Sábado
veintitrés de agosto, cuatro bravíos veleños nos disponemos a bregar con el
anual reto montañero. Cruzamos la valla de seguridad, tras la monótona información del atento vigilante, colaboramos
con la cuota de rigor, al instante se
levanta el pesado telón. Desde la plataforma, comienza la intrépida misión;
revisamos los minuciosos detalles,
víveres, ropas de abrigo, crema solar y demás, con tan precisa atención, nada puede fallar. Todo un honor,el trío de
ases, mejores amigos y excepcionales personas que me acompañan en
el enésimo desafío.
Comenzamos la animosa jornada, por la escarpada pendiente empedrada,
temperaturas más bien bajas para amenizar la límpida mañana. Avistamos la
amplitud de la acogedora y expedita pradera, guardando la mágica sensación en
el onírico zurrón. También nos calentamos por la subida
de “Barrerones”, mientras nos recreamos con las privilegiadas estampas por su
belleza congeladas; el tendido gargantón, el espectacular circo montañoso con la diminuta laguna apreciada desde las
alturas y un grandioso fotograma se extiende hacia el más allá. Divertidas chácharas nos
acompañan, cuando entre los profusos piornos, “El Gran Cabrío” avistamos, fotos atrevidas del trío maravillas, buenos
momentos inmortalizados en las retinas del recuerdo y hacia abajo marchamos con un alegre paso y “de todo relatando”. Después de la
“corta caminata”, en el refugio arribamos, hacemos la “parada obligada”, repostamos y tomamos un “tentempié”
variado para afrontar “el gran asalto”. Hacia
arriba nos enfilamos por el bosque empedrado, coleccionando buenos momentos;
Jesús Carchenilla nos invita a la helada charca de la “perla encantada” y nos anima con su
contagiosa carcajada; Ángel, nos ilustra
con la temática de sociedad y sobre seguridad, y Fernando “El Grande”, teoriza sobre “la base
del triángulo invertido” y pone banda sonora por la exigente trepada,
“…..Margarita Rodríguez Garcés…una chica de calibre 123”. Después de
salvar la abrupta escalera de piedra, a
un lado dejamos el rebajado nevero, nosotros
fijamos la vista hacia el azulado cielo y “en esa piedra paramos” a
contemplar y a algo más. “No vamos nada mal” comenta Fernando, pero se
da cuenta que “el gps, hace rato que no está funcionando”. Desafiamos al penúltimo tramo, hacemos un quiebro al paso de tierra suelta,
nos amarramos a los agarraderos pedreros y después del disimulado sofocón, abrimos “la portera del
crampón”. Nos agrupamos y una caterva de gentío, llevan el mismo destino; vadeamos
el castillo de las erosionadas piedras, como veo que hay procesión, “me apeo a
un lado y me cambio de hato, el fiel descolorido maillot, apropiado para la
festiva ocasión”. Negociamos la ardua escalada, “un por aquí, un poco más allá, echa la mano aquí, coloca el píe
ahí, agárrate por allí, un giro a la
izquierda y la impasible cima nos espera; fotos de rigor con la audaz
expedición, risas con aventureros de otros territorios y los más atrevidos, desafiando a la impetuosa caída y al
vertiginoso vacío; mientras detenemos
el imperturbable tiempo, nos recreamos
en las alturas con la magnánima panorámica y recortamos estos brillantes momentos para esconderlos en
nuestros adentros.
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"Subida por la calzada empedrada" |
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Vistazo al Prado de las Pozas |
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Fuente de los Cavadores |
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Entre piornos, avistamos el "gran picacho" |
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"Mirador Peña del Rayo" |
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"Allá vamos pabajo" |
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"En un mar de piornos...." |
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"Romance de una cabra..." |
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"Posando con estilo y mucho brío" |
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Laguna Grande |
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"Comenzamos la tendida subida" |
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Senda de la charca cimera |
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Desde aquí no hay marcha atrás |
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"Comenzando a coger altura" |
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Por un océano de piedras |
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"Hace rato salvamos el nevero" |
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"Entrada a la Portilla del Crampón" |
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"Un giro de derechas y...." |
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"Compartiendo cima,,," |
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"...como en los viejos tiempos" |
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Vista desde el Pico Almanzor |
Reemprendemos la marcha por la agresiva
bajada; destrepamos el paraíso
empedrado, eligiendo la más cómoda
trazada y teniendo en cuenta el “pateado” serpentear para la mejor alternativa marcar. Deshacemos la trocha conquistada, avistamos a las equilibristas cabras,
jugando en la pared vertical; el empicado
nevero que también nos va guiando y otros conocidos pasos vamos contemplando en nuestro animado
descenso. El amigo Jesús nos avisa, que
un dedo tocado no le deja marchar “con
más prisa”; bajamos la guardia y sin novedad, a la “Laguna Grande” llegamos.
Metemos los “pinreles” en sus heladas aguas, “por eso del bienestar”; abrimos
las repletas mochilas, buscando la merecida comida, en versión “off” llenamos la
andorga, a la vez, que comentamos más de la partida jugada. Reposamos sobre la “afilada hierba”, repanchingados y antes de partir, al refugio
hemos de ir; aceptamos la petición y nos damos un garbeo por el afable
salón. Es la hora de marchar, en fila de uno caminamos, con el “chicharrero montañero azotando”;
hacemos un “repaso por la recorrida línea del tiempo”, desde la pretérita infancia hasta
la viva actualidad, a la vez que vamos recogiendo el camino andado por la empinada
subida; otro refrigerio en la fuente de las
reconfortantes aguas y entre un
callejón de piornos, atrás vamos dejando el “techo de Gredos y sus parajes de
ensueño”. Nos cruzamos con la “particular romería” y una manifestación en “la
fuente de los Cavadores”; al fondo el noble
horizonte con “duende” y por la
ancha pradera, nuestro destino cada vez más cerca, antes de echar un pulso a la
“incómoda bajada de piedra tapizada”.
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"Momentos de relax" |
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Panel informativo del glaciar |
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"Después de la comida...." |
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"Abandonando el refugio...." |
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"Tan cerca....y tan lejos..." |
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"Un vistazo en la vuelta...." |
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"...por la extensa explanada" |
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"...ya en la plataforma..." |
Resumiendo ruta lineal de 20 kilómetros
aproximadamente, ha transcurrido por la Sierra de Gredos. Partiendo desde la
Plataforma, senda de la Laguna hasta el refugio Elola y subida hasta el Pico
Almanzor (ida y vuelta).
Pd: Fernando, gracias por tu aportación fotográfica (4).
Buen día….SALUD
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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