lunes, 2 de noviembre de 2020

Ruta: El Puente de los Duendes.

Domingo, uno de noviembre; cinco caballeros veleños acudimos al habitual punto de encuentro; pasamos lista y revista, somos los que estamos y los que contamos para esta digna etapa; con las burricletas bien dispuestas y prestas,  nos disponemos a presentar batalla en la nueva jornada.

Nos dirigimos hacia la Real Cañada, para subir por el camino de  “La Gamonosa” hacia Mejorada; excelente arteria de caminos, que desde Segurilla nos adentrarán por el sube y baja del  colmado encinar; podemos apreciar “el aguazo” de la noche pasada y el brillante verdor de los tapates que engalanan las forradas praderas; sorprendemos  al vistoso otoño,  “acurrucado” por estos lares, haciendo gala de su lujoso esplendor: “La música del lejano verano revolotea alrededor del otoño buscando su nido interior”.  Recorremos antiguos caminos por el manido laberinto, hilvanando anchas vías y angostas sendas, para “colarnos” en la mágica gruta  “de los duendes y las ninfas”; su ánimo y destreza se dejan ver, correteando y saltando por los recovecos del lugar encantado. Desde aquí, salimos a la ancha avenida (Cañada Real), que nos llevará hasta Sotillo de las Palomas, cogemos agua “sobre la marcha” y salimos de la localidad, para continuar con alegría  por la estirada Cañada y  cruzamos los temerosos e incómodos arenales del “Baldío” antes de llegar a Velada.

                                 





















Buena jornada para visitar el lugar conocido como “El Puente de Los Duendes”, antes de que nos acompañen las continuas y esperadas lluvias y nos “impidan” disfrutar de estos “exóticos parajes”. Martín “El Fiero” con su “Barreiros-todoterreno” nos abre el paso y nos retira la piedras que vamos encontrando; Jesús “El Serrano”, nos comenta que no conocía “este templo sagrado”, los demás (Roberto El Bueno, Alberto “El Maestro Ceramista y El Relatero) nos limitamos a disfrutar y admirar el agraciado lugar. El otoño es una estación especial, de colores vivos, que nos deja unos espectaculares lienzos para enmarcar en la retina de los sentidos; a nuestro paso, entre los vallados empedrados, el inconfundible olor a encina mojada, las salpicaduras de “barro” por los tramos regados en la última rociada y la ilusión de “perdernos” por estos ascéticos escondrijos,  hacen más llevadera la mítica etapa: “Del otoño aprendí que aunque caigan las hojas, el árbol sigue en pie.” Rescatamos amables fragancias por el empañado monte; en nuestro cabalgar,  avistamos una gratificante estampa de encinas, estilizados enebros por el parque de los sueños, espigadas jaras separando la angosta avenida, amarillentas choperas asomando en varias direcciones, sutiles fragancias a hierba fresca airean la resaca mañanera, adornando la cautivadora tranquilidad y haciendo resonancias en el visible silencio, a través de una tupida alfombra de hojas secas, antes de “aterrizar” en el fantástico escondite. Nos recreamos con el singular atractivo en el puente de los sueños,  a la vez que,  nos alimentamos e hidratamos para coger fuerzas para el camino de vuelta. En nuestro regreso, velocidad, relevos y armonía,  se respira en el quinteto titular por la irregular cañada; saludamos a otras escuadras burriclistas y antes de graduarnos, por los territorios veleños, tenemos que retarnos con el temido arenal: “El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus excusas”.   

Resumiendo, ruta circular de 60 kms, los principales caminos transitados han sido; Camino de Velada-Mejorada-Segurilla, Camino del Hituero, Antiguo Camino de Segurilla-Sotillo, Senda Cervera, Camino de Meregil, Camino de Los Dornajos, Camino de Segurilla-Marrupe-Cervera-Navamorcuende (Cañada Real Leonesa Oriental)-Sotillo-Velada.


Pd: Roberto, gracias por la aportación fotográfica (1).


Buen día………….SALUD.

 

“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.

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