Domingo
(16-07-2023), cuatro caballeros veleños nos presentamos en el “Rollo”, habitual punto de carga y descarga
de nuestras “jamelgas” , cuando salimos a “montañear” por la sierra; con las burricletas
prestas y bien dispuestas, para “lucirse” por los parajes naturales de Gredos.
Debido a la baja de última hora, tenemos que modificar la ruta “prevista desde
la semana pasada”. Sin problema, desde Arenas, improvisamos la propuesta
inicial, ya que tenemos para “dar y
tomar”.
Comenzamos
la jornada, agradable se presenta la
mañana y el frescor serrano, nos
invita a cabalgar hacia las imponentes alturas, previo acuerdo. La estirada subida, está
cargada de generosos ingredientes; las gélidas temperaturas, que se
agradecen escalando, pasos perfumados
con un aire transparente, removido con
fragancias de pino, otras
aromáticas y la particular sensación de bienestar, que nos brindan los escenarios
serranos. Todo se hace más ameno y llevadero
por un bosque variado; entre el copioso pinar, predominando; castaños salteados y un oscuro
callejón de robles, que nos lanzan por la divertida bajada.
Cuando
nos adentramos en “Los Marianistas”, el amigo Gabriel “Machaque”, se desvía por
la vía arbolada (que más adelante, une con la principal), se nos viene
“arriba”, la sierra “le transforma en un ente avanzado”. Nosotros, al
tran-tran, continuamos escalando, a nuestro paso, parcelas frutales, también se
deja ver “la limpieza preventiva” según vamos ganando altura. Pero del
“desperdigao”, no tenemos noticias, hace rato tenía que haber salido al camino
asfaltado. Sobre la marcha y dejar de pedalear, vía telefónica contactamos con
nuestro amigo, “la que he liao” -no comenta- ; se ha salido de la trazada
original y le ha tocado cargar con la burricleta acuestas por pendientes
imposibles con regueras.
A
media ladera, continuamos subiendo,
espectaculares vistas según vamos sumando altura; el barranco de “Las cinco
Villas”, el Torozo y otros picos conocidos,
orientando nuestra marcha, cuando recibimos información “del fugado por
la retaguardia”, “está a tres minutos”. Bajamos a su rescate y en unos
minutos le integramos en “el
redil”, mientras nos cuenta su odisea en
solitario “en medio de la nada”. Por el entretenido sube y baja, nos recreamos
con los privilegiados fotogramas; adjetivos superlativos proferimos,
“maravillas” con mayúsculas del entorno,
que nos rodea y envuelve con su ostentoso aura , que en vez de escalar,
levitamos.
A
nuestro paso, no sé cuántos pilones, chorreras de agua fresca y chorros que
corren con alegría. Entre tantos “delirios y fantasías”, estamos inmersos en “el mítico puerto”, cada
cual como puede, ritmos adaptados sin dejar de cabalgar por la desnivelada
avenida. Después del meritorio esfuerzo, coronamos de uno en uno; fotografías
de rigor en la cima y unos minutos de respiro,
para hidratarnos, coger fuerzas,
mientras comentamos “algunas jugadas”;
el “mareante” recorrido de César
y desde el improvisado “pódium”,
nos recreamos con las genuinas vistas que nos acompañan; ¡¡¡¡qué más se
puede pedir!!!
En
pleno paraíso, nos encontramos con una buena “piara de ciclistas” -no es
casualidad-. El largo descenso, no sigue regalando “dulces y gratificantes
momentos”, ahogados en el profuso bosque; nosotros, insignificantes, la pasmosa
tranquilidad, el sentido frescor y el etéreo silencio, coqueteando y enganchados en la rueda trasera. Después de
tanto romanticismo y poesía, afrontamos la última subida del día; acomodamos
las piernas al castillo de pendientes que tenemos en frente y continuamos con
“la táctica”; cada cual a su ritmo, “que no hay mal, que por bien no venga” y en la visitada
charca “nos tenemos que coronar”. Con éxito, conquistamos el lugar recreativo;
espectaculares piscinas naturales, “aparcadas” en rincones inhóspitos con
accesos secretos. Desde este punto, desde el pinar más profundo, “un tobajo”, recreándonos por la
reconfortante y afortunada panorámica,
alguna “sorpresa” y la repentina “tachuela”, antes de arribar en el punto de
partida. Gabriel “Schweeping” se lleva el premio al más combativo y a Martín
“El Fiero”, después del brutal descenso
-sin frenos- le otorgamos la victoria de
etapa. Para clausurar y brindar por la
épica jornada, exquisitos pinchos y zumo de cebada fresca-fresca; de paso,
recuperamos fuerzas y comentamos las mejores jugadas.
Destacar
de la ruta, la larga y continua ascensión, todo el entorno que lo envuelve,
destacando y predominando el grandioso bosque de pinos, castaños y roble y las
espectaculares vistas que nos acompañan de la Sierra de Gredos, destacando El
Torozo, El Cabezo, “El Barranco de las Cinco Villas”, La Penca Alta, Las
Morillas y todo el cordal de la cara Sur, ¡¡¡simplemente, colosal!!! “Suceden grandes
cosas cuando las montañas y el hombre se juntan.”
En
conclusión, ruta circular de 50 kms. Los principales caminos transitados han
sido; Paseo de “La Triste Condesa”, El Berrocal-La Parra- Pista forestal de Los
Marianistas, pista forestal de la Morañega, Puerto de la Centenera-El Arenal-El
Hornillo, Subid a la Francisca -por el Mirador Estelar- Bajada pista forestal al Hornillo- Camino del Cementerio a Arenas de San Pedro.
Pd1: Las fotografías, están en orden inverso a la realización de la ruta.
Buen
día……..SALUD.
“…mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido, sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”
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