lunes, 17 de julio de 2023

Ruta Circular; Subidas El Berrocal -Marianistas-La Morañega- puerto de La Centenera-La Francisca.

 

Domingo (16-07-2023), cuatro caballeros veleños nos presentamos en el  “Rollo”, habitual punto de carga y descarga de nuestras “jamelgas” , cuando salimos a “montañear” por la sierra; con las burricletas prestas y bien dispuestas,  para “lucirse” por los parajes naturales de Gredos. Debido a la baja de última hora, tenemos que modificar la ruta “prevista desde la semana pasada”. Sin problema, desde Arenas, improvisamos la propuesta inicial,  ya que tenemos para “dar y tomar”.

Comenzamos la jornada, agradable se presenta la  mañana y el frescor serrano,  nos invita a cabalgar hacia las imponentes alturas, previo acuerdo. La estirada subida, está cargada de generosos ingredientes; las gélidas temperaturas, que se agradecen  escalando, pasos perfumados con un aire transparente, removido con  fragancias de pino,  otras aromáticas  y la  particular sensación de  bienestar,  que nos brindan los escenarios serranos. Todo se hace más ameno y llevadero  por un bosque variado; entre el copioso pinar,  predominando; castaños salteados y un oscuro callejón  de robles,  que nos lanzan  por la divertida bajada.

Cuando nos adentramos en “Los Marianistas”, el amigo Gabriel “Machaque”, se desvía por la vía arbolada (que más adelante, une con la principal), se nos viene “arriba”, la sierra “le transforma en un ente avanzado”. Nosotros, al tran-tran, continuamos escalando, a nuestro paso, parcelas frutales, también se deja ver “la limpieza preventiva” según vamos ganando altura. Pero del “desperdigao”, no tenemos noticias, hace rato tenía que haber salido al camino asfaltado. Sobre la marcha y dejar de pedalear, vía telefónica contactamos con nuestro amigo, “la que he liao” -no comenta- ; se ha salido de la trazada original y le ha tocado cargar con la burricleta acuestas por pendientes imposibles con regueras.

A media ladera,  continuamos subiendo, espectaculares vistas según vamos sumando altura; el barranco de “Las cinco Villas”, el Torozo y otros picos conocidos,  orientando nuestra marcha, cuando recibimos información “del fugado por la retaguardia”, “está a tres minutos”. Bajamos a su rescate y en unos minutos  le integramos en “el redil”,  mientras nos cuenta su odisea en solitario “en medio de la nada”. Por el entretenido sube y baja, nos recreamos con los privilegiados fotogramas; adjetivos superlativos proferimos, “maravillas” con mayúsculas del entorno,  que nos rodea y envuelve con su ostentoso aura , que en vez de escalar, levitamos.

A nuestro paso, no sé cuántos pilones, chorreras de agua fresca y chorros que corren con alegría. Entre tantos “delirios y fantasías”,  estamos inmersos en “el mítico puerto”, cada cual como puede, ritmos adaptados sin dejar de cabalgar por la desnivelada avenida. Después del meritorio esfuerzo, coronamos de uno en uno; fotografías de rigor en la cima y unos minutos de respiro,  para hidratarnos,  coger fuerzas, mientras comentamos “algunas jugadas”;  el “mareante” recorrido de César  y desde el improvisado “pódium”,  nos recreamos con las genuinas vistas que nos acompañan; ¡¡¡¡qué más se puede pedir!!!

En pleno paraíso, nos encontramos con una buena “piara de ciclistas” -no es casualidad-. El largo descenso, no sigue regalando “dulces y gratificantes momentos”, ahogados en el profuso bosque; nosotros, insignificantes, la pasmosa tranquilidad, el sentido frescor y el etéreo silencio, coqueteando y  enganchados en la rueda trasera. Después de tanto romanticismo y poesía, afrontamos la última subida del día; acomodamos las piernas al castillo de pendientes que tenemos en frente y continuamos con “la táctica”; cada cual a su ritmo, “que no hay mal,  que por bien no venga” y en la visitada charca “nos tenemos que coronar”. Con éxito, conquistamos el lugar recreativo; espectaculares piscinas naturales, “aparcadas” en rincones inhóspitos con accesos secretos. Desde este punto, desde el pinar más profundo,  “un tobajo”, recreándonos por la reconfortante y afortunada  panorámica, alguna “sorpresa” y la repentina “tachuela”, antes de arribar en el punto de partida. Gabriel “Schweeping” se lleva el premio al más combativo y a Martín “El Fiero”,  después del brutal descenso -sin frenos-  le otorgamos la victoria de etapa. Para clausurar y brindar por  la épica jornada, exquisitos pinchos y zumo de cebada fresca-fresca; de paso, recuperamos fuerzas y comentamos las mejores jugadas.

Destacar de la ruta, la larga y continua ascensión, todo el entorno que lo envuelve, destacando y predominando el grandioso bosque de pinos, castaños y roble y las espectaculares vistas que nos acompañan de la Sierra de Gredos, destacando El Torozo, El Cabezo, “El Barranco de las Cinco Villas”, La Penca Alta, Las Morillas y todo el cordal de la cara Sur, ¡¡¡simplemente, colosal!!! “Suceden grandes cosas cuando las montañas y el hombre se juntan.”

En conclusión, ruta circular de 50 kms. Los principales caminos transitados han sido; Paseo de “La Triste Condesa”, El Berrocal-La Parra- Pista forestal de Los Marianistas, pista forestal de la Morañega, Puerto de la Centenera-El Arenal-El Hornillo, Subid a  la Francisca -por el Mirador Estelar- Bajada pista forestal al Hornillo- Camino del Cementerio a Arenas de San Pedro.


 Pd: Martín, mucha gracias por tu aportación fotográfica (2).

 Pd1: Las fotografías, están en orden inverso a la realización de la ruta. 

 





















Buen día……..SALUD.

 

“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido, sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”

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