miércoles, 16 de agosto de 2017

Ruta: VII Aquelarre Burriclista

Viernes, día once de agosto a las 22:00 horas es la fecha pactada para la marcha nocturna, con denominación de origen y etiqueta de clásica. Trece caballeros,  entre gamoninos y veleños, invitados, compañeros y amigos, para tal evento,  todos son bien recibidos. Con las burricletas bien dispuestas y cuidadosamente tuneadas con candiles, destellos parpadeantes para señalizar,  linternas varias  y “alguna farola”, estamos puntuales a la hora señalada. Destacar “el debut nocturno” y agradable compañía de Jose Luis “Quini” y la presencia de Alex “El Benjamin”,  hijo del  ilustre  compañero Manuel, así como la presencia de un escudero “del autodenominado equipo B”.

Iniciamos la jornada con la noche bien entrada, recorremos las calles más emblemáticas de la señorial villa, que a estas horas  con luces artificiales se ilumina; salimos a la intensa oscuridad y  por el apagado camino de Arenas,  todos  los achiperres comienzan a funcionar;  también,  se disparan los flashes de las cámaras para estos momentos ilustrar y así poder “atestiguar”. Cabalgamos por el carril del  silencio que mece y mima  a  la dehesa adormilada, somos testigos del reconfortante frescor de la noche, así da gusto salir “a dar pedales”,   mientras algunos compañeros (Alberto “El Maestro Ceramista y Antonio Medina)  “en la primera línea se destacan” ¿es que lleváis prisa? ; otros (Roberto El Bueno, Ángel “El Guerrero” y  El Relatero), desde  la retaguardia,   hacemos labores solidarias y de  cicerone y “alumbramos” el camino e impartimos tutoriales de supervivencia y otras lecciones magistrales. Bajo la cúpula estrellada, salvamos los siempre incómodos y  temerosos arenales, a la  vez  que sembramos de polvo la serena vía,  nos guarecemos con  la inquebrantable y hospitalaria  oscuridad. A nuestro paso, nos recreamos con la palpable quietud y los resquicios de  vida que la noche alberga;  desde la primera línea avistan algún  “jabalí” que por su arrojo y movimientos “tiene que ser un buen bendo”, un hábil raposo que entre la maleza se “escabulle” y  también,  escuchamos los bandazos de las aves (¿palomas o águilas serán?) de las encinas despegando y alguna liebre –sin consecuencias- que al morral echamos. Cuando hace falta, en medio de la espesa negrura  nos agrupamos y nos detenemos a esperar – damos novedades de los incidentes que en la parte trasera se suceden-  y alguna linterna que se ha desmontado y  ha salido “volando” cuesta abajo,  también tenemos que buscar; cabalgamos por los  idílicos escenarios de sensaciones, que las  reposadas sombras   nos han  preparado; amenizadas chácharas y divertidas  conversaciones hacen más a meno “este paseo de noche” en medio del oscuro monte; en esta ocasión,  “no encontramos ni vaquera, ni trashumancia en mitad de la cañada”, otra vez será –comentamos los damnificados-. Entre “pitos y flautas”, reconociendo los pasos tantas veces “tanteados”, haciéndolos más frescos y llevaderos, arribamos en la barriada  de  La Corchuela y “tendrá que ser tarde” porque no nos  encontramos “ni con el  sereno”.  Paramos unos minutos a repostar e hidratarnos;  compartimos viandas, frutos secos y pasas; revisamos y cambiamos las baterías agotadas, en esto, no demoramos mucho y en un “santiamén” nos ponemos en marcha.




















Reemprendemos la etapa por el camino de Velada, y nada más iniciar,  en el levantado camino de hormigón, “tengo un apagón”; la luz principal he de  cambiar, “trabajo exprés” y a cabalgar. A lo lejos, vemos luces que se mueven, los de  la parte delantera ¿se habrá salido de la senda? Les damos voces y silbamos, pero nada, nos damos cuenta que “un todoterreno”,  la pista equivocada  les va balizando, “son los de la marcha de todos los años”; al principio del camino real  enlazamos con nuestros compañeros, sorteamos obstáculos varios, tramos agrietados que con habilidad esquivamos, provocados  por las  lluvias de temperada  y el paso de vehículos pesados. Desde este punto, divisamos villas “ bien alumbradas” y  estrellas fugaces que nos abren  el paso y nos guían por la iluminada avenida; “sin querer y apenas darnos cuenta” salvamos el pequeño desnivel “del cordel”, surcamos el camino ganadero en medio de la embriagadora noche, cuando desde la retaguardia solicitamos apagar las luces y recrearnos con las vistas y susurros que la penumbra nos ofrece: “Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo”.  Pasados unos minutos, llegan los demás compañeros y nos pillan de esta guisa, en plena “contemplación nocturna”;  “pensábamos que os había pasado algo” –nos comentan preocupados-. Les comentamos el motivo de la obligada parada y continuamos con la marcha; atrás, dejamos las dormidas labranzas, los arenales conocidos y “por El Carril de las Mulas”, con nuestra lúcida presencia, damos brillo  al oscurecido camino;  bien agrupados cabalgamos, pero  más adelante “un trío anda escapado; espantamos a la vacada que reposaban en mitad de la vía, y algún compañero “pasa atento y  disimulando” ya que de  los sorprendidos astados  “no se fía”. Sin más novedad, recogemos los girones de la oscuridad, guardamos los retales multicolores con los que nos ha agasajado la serena noche y en la “laguna conejera”  despedimos a los amigos gamoninos y “cada mochuelo a su olivo”. Los demás, arribamos en el punto de partida, buscamos alguna ermita abierta para “abrevar” y  continuar la  jarana, intercambiar opiniones y brindar por el aquelarre un año más……..Muchas gracias compañeros.
































Resumiendo, ruta circular de 45 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino de Arenas de San Pedro-Parrillas-Navalcán, Camino de Los Veratos, Cañada Real Leonesa Occidental-La Corchuela. Camino de La Corchuela- Velada, Camino Real, Carril de Las Mulas-Velada.

Pd: Jesús, muchas gracias por la aportación fotográfica (2)


Buen día……………….SALUD.


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 


2 comentarios:

  1. Pedazo crónica compañero Víctor.Un placer y esperemos que no sea la última.
    Por lo menos por luces no será.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quini, muchas gracias....Por supuesto, que no será la última y andando también es otra alternativa. SALUD.

      Eliminar