lunes, 30 de noviembre de 2015

Ruta: Molino Montoya-Máquinas del Tiétar.

     Domingo veintinueve de noviembre y se deja sentir la perceptible  bajada de las tempraneras  temperaturas;  así  nos recibe el gélido día en la festiva mañana. En el habitual punto de encuentro, caballeros veleños y “agregados” gamoninos,  formamos el titular equipo, bien abrigados y hasta los ojos tapados, excepto Chema  ¡¡¡qué de corto se presenta!!!; con  las burricletas  bien dispuestas y prestas para la “enésima” contienda dominguera y  saludos de rigor entre los osados congregados;  en esta ocasión,  no me he enterado de la jugada (“estaba adormilado”) ni quién,  la ruta ha presentado ; pero entre todos, hemos acordado  “al molino Montoya” ¡¡¡otro paseo molinero!!!


      Comenzamos la fría jornada, las sombrías calles veleñas, son fieles testigos de nuestra presencia hacia “las afueras”; por la vía  de Arenas, marchamos  hacia la vasta dehesa; hacemos lo imposible para entrar en calor y  bien agrupados,  “por parejas” vamos “rajando” de temas variados; atrás vamos dejando  extensos campos sembrados, los mismos establos y casas de labranza, todavía desde  el quinto sueño divagando. Nos resguardamos en el sereno encinar, mientras cabalgamos sobre el vistoso aguazo y un campo helado, sobre el terreno reposando; de frente, presenciamos la siempre espectacular carrera de los espantados ciervos, al galope, desapareciendo entre el mar de encinas y de fondo, el animado concierto de las bulliciosas grullas, resonando sobre nuestras cabezas; abrimos las pertinentes porteras (en esta ocasión, se van a quedar abiertas –son caminos públicos-), y “algún listillo”, se ha tomado la licencia de “arar el camino” (¿os suena esta cantinela?); cruzamos el arenoso río (“por estas fechas, otros años, agua  ya suele llevar”); cruzamos “la cañada Real” y por el camino de Talavera, arribamos en Navalcán. Circunvalamos la desierta localidad, hacia la pista asfaltada; en el horizonte, la cadena montañosa, presumiendo limpia y clara; algún repechillo “sale a nuestro encuentro” y la fugaz bajada, sin darnos cuenta  “nos merendamos”; pasos asilvestrados y agrietados,  entre piedra suelta, tomillos, retamas y chaparros, para dar más emoción al descenso “resultón”; desde el resguardado atril, el reconfortante  olor a hierba fresca,  el reluciente musgo sobre las enormes piedras y “las ninfas molineras”,   abren el adornado  telón, para mostrarnos una  panorámica multicolor. Nos recreamos con la antigua construcción, el surtido torrente, también hace estos momentos más dulces y amenos; cada cual, tiene sus minutos de rigor, para el recreo y la expansión. En este punto, propongo a mis compañeros de fatigas, seguir el curso del río, para “arribar en los motores” (-algo de orientación básica y sentido común- ) No se hable más, trabajamos en equipo, para pasar “las burricletas” por las resbaladizas escaleras y pasamos a la acción; una senda bien marcada, nos marca la correcta trazada por la insigne estampa; el río Tiétar se asoma en todo su esplendor, hacemos algún tramo de senderismo, viejas cabañas  derruidas,  pero el anónimo entorno hace las delicias de los intrépidos caballeros (por supuesto que volveremos); resulta que estamos en una trocha de cabras, pero por aquí, también pasamos y al próximo destino llegamos; momentos de contemplación, fotos de rigor y para repostar, buscamos un rincón soleado. Escalamos unos metros y de paso nos calentamos, llegamos al chozo abandonado y “aquí paramos a picar algo”; bien comemos y nos hidratamos,  comentamos sobre el territorio que nos rodea, “hasta higueras hay”, pero de “reojo miramos a la sierra” y otros, dando ideas.

 

     


























































































    



























     Reanudamos  la marcha  por el enmarañado encinar, “por aquí,  al conocido camino vamos a salir”, -comentan los amigos gamoninos-. Pues dicho y hecho, “todo lo que hemos bajado, ahora subiremos”-de sobra sabemos este cuento-. Aplicamos “el lema escalador”, cada cual cómo pueda y arriba esperamos; unos, se lo toman con calma, otros se prueban y “otros miramos a las musarañas”; desde la penitencia personal,  de uno en uno vamos llegando, pero todos en la cima aguardamos. Desde aquí, atrás dejamos cuadros privilegiados y  entre longevos cercados, hacia la localidad navalqueña volamos; del laberinto de callejuelas  “salimos sin hacer ruido”,  hacia  el camino entretenido; marchamos bien agrupados, abrimos las porteras de rigor de la despertada dehesa y desde la parte delantera “parece que quieren fiesta”; en la acicalada chopera, ni rastro de las aguas vivas; con alegría marchamos entre el espeso encinar y de refilón “el pantano” también avistamos; de vez en cuando, el pie también levantamos “para agruparnos”; a nuestro paso, descaradas jaras y algunos charcos en el camino ondeando; en la armonía del alcornocal,  “el pozo del arco”, a Ilde “El Suegro” le presentamos – pero sin pararnos-  y en los establos de Villabuena, otra vez esperamos. Desde este punto, rodamos bien hermanados, aunque a algunos compañeros las fuerzas ya le flaquean –según nos comentan-. ¿Por qué será, que en este último tramo –subida- más de uno ve un puerto de primera categoría? Pues lo dicho, todos juntos entramos en la villa veleña y nos despedimos hasta la próxima contienda.  “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

 
     












































     En definitiva, ruta circular de 54 kilómetros, los caminos transitados han sido: Camino de Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de la Tabla, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Talavera; Camino de Candeleda, Camino de Valcasillo, Camino Molino Montoya, Senda “Las Máquinas”, Camino de Valcasillo-Navalcán, Camino de La Fuente Alta, Camino de Talavera, Cañada Real, Camino de Los Veratos, Camino de Navalcán, Parrillas-Arenas a Velada.


    Pd: Martín (1), Cristobal (2), gracias por vuestra aportación fotográfica.


    Buen día…………..SALUD.



“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 


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