lunes, 26 de noviembre de 2012

Ruta: el puente ficticio y sin destino fijo


     Domingo veinticinco de noviembre, “los de casi siempre” presentes ( también,  se echa de menos a algunos ausentes)  puntuales  en el lugar de costumbre . Diez caballeros veleños a la aventura en busca del nuevo reto. ¿Y  hoy dónde hacemos “el chozo”? Que si por aquí  no, para allá tampoco, “parriba”, a “llanear” ¿quién da más? Ante la falta de decisión,  “el gran maestre” toma el timón;  “cogemos de aquí, cortamos de allá, subimos a “un gallinero”, cruzamos el abismo y no sé por dónde, hacia el “puente imaginario” (futura construcción), luego ya veremos dónde aparecemos. Será que no me sube “el riego” o el maestro habla “hebreo”.  Hoy sin un trayecto claro, ni dirección, esto puede ser otro “marrón”.

      Iniciamos la marcha, por el camino rural hacia Gamonal y por asfalto  nos enfilamos hacia el canal. Pues sí, lleva agua el “embalse”, un “bosque de eucaliptos”  hace más ameno el paisaje. Rodamos sin prisa, próximo destino, “Talaverilla”. Atravesamos el pueblo, cruzamos caminos conocidos, obras a nuestro paso, sin ningún traspié  llegamos al “río Tajo” y el puente “imaginario”  aún  “sin hacer”. “Cuando tengamos la pasarela, diversión y rutas sin fronteras”.

        Por la placentera   vereda, entramos a “Talavera”, ¿pero dónde queremos llegar? ¿Hoy vamos de tiendas? ¿o pinchos y cervezas frescas?” ¿hacia  Azután,  el puente Amador y Calera?”; son los interrogantes en el pelotón.  Cruzamos el antiguo puente romano hacia “el paredón”, en busca de nuevas vivencias por el camino de Las Herencias. Hacemos un quiebro a otros pasos  “estos para otro día”, pasamos por granjas,  alguna labranza y llegamos al “barrio Santa María”. Allá, no  tan lejos el “colosal monumento”;  carril bici, moqueta y “alfombra roja” y, para  el que quiera,  carretera,  hacia el gran puente que  “engalana”  al torrente  de Talavera.

Camino de las Herencias
Vistas de los Barrancos

Circulando por el carril bici








Río Tajo








Puente atirantado

Puente sobre el río 














       Hacemos un alto y de paso algo picamos; de todo hablamos,  pero  el retorno no está  planeado. Rodamos por la orilla del caudal; la gran chopera levanta sus brazos, el cielo parece alcanzar, la huella  del otoño aquí es magistral. Cruzamos el cordel de las Merinas, a nuestro paso el arroyo de las parras. Sobre la marcha, vamos perdiendo efectivos que deciden el regreso por el prolongado canal y más pronto llegar. El “cuarteto sobrante” no sabemos si lo tenemos claro, pero “creo” que  nos espera un “recado” (por la vuelta que queremos dar). Entre los “elementos”, parece que hay un acuerdo tácito, “a casa por el recorrido más largo y complicado”;  cruzamos pequeñas dehesas por Espinosillo y el Chaparral,  en Pepino nos queremos “encaramar”. Pues eso;  cerros que salen a nuestro encuentro, reses que pacen en la tranquilidad del encinar  y  por el camino de hormigón nos viene  el primer “repechón”. ¡¡¡¡Dioooos!!!!!!!! Ni “el gran maestre” llega tranquilo, ¡¡¡¡milagro!!!!!! Se ha “transformado” en el “Águila de Alcañizo”.

El otoño en el margen del río
Circulando por la "chopera"











                                                         

 Arroyo las parras
Un trío por "El Espinosillo"









Labranza tradicional
Camino de Pepino
     









Subida hacia Pepino
"El Águila de Alcañizo" en acción.

     Abandonamos  la aldea “pepinera”;  “si para llegar a Cervera, nos espera otra  “agradecida” cuesta”. Ésta, o nos fulmina  o nos “encumbra” al “pódium de la gloria”. “Escalamos” con presteza;  el amigo Fernando sube escuchando “el cassete” ( pues sí, todavía existen cintas de música)  que llevo  enchufado a  mí rueda.  Roberto, llega “silbando” y “El Águila” bailando y pidiendo paso. Entre cerros y plácidas  vistas como  recompensa,  llegamos a la aldea montesa. Rodeamos el pueblo por estrechos y arrinconados  caminos, para el deleite de los “bicigrinos” (“mira que vereda sale a nuestra izquierda, otra y más ¿qué habrá ahí detrás?” )  y,  divinas estampas para los “elegidos”.

Roberto: subida de Pepino a Cervera
Bordeando Cervera de los Montes









Circunvalación:  Cervera de los Montes
Camino de Cervera a Segurilla






Paisaje: camino de Cervera a Segurilla

        La vuelta para casa, por el tradicional camino de Cervera a Segurilla; anchas praderas y postales que son una “maravilla” para el sentir y goce de la cuadrilla. Cruzamos la aldea “cagarrache” y en Mejorada “enganchamos”   el camino que nos lleva a  Velada. El retorno es ameno y tranquilo entre bromas y el “diseño” de otros recorridos……Esto no para y eso que todavía no hemos terminado la jornada;  “ no hacemos unas veredas “cerreras” porque los cazadores no han terminado “la faena”. Y entre pitos y flautas, “El Águila de Alcañizo” se escapa y se hace con la “gran etapa”.


Llegando a la Gamonosa
Camino de Mejorada a Velada












Fernando: dispuesto para bajar a Velada
Paisaje: camino Mejorada a Velada














Desde el alto de la cuesta Gamonosa: Velada al fondo
     En definitiva, ruta de 77 kms, hemos pasado por las localidades de Gamonal, Talavera la Nueva, Talavera de la Reina, Pepino, Cervera de los Montes, Segurilla y Mejorada. Hemos “acompañado” al río Tajo durante bastantes kms en la etapa dominguera   y pasado por el puente atirantado de la ciudad de la cerámica.


 “mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”

   Buen día..................SALUD
    

2 comentarios:

  1. nicolas-gomez-gomez@hotmail.com9 de diciembre de 2012, 22:43

    Hemos hecho rutas mejores, aunque era totalmente nueva para mi.

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    1. Todas las rutas son mejorables, ¿la mejor ruta? siempre está por hacer.

      SALUD

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