Sábado,
treinta de Abril, por motivos festivos (Domingo de Romería) adelantamos la semanal salida; ochos
caballeros, entre gamoninos y veleños acudimos a nuestro habitual punto de
encuentro. En el día de hoy,
también nos acompaña Fernando “El
Grande” compañía de lujo y siempre muy gratificante, el poder “compartir
andurriales”. Roberto “El Bueno”, trae el libro de ruta en la mochila, las ideas claras y el
itinerario “bien estudiado”; “buenas cuestas y entretenidos senderos nos aguardan”, el
galardonado nos engaña ”.
Iniciamos la marcha, surcando la ancha
cañada, bien agrupados y con animadas chácharas en la plácida mañana; retamos a
las serpenteantes veredas, que nos
engullen en sus voraces fauces; tramos
encharcados y barro salpicando por los angostos rincones, cuidadosamente
engalanados, con alegres colores
bordados. También, desafiamos al feroz dragón, que nos aguarda vigilante en la Gran Muralla; El Gran Maestre, se borra
de la primera “refriega” y en la morada de "Las Ninfas Marrupejas" nos espera, según nos comenta. Hacemos un
salto de vallas y desfilamos
por la ceñida senda, siendo testigos desde la primera fila, del vistoso estallido de la
primavera, acompañando a la cristalina y florida rivera; damos rienda suelta a los ávidos sentidos y nos recreamos con la
efímera belleza, reposando ante nuestra
embobada presencia; escuchamos cantos de sirenas y el esmerado pintor, haciendo
magia con su genuina paleta, “sólo en las regiones de la fantasía es dado
crear; crear es la misión del genio” del popular escritor y de sus incomprendidas palabras, nos hacemos eco en estos
delirantes momentos. Ahí está, firme y con descaro, El Gigante de Valdecolmenares,
haciendo frente a la grupeta de “los laureados caballeros”; nos ponemos el traje de faena y en el forcejo
y fragor de la batalla, “El Coloso”, a
pesar de poner resistencia y embestir con fuerza, cae derrotado ante la tenacidad y paciencia.
Después de las empinadas contiendas, paramos
a repostar, compartimos viandas, mientras comentamos las amenas jugadas
vivenciadas y otras, muy a tener en
cuenta en próximas jornadas. Reemprendemos la marcha, cruzando las aldeas vecinas; fotografías de
rigor con “El hidalgo de la Triste Figura”, “¿tendrá algo que ver tanta
locura?” En la vuelta a casa, al final nos decantamos por
la conservada pista gamonina. También, forcejeamos con los cerros de “Las Piedras
Caballeras” y con sus “cuatro cuasi-cuestas”; nos agrupamos y a todos esperamos
y desde “el altozano”, vamos perdiendo unidades por la escarpada vía y nos
despedimos de los compañeros gamones “hasta próximas ediciones”. Los demás,
queremos alargar la contienda y encaramos a la silenciada dehesa; nos topamos
con el incontable batallón de “Soldados Ibéricos” que huyen en estampida,
ante la presencia de la mermada cuadrilla. Desfilamos por una callejuela de
centenarias y apelotonadas encinas, que
nos vigilan desde la acogedora umbría;
amables pasos nos guían por el camino imperial, mientras vamos consumiendo una
nueva etapa, por los vistosos encinares
que cobijan a la villa caballera.
En conclusión, ruta circular de 58
kilómetros, los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa
Oriental, Camino de los Huertos, Senda de Los Pinos (Cerro Arriero); Camino de
Talavera a Montesclaros; Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Mojosal,
Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Buenaventura a Segurilla (Gran
Muralla); Senda del Marrupejo; Camino de Valdecolmenares; Camino de
Segurilla-Mejorada-Gamonal; Carril de Las Mulas, Camino Real de Los
Veratos-Velada.
Pd: Fernando, JoseMa, Cristobal, muchas
gracias por la aportación fotográfica.
Buen día…………………….SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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