lunes, 3 de octubre de 2022

Ruta Ultra maratón-Plus: Velada-Cáceres.

 

Viernes (30-9-2022), tarde-noche de preparativos y pequeños detalles para afrontar con garantías el reto propuesto este año. Logística, vehículos, horarios,  puntos señalados,  víveres y refrigerios en neveras -para la llegada-. La avanzadilla familiar “en caravana”, solidarias, también van a “madrugar”;  cálculo de alimentación individual, luces y focos  para desenvolvernos con autonomía durante tres horas en la noche cerrada. Llamadas, mensajes de ánimos y mucho apoyo,  por parte de nuestros amigos-as. Con los nervios a flor de piel, desvelos y “algunos en vela” sin apenas dormir, llega el día señalado y la hora pactada.

Sábado (1-10-2022), entre caballeros veleños y miembros del comando talaverano, somos once los convocados. Antes de la hora prevista (05:00 h) en el habitual punto de encuentro, ahí nos presentamos, bien ataviados y con ánimos sobrados, preparados para “la épica sutilmente diseñada y con rigor, planificada.” Con las burricletas prestas y bien dispuestas -por la cuenta que nos tiene-,  “relinchando y con ganas de fiesta”; foto de rigor,  para inmortalizar el momento de partida,  hacia la conquista de la fortaleza cacereña.

Partimos, camuflados con la armoniosa oscuridad, arropados con la quietud nocturna,  bajo la cúpula estrellada y con temperaturas fluctuantes,  bajando hasta los cinco grados. Según nos ponemos en marcha, nos vamos despojando de “los nervios acumulados” y nos desenvolvemos con desparpajo y  naturalidad por el sombreado paisaje. Por el estirado y sereno camino imperial, sorteamos regueras, baches pronunciados y “recordamos el barranco del guardaganados.” Atravesamos localidades a estas horas, adormiladas;  vamos poniendo los caminos y las anchas cañadas, todavía acurrucadas y despejadas; entre dos luces, a nuestras espaldas,  nos sorprende el despertar del nuevo día y tenemos que cambiar el registro, para adaptarnos a luz mañanera. Entramos en Navalmoral, dónde aguardan impacientes, los amigos que se incorporan a filas;  reponemos fuerzas –“ron con melón, riquísimo”, nos quitamos, nos ponemos, dejamos y cogemos otros “bártulos” para afrontar la exigente jornada.

Desde aquí, comienza otra etapa, se agradecen los primeros minutos al sol; cabalgamos bastante cómodos por la vía de servicio, amenas conversaciones entre los integrantes, damos novedades a los recién incorporados, mientras nos escurrimos por el balizado camino. Disfrutamos de las estampas que se esconden por la reconocida dehesa extremeña, sus encantos y de los primeros repechos que nos vamos encontrando; a nuestro paso el imponente embalse, la triste panorámica de “la sierra chamuscada” y según vamos escalando el puerto “el olor a quemado” todavía se deja notar, asentado  por las cunetas. “Coronamos el mítico puerto”, esperamos y nos agrupamos cuando hace falta, no nos “atracamos” y también,  tiramos “del ramal”, porque todavía, tenemos bastante “tela que cortar”. Aunque repostamos sobre la marcha, pasamos de largo por el pueblo en fiestas -Jaraicejo- estaban “a lo suyo, con buena música y algunos bien tostaos.” Triunfamos por la empinada cañada, aderezada con descolocadas piedras sueltas,  para añadir dificultad; después, la amena travesía por la avenida bien marcada y entretenida, entre un mar de encinas, disfrutando del entorno y de la presencia de la red  ganadera. No tan lejos, atisbamos la fortificación de Trujillo, asentada en La Cabeza del Cerro, motivo que nos anima y continuamos cabalgando con tesón y ahínco; en esta ocasión, nos sentimos afortunados, “El Eolo” se alía con la escuadra veleña y nos perdona sus feroces embestidas, aire cero.  Aterrizamos en la localidad conquistada en ediciones anteriores -hoy, ya no es objetivo-  pedimos posada, para hidratarnos y  reponer fuerzas: con tortillas, calamares, refrescos, cafés y dulces “cargamos los depósitos” para afrontar los últimos cincuenta y cinco  kilómetros.

Después del tiempo de “recuperación”, reemprendemos la marcha; cabalgamos por  un sube y baja continuo por la ancha,  amarillenta y “trillada”  cañada; a nuestro paso, vamos abriendo porteras, cambiando de decorados; unos desteñidos,  otros, más abigarrados entre encinas y chaparras de cuento, aunque, escondidos entre exigentes repechos que nos siguen castigando según van pasando las horas sobre las burricletas. Algunas averías sobre la marcha, sin consecuencias para la cuadrilla, cruzamos dos localidades más, por pasos bastantes llevaderos y amenos; somos conscientes de que nos vamos acercando a nuestro destino; un último esfuerzo por el laberinto extremeño y  nos agrupamos por enésima vez, para entrar hermanados. Recorremos las principales avenidas de la ciudad, buscando “su espectacular casco antiguo”, donde nos aguardan nuestras pacientes y “benditas” familias. Sabemos, que la descomunal épica está consumada, ya que comenzamos a escuchar gritos, aplausos y la algarabía a la entrada de la repleta y concurrida plaza. Emoción, felicitaciones, alegría inmensa, sonrisas de satisfacción, algunas lágrimas  y saludos más cercanos, entre la multitudinaria expedición,  tras la heroica aventura finalizada.

Después del caluroso recibimiento, fotografías oficiales  de la conquista conseguida y, para reponer fuerzas y recuperarnos del esfuerzo realizado,  “el  exquisito picnic casero”, zumo de cebada fresca para brindar, comentando   las mejores jugadas de la jornada. Buen fin de semana,  de deporte, historia y cultura en una “plaza” cargada de encanto y un entorno muy particular: Cáceres ya es historia.

Muchas gracias a todas las personas que nos animasteis y distéis apoyos, antes, durante y después de la hazaña conseguida. De forma muy especial, a nuestras familias, por estar ahí y “soportar” nuestras “locuras y andanzas”. Además, doble agradecimiento, porque sois vosotras las que os encargáis de la otra parte más importante -nosotros, somos más desastres y básicos-; reservas de alojamientos, trámites y gestiones varias,  comidas, visitas y de  la página cultural. Nosotros, sólo tenemos que pedalear. Por supuesto, la alegría y emoción es infinita,  cuando llegamos y nos encontramos con nuestro grupo favorito de animadoras y “los churumbeles” saltando y corriendo hacia nosotros. ¡¡¡¡¡MIL GRACIAS, por muchos años más!!!!!   “Primer paso, tener un objetivo claro. Segundo paso, tener los recursos necesarios para lograr lo que deseas.”  “ Del otoño aprendí, que aunque caigan las hojas el árbol sigue en pie.”





























En definitiva, ruta lineal (ida) de 192 kilómetros (1700 m. D+). Los principales caminos transitados han sido; Camino Real, Cañada San Marcos, Cañada de los Gallegos, Camino de Navalmoral, Vía de servicio, antigua N-V, Cañada Puerto de Miravete- Trujillo, Cañada Real de Trujillo, Camino Sierra de Fuentes-Cáceres.

 

Pd: Mª Sol, Roberto, Martín, Francis, Diego, Cristóbal, muchas gracias por vuestras magníficas aportaciones fotográficas (17).

Pd1: localidades por las que hemos pasado; Corchuela, Ventas de San Julián, Navalmoral de la Mata, Almaraz, Casas de Miravete, Jaraicejo, Trujillo, La Cumbre, Sierra de Fuentes, Cáceres.


Buen día…………SALUD.  


“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”. 



 


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