Domingo (24-07-2022) tres caballeros
veleños nos presentamos en el habitual punto de encuentro; con las burricletas
prestas y bien dispuestas, nos proponemos a realizar una jornada con llegada
inédita. Importantes ausencias en la escuadra veleña para afrontar la etapa previamente pactada; entre vacaciones, días
moscosos, autodescartes de última hora y bajas médicas, "estamos en cuadro." El objetivo marcado por "mayoría absoluta", es acercarnos
al embalse de Valdecañas, adentrándonos en territorios cacereños.
Comenzamos la jornada por las plazas más
cercanas, animados y con ilusión por el novedoso recorrido; temperatura
agradable para empezar, anchos caminos de sobra conocidos, acogedores encinares
a nuestro paso por las distintas localidades de la campana de Oropesa. Algún
“problemilla” para configurar el itinerario “presentado”, pero improvisamos y
después de alguna parada, nos quedamos con el circuito menos convencional. En esta
ocasión, no hay asalto al castillo, ni toma de la villa, ni rescate de la
princesa.
A nuestro paso, un buen número de
granjas ganaderas de vacas y ovejas; predomina el tapete amarillento en el extenso paisaje,
con incontables fardos de cereales,
esparcidos por los amplios terralgos. Nos acompaña el grato olor a hinojo por
las pistas bien señalizadas y de imprevisto, avistamos un par de corzos
exhibiéndose delante de nuestro cabalgar peregrino. El efecto novedad hace
acto de presencia y nos recreamos con los desconocidos paisajes y sus rincones
más atractivos, ocultos dentro de los serenos recovecos
adehesados.
Sin novedad, arribamos en la villa del
Gordo, con señales claras de fiestas recientes y “por el mismo precio” nos
acercamos a conocer el “vaciado embalse”. Impresionantes rastros de “no agua”
en el vasto cuenco y barcas varadas en “el estanque reseco”. Desoladora
y triste la estampa que se presenta ante nosotros; reconociendo el terreno y ojipláticos nos presentamos hasta “la garita de prohibido
el paso”. Unos minutos de asueto, paramos
a repostar y nos hidratamos con mesura para encarar el camino de vuelta.
De regreso, volvemos a remendar el trayecto
conquistado, cabalgamos animados y con brío sobre la marcha, aunque también hay tiempo para "cháchara"; recogemos los caminos andados, cerramos los
pueblos “de paso”; también, nos toca escalar alguna tachuela y “a pulso”, nos ganamos un refrigerio en la villa de
Oropesa. Por acuerdo mutuo, viramos hacia del Dehesón “del Estado” para “que
cunda más y hacer más llevadera” la parte final. Alberto “El Maestro
Ceramista”, se configura en “modo contrarrelojista” y el amigo Gabriel
“Sweeping”, creciendo cada semana y
afianzando su rol de gregario en el longevo pelotón.
Destacar de la jornada, en primer lugar,
“la conquista” de la villa cacereña de El Gordo y el famoso embalse de Valdecañas, con tramos nuevos y pistas
desconocidas para ampliar nuestras rutas domingueras. Etapa prácticamente
llana, muy rodadora, para “ponernos a tono” y sumar horas sobre las
burricletas, pensando ya en el reto anual (Velada-Cáceres). A pesar de los días de calor y altas temperaturas, reconocer que
la etapa ha sido bastante llevadera y bondadosa para “el trío burricista.” “ A
veces hay que recorrer un camino largo para comprender……” “Solos, podemos hacer
poco; juntos podemos hacer mucho más…..”
Resumiendo, ruta semicircular de 95 kms. Los principales caminos transitados han sido, Cuadros de la Vega, Las Dehesillas, Carril de Las Mulas, Camino Real, Camino de Navalcán-Velada-Torralba-Oropesa-Lagartera-Herreruela-Camino de Calzada de Oropesa-Camino del Gordo-Embalse de Valdecañas-El Gordo-Camino de Calzada de Oropesa-Herreruela-Lagartera-Oropesa-Torralba, Camino del Dehesón del Encinar, Camino de Corchuela-Velada- Arenal del Lobo, Camino Real-Velada.
Buen día…………….SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,
no tengo tiempo ni sitio….”.
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