lunes, 18 de diciembre de 2023

Ruta Circular: Subidas “La Asfaltá”, La Herrería-El Vertedero-El Riscal-La Gran Muralla.

 

Domingo (17-12-2024), en el habitual punto de encuentro “ni escuderos, ni becarios ni gallos”, en esta jornada me toca cabalgar en solitario; descansos y asuntos varios para los demás caballeros activos. Para afrontar las bajas temperaturas de la gélida mañana, sesión cerrera de cuestas y desniveles.

En vísperas del inminente invierno, ya se dejan notar las primeras  heladas; circunvalación por la villa veleña, para salir al “infinito terralgo”, donde se agradece la presencia del madrugador solano, aunque,  se va a notar más “calor” por “el surtido de cuestas que me esperan acamás”.   Primero, hay que cruzar “la llanura siberiana”, aunque, por lo menos está bien asentada.

Si tengo que guardar algún recuerdo de esta ruta, es por la continua y agradable melodía del agua corriente, síntomas evidentes de la resaca que nos dejaron  las lluvias pasadas; charcas clandestinas, cunetas rebosadas, arroyos bravíos con banda sonora propia y caminos soportando los sobrantes de “las aceras”  con cristalinos susurros que cuelgan de las zarzas y chaparras. Tiene su encanto “andorrear en solitario” de vez en cuando (pero que conste, prefiero salir bien acompañado); atrapando  pequeños detalles que nos brinda el pausado paisaje; algunos hielos en las charcas, asomando, disfrutando de la quietud y tranquilidad que rezuma en cada palmo del abigarrado itinerario.

Se van sucediendo las subidas, tramos más empinados, ¿dónde se quedó el amenazante frío?; por la acogedora senda, ensimismado se levita al pasar; el conocido arroyuelo atrapado entre fresnos y piedras, me embelesa; sin darme cuenta, -saliendo de la nada- aparece “un jabato con prisa”, atraviesa alambreras, marullagos y  el bullicioso regato empedrado, “el bicho, viene escapao”. Me retuerzo por estos lares empinados, alimento los sentidos por el agraciado escenario, mientras me acomodo y me recreo  por el desnivel seleccionado.

Sobre la marcha, saludo a otros intrépidos burriclistas, andarines que se “adueñan” del ancho camino, antes de aterrizar en la zona de los barrancos. Unos minutos de relax, para reponer fuerzas en el solicitado altar. Desde aquí, “el postre” para rematar; ¿qué vamos a decir?, de los rampones del “ recto torreón”,  que me pone a prueba en estos días de “descanso y recreo” , sumando exagerados porcentajes, sereno y administrando esfuerzos. Después del repertorio de cuestas, el camino de vuelta,  se hace ameno y llevadero, me encuentro con Lhesem “La Gacela del Sáhara” y “su equipo” de carreristas -parecen que van de paseo por el camino zorrero-, intercambiamos impresiones sobre la marcha y desde aquí, planeo con alegría por el tobogán cerrero,  para finiquitar la plácida y elevada jornada.   

Destacar de la etapa, que ya hacen acto de presencia “las pelonas” de la época, claros indicadores del venidero invierno; la tranquilidad que se respira por el entorno enmarcado, multivariado,  y resaltar –una vez más- la cantidad de agua –vida- que “abastece” a cunetas, charcas, sembrados y principales arroyos visitados. “El tiempo contesta a tus preguntas o hace que ya no te importen las respuestas.” 

 En definitiva, ruta circular de 50 kms. Los principales caminos transitados han sido; Camino de Los Perales-El Molino, Camino de La Mojeda, Camino de Los Huertos – Subida de “La Asfaltá”-Mejorada-La Herrería-Cañada Leonesa Oriental-Senda del Ruiseñor, El Vertedero-Segurilla-Camino del Hituero-El Riscal-Camino de Buenaventura (La Gran Muralla)-Segurilla-Mejorada-Velada.


                                                   

                                                 

                                                








“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”


Buen día…………..SALUD.

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