Domingo
(5-2-2023) tres caballeros veleños nos presentamos en el habitual punto de
encuentro, con las burricletas prestas y
bien dispuestas para afrontar la gélida contienda. Temperaturas algo más benévolas ( 0º) que jornadas anteriores,
no nos amilanan y nos “aclimatan” en plena pretemporada. Varias propuestas
atractivas sobre la mesa, al final, optamos por Montesclaros, “para ver la tradicional
quema del leño” como cada año por estas fechas.
Comenzamos
la jornada, desafiando al termómetro y a
las bajas sensaciones térmicas con las que
nos encontramos. Atravesamos “El Baldío Siberiano”, sutilmente alicatado con el vistoso tapiz blanco que recorre la extensa llanura. El astro
rey, amenaza con “calentar” pero de momento, nos toca “bregar y apechugar” con
las enfurecidas inclemencias del tiempo y con los variantes e intrépidos
elementos.
La
ruta elegida, está revestida de un particular encanto, con tintes de aventura,
muy solicitada por la escuadra veleña. “Siempre suceden cosas”, nunca deja
indiferente a los congregados y cabalgamos expectantes “por si acaso”. A
nuestro paso, una piara de jabatos con decenas de crías desperdigadas y
correteando por “debajo de las ruedas”. Un esplendoroso y sereno paisaje nos
embelesa y embriaga por las recónditas profundidades del “Toril”. Aire
cristalino a nuestro paso por el monumental circuito y algunos “cérvidos”
también se animan a la fiesta, hacen
acto de presencia y se suman a la agraciada y asilvestrada postal.
Recorrido
“que suma” y hace más placentera la mañana, algún campo a través para esquivar
compactados barrizales, el conocido arroyuelo tenemos que vadear “de piedra a piedra”, parapetado en el congelado rincón y cruzando charcos helados.
La oculta subida de “herradura” también nos pone a prueba, con sus “taitantas
curvas” y desnivel considerable,
paciendo entre el acicalado y transparente encinar. Pistas camufladas,
otras, bien marcadas entre un callejón de jaras, antes de arribar en la plaza
de Montesclaros y contemplar “la gigantesca pira” y el ajetreo de sus gentes,
llegando al centro de la localidad.
En
el camino de vuelta, el amigo Roberto “El Bueno” se pone en contacto con “el
trío en activo” y sale a nuestro encuentro; volamos por la tupida y la
divertida callejuela. Cuando llegamos
“al río”, ahí está el laureado caballero con un invitado, sin puente ni piedras
para llegar “al otro lado”, por lo que, arriesgamos al cruzar. Rememoramos
antiguas ediciones, El Relatero tira por
el camino fácil, “pies mojados hasta las rodillas” sin complicación; Martín “El
Fiero” experto en estas lides, abre
vereda y se tira con “su tractor” para abrir las aguas; Francis “Sevilla”
observa el tutorial mostrado y se lanza con decisión. En la otra orilla, el
amigo gamón, grabando y testigo de la repetida y “arriesgada” escena en las
bravías aguas. Antes de clausurar, todavía tenemos otros momentos de emoción, “subimos la mataburras”, por si no
nos habíamos calentado antes, ponemos todos los ingredientes “en el asador” por
la considerable pendiente y desde la villa zorrera, asaltamos el entretenido
tobogán antes de clausurar.
Destacar de la ruta, el magnífico paisaje y circuito que se extiende por El Toril. Un acogedor remanso de encinas, arroyos bien cargados de agua, hojarasca revoloteando a nuestro paso, olor a leña recién cortada, típico paraje de monte que nos envuelve y transporta a otra dimensión más trascendental de lo evidente. “La única paz que encontrarás en la profundidad del monte, será la que tú lleves allí”. “No hay demasiados obstáculos, hay motivaciones pequeñas”.
Resumiendo, ruta circular de 50 kms (900 m. aprox. D+). Los principales caminos transitados han sido; Camino de los Perales, Camino del Torilejo-Parrillas-Montesclaros-Camino de Talavera, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de la Herrería –Mataburras-Mejorada-Gamonal-Velada.
Pd:
Roberto, muchas gracias por tu aportación fotográfica (1).
Buen
día……………SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber
a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.
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