Domingo uno de Noviembre, mañana “nada
clara” y ameneza ventosa, pero , para
una buena salida burriclista ¿qué importa el tiempo y la temperatura? Siete
caballeros veleños acudimos al marcado punto de encuentro. La idea está pactada
–desde la semana pasada- “vamos a
rastrear las tortuosas parcelas de
Cervera”. Con las burricletas bien
dispuestas, los planos también a mano –por lo que pueda pasar- , la navaja de explorador y otros achiperres
que no pueden faltar; la esperada misión
nos lleva a investigar y ¡¡¡volvemos a las andadas!!!
Iniciamos la jornada, Ilde “El Suegro” nos
propone “por el camino de Gamonal”, no
se hable más, y en el día de hoy, salimos por “la puerta de atrás”. Bien
agrupados marchamos, comentando “temas variados”, atravesamos la villa vecina,
pasamos debajo del puente, recientemente “acicalado” y nos preparamos para combatir con las temidas
cuestas gamonas; “parece que asusta el repechón de hormigón”, cada cual,
subimos como podemos por la gran
avenida, parapetada entre lustrosas
encinas y por la sentida armonía. Un poco más arriba –en la
primera cima- esperamos y nos agrupamos. Continuamos por la serenidad cerrera,
“salvamos los repechos” que salen a nuestro encuentro; saludamos a “Las Piedras
Caballeras”, que vigilan las
hospitalarias alturas, mientras somos testigos del mosaico de olores que
impregnan a la apacible mañana. Cruzamos
la villa de Mejorada, atrás también dejamos
Segurilla; “hoy tiramos por la senda
leñadora”. Circunvalamos la afortunada aldea por pasos bien cercados, saludamos
a más
“burriclistas”, otros “inocentes repechillos” vamos salvando y la consagrada panorámica de fondo,
nos agasaja con imponentes fotogramas, para entretener a los despiertos sentidos. Nos adentramos en la
relajada senda, ceñidos pasos, camuflados
entre los coloridos prados, divertidas escalinatas algo desparramadas, cercados
bien alineados y momentos de diversión
para el aguerrido pelotón. En el “depósito izado”, otra vez nos agrupamos, todos esperamos y por el camino rural,
arribamos en la aldea montesa. Vamos a “tiro hecho” – se quedaron en la lista
de espera la semana pasada- , para “calentar”, hacemos las espectaculares sendas del
“calvario”; angostos pasos bien coloreados, pedrolos bien colocados “pabajo”,
para los más doctos y osados “graduados”. Salimos de las entretenidas
ratoneras, “no ha estado nada mal la partida” –comentamos entusiasmados-.
Resuenan los tambores de guerra, cuando entramos en la novedosa senda; estrechos
vallados pétreos, chaparros y enebros que nos quieren impedir el temerario avance hacia delante; audacia y tenacidad para enfilar “la firme emboscada” por la vía
olvidada; saltamos vallados de piedra y oxidadas alambradas, para “colarnos” en
un bosque de cuento de hadas. La magia otoñal, tiñendo de colores vivos la majestuosa postal; nos perdemos por la
sinuosa encrucijada, hacemos “un campo a través” entre el laberinto arbolado,
“por momentos, nos subimos en el caballo de San Fernando”, “las barbas de viejo” dando pureza y
transparencia a la perdida vereda; “por
aquí, por allá, por ahí abajo”, al final tenemos que abrir la portera –pero el
camino está bien marcado, “por aquí viene el cordel, tendremos que volver”-
Hacemos la amena bajada por la cueva cerrera y con la capa del tupido vergel, bien cubierta, nos acercamos hacia la verdosa pradera; avistamos el
conocido camino y en la centenaria encina hacemos la parada “obligada”. Unos
minutos para repostar, comentamos la conquista conseguida y de paso, “llenamos la panza”, compartimos viandas,
también nos hidratamos, mientras tanto, “algunos” hacen pruebas con la montura más
ligera.
Reemprendemos la marcha, montados en parajes de ensueño, “por la memoria de la historia tocados” los nobles cuadros adehesados.
Por estos lares decidimos, “nos volvemos
por la trocha del indio” ¿de subida? Habrá que probar, la espectacular belleza
se columpia de las esbeltas encinas, con nuestra presencia, el tiempo se detiene ¿o somos nosotros que vamos parados? pasos
estrechos y empinados nos hacen esforzarnos y en otros tramos, “apearnos”;
Diego “Sin Miedo” y Cristobalón, con
fuerza y tesón salvan algunos de los trechos más complicados –por el ceñido camino, también entrenamos la modalidad de
senderismo- Esta vía, de bajada es más
divertida –en esto, todos coincidimos- .
A la salida del túnel, esperamos y nos
volvemos a agrupar, llegamos contentos y satisfechos –nuestras caras y
comentarios nos delatan- por los
andurriales descubiertos. ¿Nos vamos ya para casa? De todo un poco hablamos, de
marchas solidarias, aventuras y épicas para la nueva temporada; cuando
decidimos volver por “el camino más recto”. “Volamos” por la pista asfaltada,
en nuestra desvariada andanza, extensas
explanadas bien tintadas -parece
un paisaje del norte-; atravesamos las villas de paso –tanta veces reconocidas-
saludamos a otros burriclistas y con algún “carrerista” también nos topamos.
Rodamos bien agrupados y “El Gran Maestre” nos comenta, “ha sobrevivido en el grupo A”, que se lo tenemos
que anunciar a los demás, ya que los de “su equipo, le han dejado en la
estacada”. Nos echamos unas risas y hacemos unos chistes por “las ocurrencias
quijotescas- continúo disfrutando por el
camino “zorrero” –tiene algo especial, ¿será de tanto pasar?- así se lo hago saber a mis compañeros; hace
un buen rato, que el aire de cara nos viene “atizando”; pegamos “el último apretón” en “el repecho de
la Herradura” y en las casas de “La Gamonosa” nos volvemos a agrupar; “planeamos”
con la inercia del fugaz descenso, contemplando los recovecos
cerreros, el desparpajo de los relajados
astados, también el iluminado pantano y los oscuros nubarrones liderando el horizonte y llegamos hermanados al punto de partida. “Ningún mar en
calma hizo experto a un marinero”.
Buen día……SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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