Domingo
(20-08-2023), dos caballeros
veleños nos presentamos a filas, para clausurar la temporada de rutas montañeras; los demás compañeros, por motivos varios, se
toman “el día de asuntos propios” . Con las burricletas prestas y bien
dispuestas, sobre la marcha –camino de
Arenas- diseñamos la mítica etapa; largos puertos, subidas cómodas, desnivel,
para escapar de “ola de calor” y altas temperaturas, que nos amenazan por la comarca veleña.
Comenzamos la jornada,
“probando”, ya que el amigo Alberto “El Maestro Ceramista”, arrastra una
pequeña lesión –y no sabe si podrá terminar- , por eso, el seleccionar “plazas cómodas” para “no
machacar”. El pinar del “Berrocal” nos acoge “para calentar”; cabalgamos “sin
apretar” por el agradable sombrajo;
tanteando el terreno y al “compañero herido” –pero éste, tiene mucha
cuerda y no claudica fácilmente- , “aunque si me pongo de pie, sí me molesta”;
pues ya sabes, “sentado y semi-incorporado”.
A nuestro paso,
espectaculares ascensos y amables vistas en todas las direcciones, que
recogemos según vamos escalando; oteamos nuestro entorno desde el gratificante
púlpito, para hacer más llevadera “la confortable marcha”. Generosas sombras y
frescor montañero, dulces aromas que nos seducen por estos lares, mientras voy
preguntando a mi escudero, “por sus molestias”. – “Esto, cuando se “caliente”, se pasa y volamos”,
- me comenta.
Sobre la marcha, paramos a “llenar las botijas”, para afrontar
“el castillo de puertos” que nos aguardan desde la villa del Arenal. La Centenera –por su cara Oeste- nos brinda
vistosos detalles, que de bajada permanecen escondidos; desniveles que nos
ponen a prueba, fuentes ¿pero
éstas, están cuando bajamos?, un
refugio esquinado, un chozo de pastor y surtidores de agua fresca que no paran
de “chorrear” y para postre, un ciclista –desde su automóvil- “nos encarga” que
si encontramos sus gafas, contactemos
con él. Desde su inexpugnable trono, “La
Penca Alta”, nos vigila y controla desde las
privilegiadas alturas de la mano de otros picachos; pero “estos
convites”, no entran en nuestros planes en el día de hoy. Toca, “contar los
carteles” y deleitarnos con el prodigioso paisaje.
Antes de coronar, lo
volvemos a comentar, “dos horas de escalada acurrucados a la sombra” ¿quién da
más? Desde este punto, fugaz descenso –cara Este- , asomados al “Barranco”, al
fondo el izado Torozo y en la parte trasera, “el temeroso llano”, correspondencia
con línea, “El Pico”; mítico puerto, que se hace llevadero, tranquilo a estas
horas, “sin exprimirnos” sumamos desnivel, contando sus curvas y tramos más
empinados. Conquistamos la esperada y concurrida cima, “guardando y reservando”; paramos a
hidratarnos y reponer fuerzas con los motoristas veleños y otra caterva de
ciclistas que van llegando. Desde aquí, nos apuntamos a la rápida bajada – El
Sidrillo- ; planeamos desde el deleite y la admiración, por el ameno puerto, reposado entre sombras y
escondido entre las crestas de alta montaña. San Esteban y Mombeltrán también
atravesamos y desde aquí, -ya calienta el sol- la subida del Saucedo; camino
empinado, agrietado, adornado con regueras y piedra sueltas, que para clausurar
no está nada mal. Mientras, al amigo Alberto, ya le han desaparecido sus
molestias y “cómo alpea” por estos andurriales. Después del “desnivelado
susto”, salimos a la ancha pista y los últimos kms, nos favorecen y por “los
famosos”, arribamos al punto de partida. Para clausurar la temporada montañera
–lo mismo volvemos a hacer la inversa- zumo de cebada helada, refrescos y
exquisitos pinchos para brindar.
Destacar de la ruta,
además de los paisajes montañeros, las agradables sensaciones que se desprenden
de estos rincones. Multitud de pilones y fuentes de agua fresca y la cantidad
de detalles que hemos encontrado
subiendo La Centenera –siempre la bajamos por esta cara- y que en su descenso no reparamos en ellos;
refugios, chorreras, fuentes y la palpable tranquilidad, que se descuelga por la espesura de la
arboleda. ”Escondida entre las casualidades, florece la belleza de la vida”.
En definitiva, ruta
circular de 66 kms (1600 m. D+). Los
principales caminos transitados han sido, Paseo de la triste Condesa, Camino del Berrocal-La Parra, Camino de los Marianistas, Collado de Las
Machaconas-El Arenal- La Centenera (Oeste-Este), Puerto El Pico, El Sidrillo, San Esteban del Valle,
Cañada del Puerto-La Villa, Camino del Saucedo, Los Marianistas-La Parra- Senda
de Los Famosos, Arenas de San Pedro.
Pd: las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta.
Buen día……..SALUD.
“…mil caminos por andar
y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…..”
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