Domingo
(21-05-2023) dos caballeros veleños nos presentamos en el habitual punto de encuentro. Después de los
días festivos que hemos tenido en la villa y
la mañana, que ha amanecido bastante nublada,
amenaza con llover, ha dejado a
los compañeros de fatiga, “acamados”. Por eso, de no alejarnos demasiado –pero sin perder la
oportunidad de salir- diseñamos una etapa montañera, por el entorno de
Segurilla, “un recital de repechos y subidas”.
Iniciamos
la jornada “mirando al cielo” y con la mosca detrás de la oreja; la
temperatura, “algo frescas” , con “chubasqueros incorporados”, anticipando los
posibles aguaceros. “El presi honorífico”, desde su vehículo nos da los buenos
días, “el café mañanero, es su reto”.
Los congregados, nos desperezamos por la ancha cañada y los llanos del Baldío;
sobre la marcha, amenas conversaciones llevamos, antes de “tomarnos las
primeras cuestas” y “montarnos” en los
continuos toboganes, que desplazaron a
“las añoradas” veredas de los pinos, entre los frondosos y apacibles
cerros.
Fugaz
descenso “por la Herrería” y por la
disimulada llanura, planeamos el surtido de subidas que se nos “avecinan”.
Por la acogedora senda, el flamante
arroyo “luce vacío”, mientras nos remangamos y comenzamos a escalar las
zonas “más serias” de la jornada. Sin prisa pero sin pausa, vamos salvando los
desniveles, oteando las diferentes perspectivas y otras “magras” que nos
tendremos que merendar. Junto al
escudero Roberto “El Bueno”, con ahínco, entusiasmo y fervor, salvamos las circunstancias y nos
configuramos “en modo escalada”.
Entre
“col y col una lechuga”, después de cada
subida, momentos “para respirar” y prepararnos para el próximo “susto”. Por los
rincones del Riscal, ascensiones bien “asentadas”, una “jauría” de burriclistas
que aparecen de la nada y desniveles
“bestiales”, hormigonados rotos, que nos ponen a prueba en la mitad de la
jornada. A estas horas, ya nos han abandonado las nubes, el sol, también hace
acto de presencia y las temperaturas se alegran. Sudor y suspiros por las
escaladas, polvo por los anchos caminos
y “paramos” a reponer fuerzas, antes de afrontar el último puerto de la
mañanero.
Reposamos
“la merienda” cabalgando entre los vallados empedrados, otro descenso fugaz y
nos adentramos en el calmado laberinto, antes de afrontar el empinado
“torreón”; el favorito de nuestro amigo Roberto “El Bueno”. Con oficio y
templanza, sumamos desnivel y desde la perspectiva contraria, atisbamos las
fortalezas ya coronadas. Como “no hay dos sin tres”, hacemos triplete, nos
paseamos por la calles cagarraches y echamos un vistazo a “la carrera” que se
prodiga por los pasos de la izada Atalaya. Recogemos los caminos locales, los
repechos que nos quedan y nos enfilamos
“por la avenida de las piedras caballeras” para completar la etapa y cumplir el
objetivo principal, que teníamos al iniciar la jornada.
Destacar de la ruta, el tiempo tan agradable
que hemos tenido durante toda la etapa, con oscilaciones entre nublados, sol y
el calor soportable. No menos importante, el circuito que hemos preparado y que
tanto nos atrae, sin salir de Segurilla. Tres subidas de sobra conocidas por
los “afiliados de la zona”, repechos duros y trayecto salpicado de cuestas a lo
largo de todo el itinerario. “En el viaje a través de la vida no existen
caminos rectos; es un lleno de subidas, bajadas y desviaciones” .
En
definitiva, ruta circular de 61 kms (1000 m. desnivel +). Los principales
caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de los Huertos, Camino de
Los Pinos (Cerro Arriero), Camino de la Herrería, Cañada Real Leonesa Oriental,
Senda del Ruiseñor, Camino –subida- del Vertedero-Segurilla, Camino del Hituero-subida
Riscal-Camino de Buenaventura-subida Gran Muralla-Segurilla-Camino del
Vertedero, Camino de Mojosal, Camino de Valdecolmenares-subida- Camino de
Segurilla-Mejorada-Gamonal-Velada.
Buen
día……….SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”.
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