Domingo, ocho de noviembre, a la misma hora 08:30- y en el lugar habitual, acudimos cuatro caballeros veleños; con las burricletas bien dispuestas y preparadas para la enésima contienda; diseñamos una etapa combinada y de paso, computamos otra digna kilometrada “pa la saca”.
Comenzamos la jornada, hacia la villa
vecina de Gamonal; bien animados y agrupados, de todo un poco vamos “hablando”;
por la estirada canaleta, inventamos nuevas aventuras, estrategias de etapa
“para cortar a Roberto “El Bueno”, coloreamos otros paisajes fantásticos para
motivarnos, para hacer más llevadero el paseo por el camino asfaltado. A
nuestro paso, el pintoresco paisaje nos va haciendo el paseíllo , repleto de una
variada y frondosa arboleda: un mini encinar, aromáticos eucaliptos, pinos salteados
y de fondo, las coloridas y esbeltas
choperas, dan vida a la serena y lúcida estampa mañanera. De puntillas,
atravesamos las retiradas y tranquilas urbanizaciones para aterrizar en la villa montesa de San Román;
minutos de relax, para hidratarnos y llenar la andorga, para coger fuerzas “por
lo que pueda pasar”.
Reemprendemos el camino de vuelta,
escalando “por el enebral”: un rincón para enmarcar, “para echarse a divagar”, ajustamos el otoño a nuestros pies, hojas
secas adornando la genuina y cómoda pista, espesos girones de musgo, iluminando
nuestro camino y un pasadizo de enebros, trazando la pendiente de la benévola
subida; decenas de cicloturistas encontramos en el mismo recorrido, surcando y desafiando a “los cerros viriatos”, antes de arribar en la
localidad marrupeña: “Escucha el viento que inspira….escucha el silencio que
habla…..escucha al corazón que sabe….” Desde aquí, cabalgamos en un discontinuo
tobogán, para ponernos a prueba y sumar “algo de desnivel” y “avivar las piernas”. Entre todos, colaboramos, poniendo “estacas y extendiendo
la alambrera” para “cerrar un buen corral”; subimos los repechos que vamos
encontrando, entre vallados empedrados, caminos bien compactados y un bondadoso
encinar, perfumado. Alberto “El Maestro
Ceramista” en plena ascensión, haciendo malabares; Roberto “El Bueno” en plena forma, también dando “el
callo” y una vez coronado el último
repecho, Martín “El Fiero”, preparando el descenso, nos arenga “a que metamos
más hierros” . Volamos, planeando entre las estiradas praderas, los verdosos
paisajes se suceden a velocidad de vértigo y traspasamos las villas vecinas,
casi sin darnos cuenta.
En definitiva, ruta circular de 70 kms, los principales caminos transitados ha sido: Camino de Velada a Gamonal, polígono Torrehierro, Canal del Bajo Alberche, Serranillos, Reguerones, Camino de San Román-Marrupe, Sotillo-Cervera de los Montes-Segurilla-Mejorada-Velada.
Buen día……………..SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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