Viernes, (1-09-2023), en plenas fiestas de Velada, para no perder “las buenas costumbres”, me invito a realizar una de nuestras rutas clásicas, incluida con kilometrada: La ruta Verde de la Jara, desde Velada. El amigo Gabriel “Machaque”, el día antes, me comenta que se apunta a la etapa, (“aunque me acueste tarde”), pero saliendo desde Calera.
Comienzo
la etapa, entre dos luces y con temperaturas agradables a estas horas de la
mañana (7:45 horas); los cuadros de la vega y la anchurosa cañada, me reciben
con una sonrisa amable y complaciente;
cabalgo con prontitud y esmero por la estirada llanura y algunos barrancos
y pasos “rasgados” también voy salvando, a través de la quietud y serenidad que me
brinda el nuevo día.
Llego
antes de tiempo a la villa Calerana, espero, miro el móvil, ni señal del
escudero Gabriel. Por lo que, decido continuar la marcha; a mi paso, andarines
madrugadores, los puentes más cortos, profusos maizales que se pierden
en el horizonte, amplios terralgos luciendo amarillentos y una caterva de almendros que se asoman por la
relajada vía. Mientras me recreo con las vistas del río “todavía dormido” y
algunos cérvidos repanchingados que aceptan mi presencia, me suena el teléfono
–lo raro, que no lo llevara en
silencio-. El amigo “Machaque” que se ha
retrasado algo y además, “me estaba
esperando”. Le comento, por dónde voy, para bajar el ritmo y para que enlace conmigo.
Me
entretengo, por el gigantesco viaducto, fotografías de rigor, desde el
estratégico mirador, mientras cabalgo “cómodamente y sin sobresaltos “, oteando
a mí alrededor, con vistas de 360º, recortando detalles e inmortalizando el
reposado paisaje. Una parada exprés en
la estación de Aldeanueva, para ver si la fuente “lleva agua” y vuelvo a partir
con “el ritmo cansino” hasta que llegue
mi amigo. Por la interminable recta, vuelvo la vista para atrás ¡¡¡¡nada!!;
decido parar y llamada, hasta que en un punto X
en medio de la nada, nos juntamos.
Nos
damos novedades –te tenía que haber llamado cuando he llegado- (me comenta) ,
mientras cabalgamos por “la disimulada ascensión”, un poco de aire de cara –a
la vuelta, ya sabemos-; más estaciones,
túneles largos y a nuestro paso, una piara de lustrosos jabatos, más ciervos y
bastantes bandos de perdices que remueven las cunetas. Mi fiel compañero, “lo
flipa”, no da abasto para asimilar tantas estampas, ¡¡¡parece un documental de
la 2!!!! , –comentamos- mientras nos “escurrimos” por el tramo más salvaje de
la ruta; espectaculares vistas y estampas
de la sierra jareña, reconfortantes olores nos ofrecen las autóctonas
aromáticas de la zona e inagotables callejones de jaras que nos abren el paso y
nos guían por la variada panorámica. Sin novedad y tras muchas pedaladas, arribamos
en la estación programada, recordando antiguas épicas que vieron pasar a la
escuadra veleña por estos lares; unos minutos para hidratarnos, reponer
fuerzas, deleitarnos con los parajes de montaña que nos rodean y comentar las mejores jugadas.
¿El
camino de vuelta? Aligeramos la marcha, para deshacer el camino andado, entre
¡¡¡¡¡¡¡TULE-TULE-TULEEEEEEE!!!!!¡¡¡¡¡AHÍ VAN LOS PERROS, AHÍ VAN LOS
PERROOOOOS!!!, y otros sonidos “marcianos”, “A ver si salen más bichos….”, me
comenta mi compañero. Privilegiados paisajes, embalses y túneles pasan “con prisa”, que hemos tenido
“tanta suerte” que por momentos el aire se cambia “y nos atiza de cara” (nada
nuevo, vamos). Mientras recogemos el camino y los fotogramas coleccionados en
la ida, marchamos con alegría, “¡¡¡¡menos mal que el día acompaña y el calor es
benévolo!!!, comentamos sin dejar de “bregar”, hasta llegar al final de la vía
en nuestro camino de vuelta. Mi amigo Gabriel, me invita –desde Calera- a echar
la burricleta en su furgoneta y coger agua fresca; agradezco “su generosidad”,
pero de momento, voy bien de fuerzas y
quiero finalizar la ruta organizada. Lo dicho, los últimos 14 kms, son
fructíferos, amenos y sirven para hacer “autoevaluación” –aunque prefiero la compañía- , llego al
destino final, sin bajar la guardia, ni perder la perspectiva ni la motivación.
”No es lo que tenemos, sino lo que
disfrutamos lo que constituye nuestra abundancia”.
En
definitiva, ruta lineal de 133 kms. Los principales caminos transitados han
sido; Cuadros de la Vega, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de la Raya de
Chozas, Camino del Horco, Camino de Navalcán-Calera-Vía Verde de la Jara
(Calera-Santa Quiteria).-ida y vuelta-.
Pd: las fotografías están en orden inverso a
la realización de la ruta.
"....mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”
Buen
día………..SALUD.
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