lunes, 21 de agosto de 2023

Ruta: El Berrocal- Collado Las Machaconas-La Centenera –Oeste-El Puerto del Pico-El Sidrillo.

 

Domingo (20-08-2023),  dos caballeros veleños   nos presentamos  a filas, para clausurar la temporada  de rutas montañeras;  los demás compañeros, por motivos varios, se toman “el día de asuntos propios” . Con las burricletas prestas y bien dispuestas,  sobre la marcha –camino de Arenas- diseñamos la mítica etapa; largos puertos, subidas cómodas, desnivel, para escapar de “ola de calor” y altas temperaturas,  que nos amenazan por la comarca veleña.

Comenzamos la jornada, “probando”, ya que el amigo Alberto “El Maestro Ceramista”, arrastra una pequeña lesión –y no sabe si podrá terminar- , por eso, el  seleccionar “plazas cómodas” para “no machacar”. El pinar del “Berrocal” nos acoge “para calentar”; cabalgamos “sin apretar” por el agradable sombrajo;  tanteando el terreno y al “compañero herido” –pero éste, tiene mucha cuerda y no claudica fácilmente- , “aunque si me pongo de pie, sí me molesta”; pues ya sabes, “sentado y semi-incorporado”.

A nuestro paso, espectaculares ascensos y amables vistas en todas las direcciones, que recogemos según vamos escalando; oteamos nuestro entorno desde el gratificante púlpito, para hacer más llevadera “la confortable marcha”. Generosas sombras y frescor montañero, dulces aromas que nos seducen por estos lares, mientras voy preguntando a mi escudero, “por sus molestias”. – “Esto,  cuando se “caliente”, se pasa  y volamos”,  - me comenta.

Sobre la marcha,  paramos a “llenar las botijas”, para afrontar “el castillo de puertos” que nos aguardan desde la villa del Arenal.  La Centenera –por su cara Oeste- nos brinda vistosos detalles, que de bajada permanecen escondidos; desniveles que nos ponen a prueba, fuentes ¿pero  éstas,  están cuando bajamos?, un refugio esquinado, un chozo de pastor y surtidores de agua fresca que no paran de “chorrear” y para postre, un ciclista –desde su automóvil- “nos encarga” que si encontramos sus gafas,  contactemos con él. Desde su inexpugnable  trono, “La Penca Alta”, nos vigila y controla desde las  privilegiadas alturas de la mano de otros picachos; pero “estos convites”, no entran en nuestros planes en el día de hoy. Toca, “contar los carteles” y deleitarnos con el prodigioso paisaje.

Antes de coronar, lo volvemos a comentar, “dos horas de escalada acurrucados a la sombra” ¿quién da más? Desde este punto, fugaz descenso –cara Este- , asomados al “Barranco”, al fondo el izado Torozo y en la parte trasera, “el temeroso llano”, correspondencia con línea, “El Pico”; mítico puerto, que se hace llevadero, tranquilo a estas horas, “sin exprimirnos” sumamos desnivel, contando sus curvas y tramos más empinados. Conquistamos la esperada y concurrida  cima, “guardando y reservando”; paramos a hidratarnos y reponer fuerzas con los motoristas veleños y otra caterva de ciclistas que van llegando. Desde aquí, nos apuntamos a la rápida bajada – El Sidrillo- ; planeamos desde el deleite y la admiración, por  el ameno puerto, reposado entre sombras y escondido entre las crestas de alta montaña. San Esteban y Mombeltrán también atravesamos y desde aquí, -ya calienta el sol- la subida del Saucedo; camino empinado, agrietado, adornado con regueras y piedra sueltas, que para clausurar no está nada mal. Mientras, al amigo Alberto, ya le han desaparecido sus molestias y “cómo alpea” por estos andurriales. Después del “desnivelado susto”, salimos a la ancha pista y los últimos kms, nos favorecen y por “los famosos”, arribamos al punto de partida. Para clausurar la temporada montañera –lo mismo volvemos a hacer la inversa- zumo de cebada helada, refrescos y exquisitos pinchos para brindar.

Destacar de la ruta, además de los paisajes montañeros, las agradables sensaciones que se desprenden de estos rincones. Multitud de pilones y fuentes de agua fresca y la cantidad de  detalles que hemos encontrado subiendo La Centenera –siempre la bajamos por esta cara-  y que en su descenso no reparamos en ellos; refugios, chorreras, fuentes y la palpable tranquilidad,  que se descuelga por la espesura de la arboleda. ”Escondida entre las casualidades, florece la belleza de la vida”.

 

En definitiva, ruta circular de 66 kms (1600 m. D+).  Los principales caminos transitados han sido, Paseo de la triste Condesa,  Camino del Berrocal-La Parra,  Camino de los Marianistas, Collado de Las Machaconas-El Arenal- La Centenera (Oeste-Este), Puerto El  Pico, El Sidrillo, San Esteban del Valle, Cañada del Puerto-La Villa, Camino del Saucedo, Los Marianistas-La Parra- Senda de Los Famosos, Arenas de San Pedro.


Pd: las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta. 

 
















Buen día……..SALUD.

 

“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…..”

 

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