. Somos testigos de
impresionantes escenas, parapetadas que se mecen entre las impasibles encinas; rompemos
el descanso a la fresca de una manada de (ida) y una piara de jabatos (vuelta) que se
escurren entre la frondosidad de las chaparras.
Sin sobresaltos, arribamos en la
localidad navalqueña, bien engalanada en sus pre-fiestas. Mientras, la escuadra
veleña, en “modo escalada”, nos remangamos para “la juerga de subidas” que nos aguarda.
Nos montamos en el tendido puerto, con sus respectivos repechos y descansos.
Estupendas vistas por estos lares y también, el devastador foco del incendio de
Santa Cruz, dejándose ver y “oler”. Jesús “El Serrano”, en forma, puntúa en “las
metas volantes”, Martín “El Fiero”, -para no variar- “lo da todo, con pundonor.” Después del prolongado primer “asalto”,
nos colamos por los magnos vericuetos del pinar, repleto de amables estampas, dignas de admirar, con un
surtido de benévolas pendientes, esparcidas por el ameno parque de atracciones.
Más sosegados y distendidos, cabalgamos
entre medias del frondoso jaral por la acogedora avenida del cordal. Sobre la marcha, continuos
subes y bajas y buscando “una sombra para repostar.” Unos minutos para reponer
fuerzas e hidratarnos debajo de la encina, entre el piornal. Por el continuado
y efímero “tobogán”, buenas sensaciones recolectamos, nos dejamos embriagar con
sus afables panorámicas y en “un
santiamén” aterrizamos en Parrillas, donde paramos a refrescarnos y aprovechamos
“ para llenar las botijas y mochilas”.
A pesar del amago del calor, ritmo “alegre”
por los tramos más favorables y en “la criminal”
no apretamos -por eso de guardar- porque
nos queda el suplemento, pero antes, cruzamos el chicharrero del Baldío. Nuestros compañeros con afán, tesón y buen
trabajo, nos llevan a pie de puerto con los deberes bien hechos, para que afrontemos “bajo mínimos” el tramo
extra. Los benjamines Master-50 (Los Gabrieles y El Relatero) aceptamos el reto
de alargar la etapa y con nota, damos la
talla; con solvencia, no se resiste la pared del Bonal, “las tres cuestas” de Mejorada
claudican en nuestra presencia, hasta “La Gineta” nos hace el paseíllo en los
últimos repechos.
Resaltar de la ruta, la agradable tranquilidad que nos ofrece la dehesa, las generosas subidas -Camino de Arenas- que nos encontramos por Navalcán, el
impresionante mirador que supone la Sierra del Águila y el reconfortante Camino
de la Cuerda, como frontera, que nos brinda las sensacionales vistas de la
Sierra de Gredos y el horizonte de nuestra comarca. “El silencio es el ruido
más fuerte, quizás el más fuerte de todos los ruidos.” “La
vida es realmente simple, pero nosotros nos empeñamos en hacerla complicada.”
En definitiva, ruta circular de 76 kms.
Los principales caminos transitados han sido; Camino de
Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de la Tabla, Cañada Real Leonesa Occidental,
Camino de Talavera-Navalcán-Arenas, Sierra del Águila, Camino de la Cuerda,
Camino de Arenas-Parrillas-Velada, Camino de la Cruz de los Charquillos, Camino
de la Mojeda, Camino de los Huertos, Camino del Bonal-Mejorada-Gamonal-Velada.
Buen día………….SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,
no tengo tiempo ni sitio….”.
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