Domingo uno de diciembre, otro despertar
con helada en la aldea de Velada, y en la “agenda andorrera”, la nueva aventura “pactada” por la escuadra veleña. En
esta ocasión, movemos el campamento,
desplazamos a la reducida expedición a “tierras avileñas”. Ocho “guerreros
veleños”, bien armados de ilusión y de ánimos “sobraos”, las “burricletas” en
condiciones y prestas para la esperada contienda y los “achiperres” en las
“talegas” para afrontar la refriega montañera. La orden del día está escrita,
así de precisa; “la conquista de las cinco villas y de propina, la búsqueda de
la sexta maravilla”.
Desde “Playas Blancas” (en el Gps, Playas
Verdes) iniciamos la jornada, un marco privilegiado para los “burriclistas
escogidos”; tal es la “expectación”, que en el olvido, “alguno”, se ha dejado
los “guantes en casa”, de la emoción. El Gran Maestre con un gesto ejemplar, de
las “aguaeras” saca unas manoplas de repuesto para el amigo Alberto. No se
hable más y…………….. El majestuoso pinar
nos resguarda de las temperaturas bajas (“en un instante nos van a sobrar hasta
las gafas”) y desde ya, se “dispara” una colección de naturales y atractivos fotogramas; el animado murmullo
del “arroyuelo” haciendo arrumacos a la frondosa arboleda y cómplices guiños al
verdor de las abiertas praderas. Mientras, en la jovial escuadra, de todo un
poco se habla, risas y bromas, antes de comenzar a escalar las prominentes
lomas. Un “toparriba” repentino, en la estrechez del desmigajado camino, pronunciadas pendientes
sembradas de piedras, “por si había pocos ingredientes”; Fernando “El Grande”
lo intenta con estilo…y sobresaliente; Alberto, “El Maestro Ceramista”, con
fuerza y “violencia” a la “burricleta” aprieta; también tiramos del “ramal” en
el repecho empinado, “y es la primera cuesta…” “ hay cinco villas y todavía no
hemos visto ni una….”por la retaguardia se comenta. De una en una van “cayendo”
las hospitalarias y sosegadas villas; con
sus tradicionales balconadas y ceñidas calles, leña apilada en bajos y huecos
de las escaleras, por sus acojedoras callejas, “rezuma” el “embriagador” olor de la “corrida” uva; aparceladas huertas frutales avistamos a nuestro paso, lugareños
con ánimo, vareando los cargados olivos; entre las angostas y largas sendas no
cesa la actividad y la belleza se recrea; también cruzamos arcaicos puentes de
cuidada madera, tramos empedrados “poco esmerados” (“pero, ¿esto también lo
hicieron los romanos?”, perdidos entre las huellas del descarado otoño, reflejado en las coloridas postales
serranas; en las alturas, las elevadas cimas, controlando y a los osados
“veleños” guiando.
Después de
este agradable “manjar”, paramos a repostar en “Cuevas, la villa”; un aire
gélido nos atiza, “alguno, ha dejado abierta el portón de arriba”; frutas,
pasas, higos “con harina” y variedad en las “barritas”, para endulzar la ruta
exquisita.
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"Camino Forestal el Amoclón" |
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"Tranquilos por el ancho camino" |
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"Senda hacia Santa Cruz del Valle" |
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"Estrechando el camino...." |
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"Plaza de Santa Cruz del Valle" |
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"Callejuela tradicional de las Villas" |
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"Sendero hacia San Esteban del Valle" |
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"Abriendo el espectacular pinar..." |
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"Caballeros, engalanando el camino" |
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"Claridad en la postal otoñal" |
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"Al fondo, Gredos dominando...." |
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"Entrada a San Esteban del Valle" |
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"Senda hacia Villarejo del Valle" |
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"Entre olivos, el acicalado camino" |
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"También, algún repecho" |
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"Calles de Villarejo del Valle" |
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"Camino hacia Cuevas del Valle" |
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"Entre olivas y viñedos" |
Reemprendemos la marcha, por la subida hormigonada, para contemplar “la
cerca cerrada” y las generosas vistas regaladas; hacemos un “regate” a la
empinada pendiente, “El Gran Maestre” se “santigua”, “que no me lleven por ahí
mis valientes”….; bajamos al “puente de fábula”, custodiado por el “vivo
arroyo” y por el castañar arropados,
para el deleite de los “bicigrinos” invitados. Un sendero interminable deja al
descubierto “el rincón arrasado” y el
rastro, provocado por “el desastre del fuego”; nosotros arreamos,
“unos desperdigados”, otros, algo más adelante
“vigilando y atentos” a los “burriclistas descarriaos”. Nos agrupamos y
la grandeza contemplamos; entre la oculta vereda, escondidas piedras,
hierbajos, zarzas y árboles caídos nos cortan el paso; alrededor la magna
sierra en el centro de la nada, en todo su esplendor, a lo lejos nos llama……Bajada
de vértigo por el camino encementado, “sale humo de los frenos”, Roberto “El
Bueno”, “se abrasa” al tocar el hierro quemado. Otro castillo conquistamos,
mientras por sus acogedoras calles nos recreamos para llegar a la “cañada
serrana” por otra pronunciada bajada. En el grupo se comenta, “aquí no se quita
nada”, “ya que estamos, hacemos lo planeado…..” .Para mis adentro pienso,
“señor, perdona por lo que voy a hacer…”. Por un bosque encajonado en la
arboleda, repleto de hojas caídas, entre
pinos comienza la “subida lobera”. Con mucho ánimo y brío, iniciamos el
“calvario”, entre “quejíos y resoplíos” . Para Ilde “El Suegro” y “El Gran
Maestre”, por su valor y ejemplar
espíritu, el reconocido mérito, por
aventurarse en semejante reto (“Sobran todos los comentarios”). Con éxito (“y
algo sofocaos”) doblegamos al “enemigo
lobezno”, resguardado entre el mágico silencio y acurrucado en la quietud del tiempo. Ahora compañeros,
“los que hasta aquí hemos llegado, tenemos el premio ganado”; genuinas vistas,
para estimular a las vigilantes retinas y foto de rigor para atestiguar lo vivenciado;
la admirada bajada por la complaciente senda, para soñadores y mentes
inquietas. “Me he quedado sin riendas”, Martín “El Fiero” nos comenta, para
añadir valor a la épica. Nos recreamos por el “llano pinar”….un giro
improvisado, abre las puertas del “arroyo silenciado”; otro atracón de veredas
y el fluir de las aguas despiertas, para “adormecer” a los “burriclistas”
combatientes. Salimos del “embriagador letargo”, atrás dejamos la tranquilidad
de la reposada arboleda. Por la “amplia cañada”, Diego “Sin Miedo” nos avisa,
se ha quedado atrás por una llamada, “y nos espera en la llegada”. Se abre el
telón y se estrecha la “función”; entramos en “sendilandia”, el abigarrado
pinar es un escenario ideal, el andén de los sueños guiando al animoso río, como
protagonista principal, secundado por la arboleda de verde tapizada;
atravesamos por la “fina cuerda del precipicio” con caída hacia el vacío “en
picado” hacia “el torrente del abismo” (“también, algunas liebres furtivas al morral por la angostura del camino”),
pero de la idílica ficción, ningún “caballero” queremos
descabalgar……..
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"Senda hacia Mombeltrán" |
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Salida de Cuevas del Valle |
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"Siguiendo el curso del río" |
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"Cada uno, por donde quiera..." |
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"¿Hacía allá, la Centenera?" |
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"Más senda....y de bajada..." |
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"También encontramos obstáculos" |
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"Roberto, por estos cerros...." |
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"Salida del Mombeltrán" |
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"Subida del Lobo Mediano" |
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"Otra cumbre a la saca y....." |
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"Foto de rigor...." |
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"¿Dónde vamos a entrar...." |
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"Bajada por el acogedor pinar" |
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"Primera senda Río Ramacastañas" |
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" A la salida, momento de relax" |
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"La ficticia senda del río..." |
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"...por el vergel, perdidos" |
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"Rincones para aliviar los sentidos" |
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"Asomados al precipicio" |
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"Camino hacia Ramacastañas" |
Resumiendo, ruta circular de 35 kilómetros,
con salida desde “Playas Blancas” (Playas Verdes en mapas) y llegada al pueblo
de Ramacastañas. Los principales caminos por los que hemos transitado han sido;
“Camino del Amoclón, “Senda de las Cinco
Villas” (PR-AV-49), Rincón y Senda del “Lobo Mediano”, Cañada Real Leonesa
Occidental, Senda del Río Ramacastañas. Hemos pasado por las localidades de
Santa Cruz del Valle, San Esteban del Valle, Villarejo del Valle, Cuevas del
Valle, La Villa de Mombeltrán y Ramacastañas.
Pd: Roberto, Alberto, gracias por vuestra
aportación fotográfica.
Buen día……………..SALUD
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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