Domingo (9-01-2022), tres caballeros veleños nos juntamos en nuestro pactado punto de encuentro. Con las burricletas prestas y bien dispuestas, nos presentamos para bregar con la enésima propuesta. En la jornada festiva, no hay debate ni dudas, temperaturas bastante gélidas y el presente rastro del hielo, que nos ha dejado la madrugada pasada. Recital de cuestas y repechos, para abrigarnos y entrar en calor.
La
mañana se presenta limpia y clara; según vayan pasando las horas, seguro nos
acompañará el sol. A nuestro paso, “el rastro de la pelona”, placas de escarcha
sobre los charcos y alfombras blanquecinas, reposando en las cunetas de los
compactos caminos. Bien camuflados, nos resguardamos por los ceñidos rincones
de los cerros, angostas veredas y entre generosas subidas, que nos ponen a
prueba y nos hacen olvidar el frío mañanero del comienzo de la jornada.
Nos
enfrentamos al torreón de la Gamonosa, el gps, ya nos marca “el camino de
siempre”; nos ponen a prueba el húmedo empedrado de la espectacular senda y los
repechones de Pepino, casi al 20% y “otro nío” que avistamos y dejamos pendiente para cuando finalice la temporada
de caza. El minipuerto de “La Portiña” también nos enfila -sin prisa pero sin
pausa- al tran-tran, “sin apretar”, disfrutando de la escalada serpenteante,
conquistamos “el balcón” cagarrache.
También,
paramos a repostar, antes de coronar la atalaya, reponemos fuerzas en la
pastelería “Martín”; café bien calentito y palmeras de chocolate, la oferta era
variada, cómo para “no picar”; nos
echamos unas risas, comentamos la jugada y divagamos sobre “las malas costumbres” que estamos adoptando
en las últimas salidas. Al final, los churros los vamos a tener que buscar en
la ciudad de la cerámica. ¡Ya se andará!
Bien
acompañado, mis escuderos no se achantan y aceptan todos los envites
propuestos. Roberto “El Bueno”, se va poniendo a tono, -no se tomó Roma en un
día-. Martín “El Fiero”, todo pundonor y nobleza, “se merienda con patatas”
todas las cuestas que le echamos. Para clausurar la jornada, desde el pueblo
gamón acompañamos “al burriclista
descarriao” para “sacarle y enseñarle” algunos caminos veleños.
Ruta animada y entretenida. Podría subrayar como momento destacado, lo riquísimas que estaban las palmeras de chocolate. Pero, me voy a quedar con la agradable mañana que nos ha hecho, así como la clásica subida a la Atalaya de Segurilla y las próximas propuestas que nos aguardan por Pepino. Me encanta, ver los caminos “sembrados” de burriclistas, senderistas y andarines, la mañana invitaba a estar por el monte, al aire libre y disfrutar de los parajes que nos brinda el entorno. “No importa cuántas veces hayas recorrido el camino, ni cuántas personas lo hayan hecho; cada persona que lo recorre lo modifica al tiempo que se transforma….”
“…..mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario