Sábado (15-10-2022), “cambio de tercio”, descanso para la burricleta ¿hasta cuándo? Nos ponemos el mono de faena, para realizar “pateando” alguna ruta montañera . Le debo, al amigo Óscar “Boliche”, salidas andarinas –espero que algunas más- por estos andurriales de altura. En esta ocasión, el amigo gamón, “sabe de qué va el tema”; experimentado en estas lides y otras, bastante más exigentes y arriesgadas, con cuerda para rato y sin horarios, ni tiempo ni calendarios.
Tempraneamos y nos presentamos en el
Puerto del Pico para iniciar la ruta pactada. Nos preparamos a conciencia,
cogemos los “achiperres adecuados” y de
ánimos sobrados, emprendemos la marcha.
Desde la ancha pradera del puerto, vamos cogiendo altura a través de una suave
y constante ascensión; serpenteante y entretenida por la angosta trocha,
colgados de los irregulares pasos
empedrados. Nos movemos con desparpajo y soltura por la agraciada, salvaje y menos conocida cara sur de Gredos. Fotografías por aquí y por allá, para intentar
inmortalizar los impresionantes fotogramas que salen a nuestro encuentro, todo
es susceptible de ser recopilado en la caja de los sentidos.
Desde la explanada de la Rubía, el amigo
Óscar, propone subir por la vertical del “bailadero” –haciendo la ruta, a la inversa de la habitual- ”¡me encanta la
idea!” En esta ocasión, suavizamos y hacemos menos agresiva la amena trepada,
entre el pedregal removido y restos del piornal. Sin darnos cuenta, nos presentamos en el
mirador del “Pico” (Risco del Cuervo), impresionantes vistas y fotogramas para
alimentar la retina de los sentidos. “Skye”, fotografía” –bastantes veces
repetida esta orden- , la compañía perruna, sube piedras y posa con estilo a la voz
conocida. Sobre la marcha, amenas y agradables conversaciones, por estos
lares todo es más fácil y sencillo, “sobrepasados por el inmenso
paisaje natural”. Por el estirado y cómodo cordal, nos recreamos con las
excepcionales vistas que vamos conquistando; Pico La Fría, Risco de Las
Morillas y Collado de la Sillita,
elevados balcones que aprovechamos para gozar y deleitarnos con las
monumentales panorámicas y perspectivas que encontramos desde los privilegiados
altares . A nuestro paso, avistamos algunos rebaños de cabras montesas,
exhibiendo su elegancia y pericia por el sinuoso riscal; también, decenas de
buitres adornan el cielo claro y azulado, dejándonos ojipláticos por el afortunado escenario. Nos encaramamos en los principales riscos, a
la vez que, echamos unos minutos para deleitarnos con los imponentes paisajes
aéreos que se recrean ante nuestra presencia.
Sobre la marcha, una alfombra asfaltada
de piedras sueltas, de todos los tamaños, engalanando el perfilado itinerario y
“un jardín de piornos” que vamos salvando según avanzamos por la prodigiosa
balconada. Un museo de piedras multiformes también nos entretiene y
desciframos; gigantescas setas, caras reconocidas, populares edificios, molinos
harineros y “lujosos” escondrijos para
vivaquear, mientras echamos la imaginación a volar. El descenso “del Arenal”
¿qué os voy a contar? Afortunados somos –una vez más- al aterrizar por este
paraíso sin igual; un nido de llevaderas zetas,
nos abren las puertas hacia un monumental escenario . Unos minutos de
relax en el acogedor refugio, antes de clausurar la trepidante marcha.
Desde este punto, nos adentramos en el
definitivo ramal; pendientes repentinas a media ladera, otras postales aéreas,
para dar brillo a nuestro prodigioso lienzo y, no
sé cuántas fuentes y manantiales vamos retratando por la amena senda, mientras
Skye da cuenta de ellas y con fruición se refresca. Sobre las angostas veredas
“mantenemos el equilibrio” –como en la vida misma- cuando al
fondo, avistamos estampas de
sobra conocidas; el barranco de las cinco villas, el accesible y acogedor
Torozo, secundado por “El Risco Gordo” y a la vez, resguardados por “El Pico Cabezo”. En el
último tramo, damos testimonio del “cementerio de pinos” (incendio del 2009)
que vamos encontrando por el cómodo y ágil camino. Nos detenemos para echar el
enésimo vistazo de la jornada; calzada
romana, puerto asfaltado y las dignas paredes que gobiernan por encima del
punto de partida.
Destacar de la ruta, cada paso que hemos
dado, cada metro que hemos andado, cada piedra que hemos pisado, por esta
espectacular y mítica ruta –y poco transitada, he aquí, donde radica su magia e
infinita grandeza-. Todo su escenario es una maravilla; trochas asalvajadas,
pendientes variadas, vistas aéreas, pasos a media ladera, veredas empedradas,
reconfortantes cimas y la siempre
entrañable compañía de cabras y buitres
por los puntos más altos de la ruta. “La belleza interior de la montaña
sobrepasa cualquier signo social.” “Todo en la vida es equilibrio, y el centro
del soporte eres tú.”
Resumiendo, ruta circular de 17 kms (900 m. D+). Itinerario, Puerto El Pico, Senda La Rubía, desde El Chozo, Subida “El Bailadero”, Risco del Cuervo, Cordal, Pico La Fría, Risco Las Morillas, Collado la Sillita, Puerto el Arenal, Refugio las Campanas, Senda Puerto del Pico.
Pd:
Óscar, muchas gracias por tu aportación fotográfica (9).
Pd1: Orden de las fotografías, inversas, desde el final de la ruta al principio.
Buen día………SALUD.
“…..mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”.
Gracias Óscar , también lo pasé genial, la montaña hace magia jajajajajaja. Espero, que la próxima sea pronto.....SALUD.
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