Domingo
(23-04-2023) seis caballeros veleños nos
congregamos en el habitual punto de encuentro. Con las burricletas prestas y
bien dispuestas, preparados para la medieval contienda. Desde la semana pasada,
está diseñada la etapa; Martín “El
Fiero” nos propuso “rescatar a la princesa” llegando por la puerta trasera de
las Ventas de San Julián. No revocamos la invitación, nos sirve “la faena” y
además, desde hace años por estas fechas,
ya es “tradición”.
Comenzamos la
etapa, buenas temperatura nos acompañan, amenas conversaciones por las calmadas
vías y dos intrépidos “corcillos” nos sorprenden –por su cercanía al
pueblo- y nos indican con su presencia,
cuál es el camino. Se hace ameno el carril, “las animosas chácharas” nos
arrastran por la tupida y serena dehesa, mientras nos escurrimos por los
variados y entretenidos terrenos; pasos arenosos y agrietados, algún arroyo
–mangas de cuero- también salvamos,
tramos tapizados de “aguazo” y otros,
con hondas roderas y barrancos y
hormigón bacheado, que rompen la
monotonía del agraciado paraje.
Sin novedad,
arribamos en La Corchuela, aquí el amigo Gabriel “Machaque” se da la vuelta,
está “entre algodones” y tiene otras invitaciones. Recordamos varias anécdotas
acaecidas por los aledaños de esta pedanía; “fue etapa reina hace años”, ruta que ha coronado a muchos caballeros
veleños y en ocasiones, a “jugando malas
pasadas” a otros. Continuamos por la anchurosa vía, “manadas de bueyes”
correteando campo a través y entre la profusa arboleda, mientras, la reducida escuadra, nos recreamos por la
extensa avenida, también, testigo de múltiples aventuras y de novedosos proyectos “fraguados” desde hace años.
Parada exprés en el parque de Ventas, para reponer
fuerzas y continuar con la etapa. Por el “carreterín” de Calzada, volvemos a
enlazar con la vasta cañada, en esta jornada,
el temido Eolo, se alía con nosotros, se hace benévolo y cabalgamos con
brío y solvencia. Por la espera “obligada”, “hablando de más” y falta de
atención, nos desviamos del itinerario pactado y nos descarriamos por la pista
asfaltada. En esta ocasión, llegamos a la villa medieval por la puerta
principal, escalamos su empinada entrada que nos lleva a la concurrida plaza.
En la festiva
marcha , el rescate “de la infanta” es ágil y rápido a pesar del rodeo dado; no nos presentan resistencia y
otro año más cumplimos con “la promesa de la princesa”. Desde aquí, volamos por
las pistas circundantes, ganado bravo a nuestro paso, cultivos de cereales ya
cosechados y otros, “con poco lustre y
enanos”. Para rematar, nos adentramos en la opuesta cañada, con vistas
privilegiadas a la Sierra de Gredos, hacemos bromas “con los sombrajos y
arboleda” que nos resguardan de la
mañana soleada y con los pretéritos ecos, que todavía resuenan por estos lares;
“ninfas venid a mí….”. Antes de finalizar la jornada, acompañamos a nuestros
amigos gamones “a casa” y “La gineta” para rematar la faena medieval.
Ruta
completamente llana pero muy amena y
entretenida, destacar la cantidad de kilómetros de cordel y cañada, pero
bastante agradable por la irregularidad del terreno y el jardín mediterráneo
que lo envuelve. Resaltar también, el tránsito de personas por la villa de
Oropesa, que este fin de semana, celebra sus conocidas jornadas medievales,
bien ambientadas y reconocidas a nivel nacional.”…pasará esta primavera y otra
volverá, con otras lluvias, con sus alegres colores, otros olores, con otras
sonrisas, más tardes largas y noches sin luz…y sus penas. Nada es para siempre”.
En definitiva,
ruta circular de 80 kms. Los principales caminos transitados han sido: Cuadros
de la Vega, Cañada Real Leonesa Oriental, Carril de las Mulas, Camino Real
–Corchuela-Ventas de San Julián-, Carreterín de Calzada de Oropesa, Cañada Real
Leonesa Occidental, Camino de Oropesa-Alcañizo-Camino de Talavera-Cañada Real
Leonesa Occidental, Vía de Servicio N-V, Camino de Gamonal-Velada.
Pd: El orden de las fotografías están a la inversa a la realización de la ruta.
Buen
día………..SALUD.
“…mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni
sitio…”
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