martes, 3 de diciembre de 2013

Ruta: “El Barranco de las seis mara-villas”


     Domingo uno de diciembre, otro despertar con helada en la aldea de Velada, y en la “agenda andorrera”,  la nueva  aventura “pactada” por la escuadra veleña. En esta  ocasión, movemos el campamento, desplazamos a la reducida expedición a “tierras avileñas”. Ocho “guerreros veleños”, bien armados de ilusión y de ánimos “sobraos”, las “burricletas” en condiciones y prestas para la esperada contienda y los “achiperres” en las “talegas” para afrontar la refriega montañera. La orden del día está escrita, así de precisa; “la conquista de las cinco villas y de propina, la búsqueda de la sexta maravilla”.

    Desde “Playas Blancas” (en el Gps, Playas Verdes) iniciamos la jornada, un marco privilegiado para los “burriclistas escogidos”; tal es la “expectación”, que en el olvido, “alguno”, se ha dejado los “guantes en casa”, de la emoción. El Gran Maestre con un gesto ejemplar, de las “aguaeras” saca unas manoplas de repuesto para el amigo Alberto. No se hable más y……………..  El majestuoso pinar nos resguarda de las temperaturas bajas (“en un instante nos van a sobrar hasta las gafas”) y desde ya, se “dispara” una colección de naturales y  atractivos fotogramas; el animado murmullo del “arroyuelo” haciendo arrumacos a la frondosa arboleda y cómplices guiños al verdor de las abiertas praderas. Mientras, en la jovial escuadra, de todo un poco se habla, risas y bromas, antes de comenzar a escalar las prominentes lomas. Un “toparriba” repentino, en la estrechez del  desmigajado camino, pronunciadas pendientes sembradas de piedras, “por si había pocos ingredientes”; Fernando “El Grande” lo intenta con estilo…y sobresaliente; Alberto, “El Maestro Ceramista”, con fuerza y “violencia” a la “burricleta” aprieta; también tiramos del “ramal” en el repecho empinado, “y es la primera cuesta…” “ hay cinco villas y todavía no hemos visto ni una….”por la retaguardia se comenta. De una en una van “cayendo” las hospitalarias y sosegadas  villas; con sus tradicionales balconadas y ceñidas calles, leña apilada en bajos y huecos de las escaleras, por sus acojedoras callejas, “rezuma”  el “embriagador” olor de la  “corrida” uva; aparceladas  huertas frutales avistamos a nuestro paso, lugareños con ánimo, vareando los cargados olivos; entre las angostas y largas sendas no cesa la actividad y la belleza se recrea; también cruzamos arcaicos puentes de cuidada madera, tramos empedrados “poco esmerados” (“pero, ¿esto también lo hicieron los romanos?”, perdidos entre las huellas del  descarado  otoño, reflejado en las coloridas postales serranas; en las alturas, las elevadas cimas, controlando y a los osados “veleños” guiando.
Después de este agradable “manjar”, paramos a repostar en “Cuevas, la villa”; un aire gélido nos atiza, “alguno, ha dejado abierta el portón de arriba”; frutas, pasas, higos “con harina” y variedad en las “barritas”, para endulzar la ruta exquisita.

"Camino Forestal el Amoclón"
"Tranquilos por el ancho camino"

     







"Senda hacia Santa Cruz del Valle"
Senda de las Cinco Villas










"Estrechando el camino...."
"Plaza de Santa Cruz del Valle"











"Callejuela tradicional de las Villas"
"Sendero hacia San Esteban del Valle"









"Abriendo el espectacular pinar..."
"Caballeros, engalanando el camino"










"Claridad en la postal otoñal"
"Al fondo, Gredos dominando...."










"Entrada a San Esteban del Valle"
"Senda hacia Villarejo del Valle"










"Entre olivos, el acicalado camino"
"También, algún repecho"










"Calles de Villarejo del Valle"
"Camino hacia Cuevas del Valle"











"Entre olivas y viñedos"
     Reemprendemos la marcha, por  la subida hormigonada, para contemplar “la cerca cerrada” y las generosas vistas regaladas; hacemos un “regate” a la empinada pendiente, “El Gran Maestre” se “santigua”, “que no me lleven por ahí mis valientes”….; bajamos al “puente de fábula”, custodiado por el “vivo arroyo” y  por el castañar arropados, para el deleite de los “bicigrinos” invitados. Un sendero interminable deja al descubierto “el rincón arrasado”  y el rastro,  provocado por  “el desastre del fuego”; nosotros arreamos, “unos desperdigados”, otros, algo más adelante  “vigilando y atentos” a los “burriclistas descarriaos”. Nos agrupamos y la grandeza contemplamos; entre la oculta vereda, escondidas piedras, hierbajos, zarzas y árboles caídos nos cortan el paso; alrededor la magna sierra en el centro de la nada, en todo su esplendor, a lo lejos nos llama……Bajada de vértigo por el camino encementado, “sale humo de los frenos”, Roberto “El Bueno”, “se abrasa” al tocar el hierro quemado. Otro castillo conquistamos, mientras por sus acogedoras calles nos recreamos para llegar a la “cañada serrana” por otra pronunciada bajada. En el grupo se comenta, “aquí no se quita nada”, “ya que estamos, hacemos lo planeado…..” .Para mis adentro pienso, “señor, perdona por lo que voy a hacer…”. Por un bosque encajonado en la arboleda, repleto de hojas caídas,  entre pinos comienza la “subida lobera”. Con mucho ánimo y brío, iniciamos el “calvario”, entre “quejíos y resoplíos” . Para Ilde “El Suegro” y “El Gran Maestre”, por su  valor y ejemplar espíritu, el reconocido mérito,  por aventurarse en semejante reto (“Sobran todos los comentarios”). Con éxito (“y algo sofocaos”)  doblegamos al “enemigo lobezno”, resguardado entre el mágico silencio y acurrucado  en la quietud del tiempo. Ahora compañeros, “los que hasta aquí hemos llegado, tenemos el premio ganado”; genuinas vistas, para estimular a las vigilantes retinas y  foto de rigor para atestiguar lo vivenciado; la admirada bajada por la complaciente senda, para soñadores y mentes inquietas. “Me he quedado sin riendas”, Martín “El Fiero” nos comenta, para añadir valor a la épica. Nos recreamos por el “llano pinar”….un giro improvisado, abre las puertas del “arroyo silenciado”; otro atracón de veredas y el fluir de las aguas despiertas, para “adormecer” a los “burriclistas” combatientes. Salimos del “embriagador letargo”, atrás dejamos la tranquilidad de la reposada arboleda. Por la “amplia cañada”, Diego “Sin Miedo” nos avisa, se ha quedado atrás por una llamada, “y nos espera en la llegada”. Se abre el telón y se estrecha la “función”; entramos en “sendilandia”, el abigarrado pinar es un escenario ideal, el andén de los sueños guiando al animoso río, como protagonista principal, secundado por la arboleda de verde tapizada; atravesamos por la “fina cuerda del precipicio” con caída hacia el vacío “en picado” hacia “el torrente del abismo” (“también, algunas liebres furtivas al morral por la angostura del camino”), pero de la idílica ficción, ningún “caballero” queremos descabalgar……..
"Senda hacia Mombeltrán"
Salida de Cuevas del Valle






   


"Siguiendo el curso del río"
"Cada uno, por donde quiera..."










"¿Hacía allá, la Centenera?" 
"Más senda....y de bajada..."










"También encontramos obstáculos"
"Roberto, por estos cerros...."










"Salida del Mombeltrán"
"Subida del Lobo Mediano"










"Otra cumbre a la saca y....."
"Foto de rigor...."

"¿Dónde vamos a entrar...."
"Bajada por el acogedor pinar"









"Primera senda Río Ramacastañas"
" A la salida, momento de relax"











Cañada Real Leonesa Occidental
"La ficticia senda del río..."









"...por el vergel, perdidos"

"Rincones para aliviar los sentidos"









"Asomados al precipicio"
"Camino hacia Ramacastañas"











     Resumiendo, ruta circular de 35 kilómetros, con salida desde “Playas Blancas” (Playas Verdes en mapas) y llegada al pueblo de Ramacastañas. Los principales caminos por los que hemos transitado han sido; “Camino del Amoclón,  “Senda de las Cinco Villas” (PR-AV-49), Rincón y Senda del “Lobo Mediano”, Cañada Real Leonesa Occidental, Senda del Río Ramacastañas. Hemos pasado por las localidades de Santa Cruz del Valle, San Esteban del Valle, Villarejo del Valle, Cuevas del Valle, La Villa de Mombeltrán y Ramacastañas.

    Pd: Roberto, Alberto, gracias por vuestra aportación fotográfica.

     Buen día……………..SALUD


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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